Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de enero de 2002
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Política
018a2pol

Jorge Camil

Guantanamera

Con el carácter de "combatientes ilegales", "detenidos en el campo de batalla" o "terroristas", todo, menos "prisioneros de guerra", los primeros talibanes fueron trasladados a la base naval de Guantánamo encadenados, con los ojos vendados y atiborrados de valium, para que no opusieran resistencia durante el vuelo que los llevaría al otro lado del mundo.

A su llegada a Guantánamo, donde se construye una prisión de máxima seguridad a marchas forzadas, los prisioneros fueron encerrados en jaulas de dos por dos al aire libre, con piso de cemento y techo de madera, pero con paredes de cadenas de acero que exponen a los ocupantes a los elementos: "si llueve, pues se mojarán un poco", contestó el director de la prisión conocida como Campo Rayos X al puñado de periodistas que pudieron visitar las instalaciones. Por lo demás, estarán como en el Habana Libre: bañados, rasurados, pelones, con una barra de jabón, una toalla para la ducha y otra a manera de tapete para pronunciar sus oraciones, pues todos, cultos e iletrados, recibirán un ejemplar del Corán (la nota no dice si en árabe o en inglés) cortesía de George W. Bush, que es un hombre de fe.

Con la inocencia de Alicia en el país de las maravillas, el joven alcaide, coronel Terry Carrico, anunció: "entendemos que se trata de hombres muy malos, pero estamos preparados". šY ni quién lo discuta! Tienen de todo: docenas de feroces perros pastor alemán con los cuales los 850 guardias (sin armas de fuego) recorrerán día y noche los andadores que separan las jaulas, una elevada barda de alambre de púas de once kilómetros de largo, pantanos, manglares, las aguas del Caribe, torretas artilladas y un campo minado que divide la Cuba de Fidel Castro.

Además, los prisioneros pasarán la noche bajo el escrutinio de enormes reflectores de halógeno que dejarán al descubierto hasta sus malos pensamientos.

Como el gobierno no les otorgó el carácter de "prisioneros de guerra", estado que les permite muchos privilegios, no hay obligación de censarlos ni de reportar su existencia y ubicación a los organismos internacionales o a las familias. Son "detenidos" a secas; soldados sin uniforme, hombres sin nombre, combatientes sin rango militar y parias sin nacionalidad e identidad definidas. Después de interrogarlos, el gobierno los clasificará para decidir quiénes serán sometidos a los tribunales militares especiales constituidos por acuerdo presidencial en noviembre pasado.

"Estamos en guerra", dijo Bush apenado, intentando justificar la orden presidencial, pero acto seguido facultó a los tribunales, denominados "comisiones militares", para operar dentro o fuera de Estados Unidos (y hasta en un avión o a bordo de una embarcación militar). Pueden decretar la pena de muerte y ordenar la ejecución inmediata de la sentencia. Es obvio que a bordo del C-17, el avión de carga que los condujo a Guantánamo, y entre el letargo de las dosis masivas de valium, a más de un talibán se le debió de ocurrir un final parecido al de las víctimas de la guerra sucia argentina.

Aunque el acuerdo presidencial otorga a Bush la facultad de decidir quiénes serán sometidos a las comisiones militares, hay esperanza: la pena de muerte sólo podrá ser decretada por decisión unánime de los cinco integrantes de la comisión militar. Tom Malinowski, director jurídico de Human Rights Watch, aseguró a Le Monde que el procedimiento, aunque no claro, respetará la presunción de inocencia y permitirá a los acusados "escoger a sus abogados civiles". (En esas condiciones no faltará el talibán que desearía a Johnny Cochran y Alan Dershowitz, los letrados que salvaron de la pena de muerte a O. J. Simpson; el problema es que cada uno cobra 500 dólares la hora.)

Existen temores fundados de que los juicios, realizados en secreto, en el interior de una institución militar y alejados de la prensa, pudiesen convertirse en kangaroo courts (remedos de procedimientos judiciales para cubrir las apariencias). Esto contrasta con la enorme publicidad otorgada al proceso iniciado esta semana por el procurador general contra John Walker, conocido como Jihad Johnny o El talibán americano.

ƑPor qué Guantánamo, la única base en territorio comunista? Porque la bahía, en poder de Estados Unidos desde 1898 y rentada de por vida por 2 mil dólares anuales, está fuera del alcance de periodistas y miembros de las ONG.

Un joven oficial declaró que tenían instrucciones de tratar a los prisioneros "con humanidad, pero sin hacerles la vida fácil". Ojalá el "trato humanitario" permita que los detenidos, antes de morir, "echen sus versos del alma", como el "hombre sincero de donde viene la palma" en los hermosos Versos libres de José Martí: "Con los pobres de la tierra/ quiero yo mi suerte echar. Guantanamera..."

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