Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 14 de enero de 2002
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Política
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Ť Operación Galeana, uno de los trabajos fílmicos más acabados sobre el tema

Corroboran documentos la participación de francotiradores del EMP la noche de Tlatelolco

Ť La misión del comando era causar bajas al Ejército y provocar su respuesta, dice Carlos Montemayor

MIREYA CUELLAR

tlatelolco_manoblanca2La tarde del 2 de octubre de 1968, el "guante blanco" fue en Tlatelolco una contraseña que no sólo usó el Batallón Olimpia sino también un comando de francotiradores, integrado por elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), que desde los pisos altos de los edificios que rodean la plaza y las almenas del templo de Santiago disparó sobre la multitud y los militares uniformados que habían ingresado a la Plaza de las Tres Culturas al mando del general brigadier José Hernández Toledo, quien resultó herido.

El general Marcelino García Barragán, entonces titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) habla en sus documentos personales -publicados en el libro Parte de guerra, de Julio Scherer y Carlos Monsiváis, en 1999- de cuando menos 10 miembros del EMP, actuando bajo las órdenes del jefe de ese cuerpo, general Luis Gutiérrez Oropeza.

Es decir, en Tlatelolco actuaron dos agrupamientos vestidos de civiles: el Batallón Olimpia, que según la versión de García Barragán sólo tenía órdenes de detener a los "cabecillas" del movimiento, y un grupo de elite del EMP. Ambos cuerpos entraron en acción a la señal de dos bengalas lanzadas desde helicópteros.

Así lo señala el secretario de la Defensa en sus documentos: "Entre 7 y 8 de la noche (de aquel 2 de octubre) el general Crisofóro Mazón Pineda me pidió autorización para registrar los departamentos, desde donde todavía los francotiradores hacían fuego a las tropas. Se les autorizó el cateo. Habían transcurrido unos 15 minutos cuando recibí un llamado telefónico del general Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial, quien me dijo: "Mi general, yo establecí oficiales armados con metralletas para que dispararan contra los estudiantes, todos alcanzaron a salir de donde estaban, sólo quedan dos que no pudieron hacerlo, están vestidos de paisano, temo por sus vidas.

"ƑNo quiere usted ordenar que se les respete? Le contesté que, en esos momentos, le ordenaría al general Mazón, cosa que hice inmediatamente. Pasarían 10 minutos cuando me informó el general Mazón que ya tenía en su poder a uno de los oficiales del Estado Mayor, y que al interrogarlo le contestó el citado oficial que tenían órdenes él y su compañero del jefe del Estado Mayor Presidencial de disparar contra la multitud. Momentos después se presentó el otro oficial, quien manifestó tener iguales instrucciones" (páginas 37 y 38).

Más allá de la intención por deslindar al Ejército y a él mismo, descargando la responsabilidad de la masacre sobre el jefe del EMP y el presidente Gustavo Díaz Ordaz, los documentos de García Barragán -analizados minuciosamente por el escritor Carlos Montemayor en el libro Rehacer la historia- representan uno de los testimonios más valiosos sobre la masacre. En las distintas filmaciones que se han hecho llegar a los medios en estos años -siempre como filtraciones- uno de esos francotiradores, ubicado en el techo de la iglesia de Santiago (que da a la plaza), también porta guante blanco.

Primeras imágenes

Las primeras imágenes con los hombres del guante fueron presentadas en el documental "El Grito", realizado en 1971 por un grupo de estudiantes del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) que editó y afinó Leobardo López Aretche. Sin embargo, recuerda Carlos Mendoza, director de Canal 6 de julio, fue hasta varios años después de su exhibición cuando analizando la cinta, cuya calidad era muy deficiente, se dieron cuenta de que ahí estaban esos personajes.

Durante más de 20 años los medios de comunicación publicaron muchas entrevistas con dirigentes estudiantiles y reporteros que estuvieron aquella tarde en el tercer piso del edificio Chihuahua -desde donde los dirigentes del Consejo Nacional de Huelga, a pesar de que en asamblea se había acordado que no asistieran, conducían el mitin- en las que se habla del "guante blanco". Entre estos testimonios el de Francisco Ortiz Pinchetti, quien cubría el mitin para el diario Excélsior y lo publicó años después en la revista Proceso, y el de la periodista italiana Oriana Fallacci, herida durante la balacera.

