Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de enero de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas

Espectáculos
10an1esp Ť Caracteriza al sicópata Don Logan en el film Sexy beast (Bestia salvaje)

Los extraordinarios son los personajes; no los actores, señala Ben Kingsley

Ť La gente quiere verme representar sólo papeles de tipos buenos, afirma el británico

Ť Se siente orgulloso de decir exactamente lo que está escrito en el guión cinematográfico

MARIANNE RUUTH/II Y ULTIMA ESPECIAL

bestia salvaje-1Hollywood, California. Algunos podrían pellizcarse a sí mismos luego de ver la película Sexy beast (Bestia salvaje), la más reciente producción en la que actúa el polifacético inglés Ben Kingsley, quien recientemente ha sido premiado a nivel europeo por esta cinta y nombrado Caballero del Imperio Británico por la Reina Isabel II en la convocatoria 2002 de estos honores.

¿Es este hombre de aspecto de criminal, con tatuajes a lo largo de sus brazos y maldad exalada por cada poro del cuerpo, el mismo que interpretó a Gandhi?

"La gente realmente quiere verme representar sólo papeles de tipos buenos", dice el actor con su mirada expresiva y profunda.

Y, ¿podría este nuevo filme ser exhibido en la India, donde Kingsley es ya un icono por la película sobre el profeta, que le hizo ganar un Oscar? Seguramente algunas personas a quienes impresionó Gandhi y siempre identifican al actor con el papel, han dicho que nunca querrían verlo desempeñando un rol de tipo malo.

"Me pregunto si esto significa que sólo puedo representar a Hamlet y Timón de Atenas, pero no a Ricardo III o Macbeth." El hecho es que él, un actor muy serio, siempre ha buscado la diversidad en sus papeles, y ha representado tanto a santos como a pecadores, desde Gandhi o un miembro de una banda criminal, como el de Meyer Lanski en Bugsy, hasta el dulce contador judío Stern, en La lista de Schindler. Por mencionar algo, la misma semana que Bestia salvaje se proyectaba en Estados Unidos se estrenaba la cinta de Ana Frank, donde él interpreta al padre de ella.

Comenta Kingsley: ''Otto Frank fue el padre más grande que he tenido la oportunidad de interpretar. Este personaje tuvo esa extraordinaria integridad, gracia y dignidad. Es y ha sido uno de los papeles que más he amado. No obstante, mi papel en Bestia salvaje fue uno de los que tenía unas enormes ganas de hacer. Armé mi personaje de Don Logan con pedacitos y recuerdos que estaban en mí y con cosas que he notado en otras personas. He creado mi propia medida, mi propio ritmo para representar a este personaje como lo que es: un perro terrier, que una vez que pone los colmillos en algo no descansará hasta darle fin. Es muy rápido, muy peligroso, pero también está condenado a nunca ser feliz. Lo más cercano que necesita este hombre para sentirse vivo es crear un caos a su alrededor".

"Tener la oportunidad de interpretar dos papeles tan diferentes ?dice sir Ben? a tus anchas, es algo muy significativo para cualquier actor; es decir que a nosotros se nos debe permitir morar cada aspecto único o singular de la condición humana, en tanto seamos o al menos digamos llamarnos actores, directores, guionistas, cineastas, o cualquier genérico con el que se quiera referirnos".

Kingsley agrega: ''El regocijo de esto es continuar lo suficientemente libre y mantener nuestro arte bien alerta como para ir desde un sicópata como Don Logan hasta el patriarcal e inteligente Otto Frank. Pero quiero confesar que estuve atemorizado de tener los dos papeles casi a la vez en tiempo y espacio".

Ben cree que como humanos todos compartimos todas las cosas, todos los aspectos de la humanidad. Por su buena educación, Kingsley ha estudiado a Carl Jung y está de acuerdo con sus conceptos sobre el inconsiente y la memoria colectivos. En otras palabras, que todos estamos conectados, o sea que tenemos nuestro lado bueno y nuestro lado malo, que dentro de nosotros están el santo y el monstruo.

El inglés tiene palabras duras para los actores que siempre están cambiando el diálogo, para hacerlo más fácil según ellos, por lo que se siente orgulloso de decir siempre exactamente lo que está escrito en el guión, pero imprimiendo a las palabras la vida y la verdad.

"Los actores son gente muy ordinaria. Son los personajes los que son extraordinarios", afirma con una sonrisa. "Si intentáramos jalar a los personajes a nuestra ordinariedad y a nuestro propio lenguaje, no tendríamos esa calidad explosiva, muy necesaria para la pantalla. Yo no interfiero con lo que está escrito. Mi trabajo es darle vida a un personaje".

Traducción: Juan José Olivares

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año