Ť Llega a Argentina la solidaridad desde el Foro Social de Porto Alegre, Brasil

"Basta", la consigna del cacerolazo que ya se ha vuelto rito los viernes en Plaza de Mayo

Ť Nuestra movilización, mensaje para todos los pueblos, sostienen algunos manifestantes

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 1o. de febrero. Miles de vecinos de las asambleas barriales autoconvocados esta noche a las calles de esta ciudad, participaron en un nuevo cacerolazo, aunque se veían más cansados. En este caso también se unieron trabajadores de distintos gremios y desocupados. Después del caceroleo vecinal fue la marcha a Plaza de Mayo, que ya se ha convertido en rito cada viernes, como las protestas de los jueves frente a los tribunales.

En este día tuvieron el apoyo desde varios países, más cercanamente desde el Foro Social, en Porto Alegre, Brasil, donde se expresó solidaridad con Argentina.

"Basta y cárcel para los corruptos" gritaban en Córdoba, Santiago del Estero, La Pampa y otros lugares. Quizá menos intenso en la capital, el cacerolazo abarcó más lugares en el país. Nuevamente la protesta tomó las calles y en las consignas la Corte Suprema de Justicia, a pesar de su resolución, estuvo en primera plana "por oportunista y mentirosa", rezaban las pancartas. Hay furia contra los bancos, las empresas privatizadas, los organismos financieros internacionales, y se exige cárcel para el ex presidente Carlos Menem, así como castigo para los corruptos y un š"basta"! que envuelve a toda la clase política.

También el periodismo está en la mira. Piden la verdad. Si la Corte Suprema esperaba salvarse, esta noche todos los manifestantes consultados estimaron que "sólo hicieron esto porque están por echarlos" y "actuaron contra Eduardo Duhalde", aunque también hubo oposición a su gobierno.

Fue la mejor demostración de crecimiento y maduración de los vecinos. "Nadie nos venderá espejitos nunca más. Por eso los del fondo monetario (FMI) llegan escondidos. Nos tienen miedo a los escraches, pero cada movilización nuestra es una denuncia sobre lo que ellos han hecho y un mensaje para todos los pueblos", dijeron algunos manifestantes.

Las columnas llegaron a la Plaza de Mayo desde todos los barrios. Algunas cacerolas ya están rotas. Otros han inventando la "cacerola del cacerolazo", en cuyo mango se ató una bolita que gopea al rotar el recipiente. Nuevos sectores se van incorporando y hoy había evangelistas y pastores.

Unas 500 personas fueron a hacer sonar sus cacerolas frente a la Quinta Olivos, la residencia del presidente Eduardo Duhalde.

En una esquina del barrio de Caballito la policía debió ceder a la presión de experimentadas amas de casas que impidieron la detención de un joven manifestante. Aún pesa la indignación por la falta de castigo para los responsables de la muerte de 31 personas los pasados 19 y 20 de diciembre, fecha de la resistencia civil, que acabó con el gobierno de Fernando de la Rúa.

En Paraná, Entre Ríos, se descubrió en estos días el cadáver de un joven manifestante que estaba desaparecido desde que fue detenido por la policía durante los asaltos a supermercados el pasado 19 de diciembre. Su cuerpo golpeado y baleado estaba escondido sobre las llantas que habían llevado los manifestantes para quemar en los cruces de calles. Esto enardeció a muchos sectores de la población que reclaman a las fuerzas policiales por la muerte de tres niñas en esa ciudad, una de ellas con un disparo en la nuca y otra con uno en el pecho, durante esos mismos acontecimientos.

También se exige investigación sobre la actuación policial que el pasado 26 de enero, después de una multitudinaria marcha pacífica, desató una represión brutal sobre la población que se retiraba pacíficamente de la Plaza de Mayo bajo la lluvia. También se denunció el ejercicio de los grupos de halcones y antimotines, con un despliegue que realizó la policía de la Provincia de Buenos Aires y que impidió llegar a esta capital a unos 5 mil desocupados de la zona sur, esa misma noche.

Este viernes nadie festejó la decisión de la Corte. Todos saben que la salida va más allá de los corralitos. Así lo cantaron esta noche, después de entonar una y otra vez el himno argentino, y al hacerlo muchos lloraban, mostrando así un dolor que abarca a "una patria perdida que queremos recuperar". Las asambleas barriales discutirán ahora cómo enfrentar las conspiraciones locales y externas.