Ť Hay un posible vínculo de secuestradores
con India, afirma el canciller paquistaní
EU dice no estar en condiciones de confirmar si Daniel
Pearl fue ejecutado por sus captores
Ť Un hombre exigió por teléfono un rescate
de 2 millones de dólares por el periodista
AFP, DPA Y REUTERS
Karachi, 1º de febrero. Reportes contradictorios
circularon hoy sobre la suerte del periodista estadunidense secuestrado
Daniel Pearl, pues mientras uno afirmaba que ya había sido ejecutado
otro reclamaba un rescate de 2 millones de dólares y la liberación
de Ab-dul Salam Zaeef, ex embajador del régimen talibán en
Islamabad.
La
Casa Blanca dijo no estar en condiciones de confirmar los informes de prensa
según los cuales el periodista habría sido ejecutado, mientras
que el Consejo Nacional de Seguridad indicó conocer las versiones
y que las estaban investigando.
El presidente George W. Bush aseguró que su gobierno
estaba trabajando "al máximo" con Pakistán para salvar al
periodista de 38 años de edad.
"Intentamos seguir la huella de los co-rreos electrónicos
enviados con el único objetivo de salvar a esta persona, de encontrarla",
expresó Bush, pues el plazo prorrogado de 24 horas dado ayer por
el grupo secuestrador ya venció.
El corresponsal de The Wall Street Journal en Bombay
se había trasladado a Pakistán para entrevistar a extremistas
que pu-dieran informarle sobre Al Qaeda o el británico Richard Reid,
descubierto con ex-plosivos en sus zapatos cuando intentaba un atentado
en un vuelo París-Miami.
El grupo que reivindicó el plagio se hace llamar
Movimiento Nacional para la Restauración de la Soberanía
Paquistaní, hasta ahora desconocido, e inicialmente exigía
la liberación de todos los paquistaníes detenidos por los
estadunidenses en Afganistán.
Un editor del diario neoyorquino señaló
que habían visto los informes por correo electrónico de que
su corresponsal en India había sido asesinado, pero que aún
tenía la esperanza de que resultaran falsos. No obstante, el correo
decía: "Tenemos sed de la sangre de otro estadunidense".
Exigen liberar a ex diplomático talibán
Mientras se discutía si el mensaje era verdadero
o no, un desconocido llamó por te-léfono al consulado estadunidense
en Karachi para exigir 2 millones de dólares en rescate y la liberación
de Zaeef, a quien el régimen paquistaní entregó al
ejército de Estados Unidos a principios de enero.
El hombre que llamó dio de plazo 36 ho-ras para
la entrega del dinero, e indicó que volvería a comunicarse
para dar instrucciones sobre la forma de hacerlo.
"Tomamos esta llamada tan en serio co-mo los correos electrónicos",
dijo la policía paquistaní, y aceptó que no han logrado
progresos en las pesquisas.
Mientras, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI)
interrogó durante tres horas a Mubarak Ali Saha Gilani, detenido
el miércoles y señalado como sospechoso implicado en el caso
tras la desaparición del periodista el 23 de enero.
Sin embargo, la policía dijo que no se ob-tuvo
nada sustancial y que posiblemente vuelva a ser interrogado.
El canciller de Pakistán, Abdul Sattar, afirmó
que los registros de llamadas por un teléfono móvil usado
por Saha Gilani, líder del grupo radical islámico Jamaat
al-Fuqra, indicaban un posible vínculo con militantes de agrupaciones
de India.
Explicó que las personas investigadas por tales
llamadas ocupaban posiciones importantes en el gobierno indio, pero sin
que eso signifique que "estén trabajando en complicidad con alguien
en India".
En una primera reacción en Nueva Delhi, el gobierno
indio rechazó de inmediato la versión y en forma airada las
declaraciones del canciller paquistaní, que calificó de "ridículas",
señaló Reuters.
Un grupo de unos 60 periodistas árabes y occidentales
en Medio Oriente hicieron un llamado a la liberación de Daniel Pearl,
texto en el que rechazan que su colega trabaje para la Agencia Central
de Inteligencia (CIA) o el Mossad israelí, como sostiene el grupo
secuestrador.
Asienta que su compañero siempre trató con
"valentía, honestidad e independencia de espíritu los problemas
y conflictos de la región" centroasiática.
Mientras, el columnista Terry Anderson, quien fue mantenido
como rehén en Líbano cerca de siete años, escribió
que el secuestro de un periodista "no proporciona nada" a los plagiadores,
pero desgraciadamente los captores de Daniel Pearl en Pakistán "parecen
haber olvidado la lección".
En su columna del diario The New York Times, Anderson
aseguró: "Mis secuestradores, que pertenecían a la Jihad
Islámica, me dijeron al liberarme, hace 10 años, que sus
secuestros en los años 80 habían sido una táctica
inútil, que no les había proporcionado nada y que toda la
atención ganada había sido enteramente negativa".