De 1990 a la fecha han aparecido pequeñas partes de una filmación que se hizo aquel 2 de octubre por órdenes del secretario de Gobernación Luis Echeverría, y algunos documentos y testimonios oficitlatelolco_manoblanca3ales. En diciembre de 1993 la Sedena hizo llegar a los medios, con motivo del vigésimo quinto aniversario de la masacre, un videocasete de casi 12 minutos de duración.

En una de las escenas de ese video aparece la muchedumbre corriendo hacía el norte de la plaza, huyendo de los francotiradores con guante blanco que disparaban indiscriminadamente. Esa gente corre hacia donde se encuentran los contingentes del Ejército y los soldados van tomando posiciones no para agredir a la gente que huía, sino para defenderse de los tiradores que disparaban también contra ellos. La Sedena concluye que el Ejército no fue el agresor, sino también parte agredida.

Pero asimismo en ese material fílmico aparecen secciones recortadas por el editor de la Sedena del videocasete titulado "Batallón Olimpia, documento abierto", realizado años atrás por el equipo del cineasta Carlos Mendoza, quien tiene muchos años indagando qué ocurrió aquella tarde de 1968 que marcó a toda una generación.

El escritor Carlos Montemayor, quien también ha investigado el tema, presenta en Rehacer la historia -editado por Planeta el año pasado- un comentario sobre esas escenas:

"En la última parte de este documental, en el minuto 20, se inicia una escena peculiar en el vértice sur poniente del convento de Santiago Tlatelolco: siete individuos que ostentan un guante blanco son interceptados por soldados; uno de los individuos se identifica; los soldados bajan los fusiles y podemos suponer que les dejan libre el paso hacia el sur, rumbo al estacionamiento de la Secretaría de Relaciones Exteriores. No es difícil deducir que estos siete individuos, que salieron por la puerta sur de la iglesia y corrieron por el costado poniente del convento, no pertenecían al Batallón Olimpia, sino a los francotiradores del Estado Mayor Presidencial."

La tesis que Montemayor plantea en su texto es que el móvil inmediato del operativo del EMP era provocar en el Ejército una escalada incontenible de violencia, ya que la tropa tenía ordenes de actuar con cautela (apoyaría al Batallón Olimpia en las labores de detención de los dirigentes del movimiento) y sólo responder con fuego en caso de tener un mínimo de cinco bajas. El autor de Guerra en el Paraíso también habla de una complicidad del jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Mario Ballesteros Prieto, con el jefe del EMP, Luis Gutiérrez Oropeza, en aquella emboscada.

Más investigaciones

En 1998 aparecieron nuevas imágenes. Esta vez las presentó Televisa los días 2 y 3 de octubre. Así las comentó este diario: "Cuando el equipo del Canal 6 de julio -familiarizado con las imágenes de ese día que se han hecho públicas- observó las escenas que Televisa presentó como inéditas, se percató que no obstante que esa televisora las difundió 'con cortes', 'invertidas' y con música de fondo que no sólo se prestaban a 'confundir' sino también a 'trivializar' los sucesos, se dio a la tarea de reconstruir y ampliar las secuencias y detectó así la importancia de lo que aparecía en pantalla.

"Y es que una más de las tomas difundida en los programas que sobre el tema se transmitieron los días 2 y 3 de este mes, muestra -frente a la cámara- a un hombre, otra vez con guante blanco, que conduce a un detenido. Es sólo un instante..." (La Jornada 12/10/98). Junto con la "lectura" que Mendoza y Raúl Alvarez Garín hicieron de aquellas escenas, se publicaron algunas fotos tomadas de las imágenes de Televisa donde aparecen los hombres del guante blanco disparando lo mismo desde la almenas del templo, que de los edificios Chihuahua, ISSSTE o Molino del Rey.

Pero el equipo del Canal 6 de julio siguió armando el rompecabezas. A las imágenes inéditas de la televisora sumó documentos de inteligencia, fichas hemerográficas, informes de fuentes militares, así como el legado del general Marcelino García Barragán y después de dos años de investigaciones en las que participó el escritor Carlos Montemayor, apareció el documental Operación Galeana, uno de los trabajos fílmicos más acabados que se han hecho sobre el tema y que fue presentado en octubre del año 2000.

Esa investigación aporta pruebas para sostener que se dieron "órdenes cruzadas" a los distintos cuerpos de las fuerzas armadas que actuaron esa tarde en Tlatelolco, que el general José Hernández Toledo fue herido por un francotirador que estaba en el techo del templo de Santiago Tlatelolco, tras una de las almenas, y que esos francotiradores -ubicados por García Barragán como parte de un cuerpo de elite del EMP- tuvieron la misión de causar bajas al Ejército y provocar la respuesta de la tropa. El francotirador del templo tiene un guante blanco, al igual que los miembros del Batallón Olimpia que aparecen en las distintas fotos recién publicadas en Proceso y La Jornada.

-ƑQué se puede ver en las fotos y los documentos recién publicados? -se le pregunta al realizador Carlos Mendoza.

-Lo que hacen es ilustrar momentos y aspectos de la masacre que ya habían sido relatados por testigos y protagonistas. Son útiles porque ratifican los relatos de los dirigentes que estaban en el tercer piso; ya sabíamos que habían estado en el Campo Militar Uno, que muchos de ellos habían sido golpeados... y de las versiones de la Procuraduría y de la Policía Judicial puedo decir que, también como ya sabíamos, tienen algunos errores. Por ejemplo, incluyen en la lista de muertos a miembros del Ejército, como el general Hernández Toledo, que en realidad resultaron heridos.

"El tema no está agotado"

"Y por eso me preocupa que estas filtraciones puedan ser una cortina de humo, que se pretenda ponernos a dar vuelta en círculo. Me parece que habría que estar prevenidos para que esto no sea usado para decir: el tema está agotado. Hay aspectos muy sensibles del movimiento, los más importantes, todavía por esclarecer."

-ƑCómo cuáles?

-El número de muertos; el papel de los elementos del EMP, que por la secuencia fílmica que conocemos del templo creemos que su misión era dispararle a Hernández Toledo. Para nosotros -y lo confirma García Barragán- ese es un agrupamiento diferente al Batallón Olimpia, aunque curiosamente también llevaba guante blanco. Hay también muchos testimonios del desconcierto de los miembros del Batallón Olimpia cuando empiezan los disparos. Algunos gritaban: "Somos Batallón Olimpia, šNo disparen!", después el fuego se generalizó.

"En Operación Galeana documentamos los ataques que se dieron a las prepas en agosto y septiembre, y las características físicas de quienes aparecen en esas provocaciones son las mismas (casquete corto, corpulentos, altos...) de los elementos de las fotografías publicadas recientemente. Todos andan con guante blanco o un pañuelo de ese color enredado en la mano, pero algo no cuadra en el aspecto. Los miembros del Batallón Olimpia no eran parte de un cuerpo de elite; al contrario, sabemos de buena fuente que fueron reclutados de entre la escoria del Ejército en las zonas militares del país. Pero hay otros elementos que parecen parte de un grupo seleccionado. García Barragán dice que a ese grupo del EMP lo adiestraron los gringos.

"Lo que sigue siendo fundamental es conseguir los testimonios del general Gutiérrez Oropeza, del capitán Careaga Estramasaguas, que era el segundo del Batallón Olimpia, está vivio y ahora es general; de Francisco Rodríguez Villareal, oficial de artillería de Guardias Presidenciales, que fue sorprendido entregando armas a los estudiantes de la Vocacional 7 en un enfrentamiento; el de Bermúdez Dávila, quie tripulaba el comando terrorista que atacaba prepas... el del general Hernández Toledo.

"Y por supuesto, las más de 22 horas de filmación que deben estar en poder de Luis Echeverría o del Ejército, creo que ahí encontraríamos muchisímos elementos para desentrañar la parte fundamental."

El 2 de octubre de 1968, por instrucciones de la Secretaría de Gobernación -su titular era Echeverría- el cineasta Servando González, director de Viento negro, distribuyó en varios edificios de Tlatelolco al menos seis cámaras para filmar el mitin estudiantil. Las declaraciones de Servando González y también de Cuauhtémoc García Pineda, ayudante de Angel Bilbatúa, camarógrafo oficial de la Presidencia de la República en ese entonces, fueron publicadas el 16 de marzo de 1998 en Proceso. Por ellos se sabe que se filmaron 120 mil pies de cinta de 35 milímetros, algo equivalente a 22 horas de filmación y que uno de esos equipos trabajó desde el piso 19 de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

"Así que no vaya a ser una maniobra gatopardista, que todos nos agitemos para que todo siga igual, creo que los temas claves siguen estando ocultos. Todo elemento que se aporte es importante, pero hay que darle dimensión. Tlatelolco no se agota con los hombres del guante blanco", concluye Carlos Mendoza.

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