Ť Homenaje póstumo al escritor jalisciense
en ese recinto
La Casa del Lago ahora se llamará Juan José
Arreola
Ť CNCA prepara Prosa dispersa, libro que reúne
primeros y últimos trabajos del autor de Confabulario y La
feria
CARLOS PAUL
La
Casa del Lago ahora se llamará Juan José Arreola, según
anuncio del rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM),
Juan Ramón de la Fuente.
Fue precisamente en ese recinto donde la noche del jueves
se rindió homenaje póstumo al escritor jalisciense, en el
que participaron Antonio Alatorre, José de la Colina, Hugo Gutiérrez
Vega, Hilda Morán, Fernando del Paso e Ignacio Solares.
También en ese acto Orso Arreola, hijo del autor
de Confabulario, anunció que entregó a la Dirección
General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
el libro Prosa dispersa. 1941-1996, en el que ''se reúnen
algunos textos que aparecieron en la revista Pan, fragmentos de
una novela, algunas décimas y los primeros y último textos
de mi padre, una traducción del francés del poema Corimbo
del otoño, de Francis Thompson", entre otros materiales.
Digna, la participación del último
juglar en los medios electrónicos: Gutiérrez Vega
Una pantalla de agua sobre el lago mayor, en la cual se
proyectaba la voz e imagen de Arreola, sirvió como telón
de fondo para recordar al ''gran creador de monstruos y encantamientos,
al escritor que ayudó a forjar la Casa del Lago a golpes de imaginación",
cuyo nombre llevará este recinto, convirtiéndose en Casa
del Lago Juan José Arreola", manifestó De la Fuente.
El filólogo Antonio Alatorre recordó en
su intervención la época "preuniversitaria" de Arreola, cuando
tenía 26 años; el amor del escritor por la literatura francesa;
sus charlas en torno a la revista Pan, cuando Juan Rulfo les entregó
para su publicación el cuento Nos han dado la tierra, y confesó:
"Yo supe de (Sigmund) Freud hablando con Juan José en Guadalajara".
Arreola "era teatral, no porque fuera insensible, sino
porque respiraba teatro". "Escribía su vida y vivía su escritura",
continuó José de la Colina, quien destacó la sensibilidad
del autor de Bestiario en sus poemas cortos, y exhortó a
Antonio Alatorre a escribir la biografía de Arreola.
Luego de que De la Colina recordó su primer encuentro
con Arreola, en una feria del libro de 1954, Gutiérrez Vega expresó:
''Lo veo como alguien que trabajaba en toda clase de oficios para sobrevivir,
en una Guadalajara "aún de dimensiones humanas", leyendo a Baudelaire,
a Whitman, a los principales fundadores de su estilo: Giovanni Papini y
Marcel Scwob.
"Veo su magisterio ?continuó?. En la radio y la
televisión. Su elocuencia ponía en alerta a los balbucientes
de este país nuestro, que enmascara palabras y lucha con un idioma
que parece no pertenecerle".
Recuerdo, añadió, "a los solemnes y pomposos
intelectuales frunciendo la nariz ante los despliegues de erudición
e inteligencia e histrionismo, en el único y mejor sentido del término,
que combinaba para divertir, divertirse, evocar y servir a un proyecto
de difusión cultural".
Por estas razones, destacó Gutiérrez Vega,
"reivindico la labor que Arreola realizó en los medios electrónicos".
El "fue el maestro de todos los que hemos dirigido esta noble casa", donde
"vivió rodeado de formas clásicas y voces jóvenes".
La literatura, continuó Gutiérrez Vega,
"pagó su amor con creces, pues le concedió los dones de la
gracia, la concisión, la claridad y la brevedad".
Hilda Morán recordó su larga etapa "como
secretaria, amanuense y en ocasiones confidente" del autor de La feria.
Fernando del Paso, luego de comentar haber tenido el privilegio
de disfrutar, "casi exclusivamente en París, su enorme lucidez,
su portentosa memoria y su maravillosa palabra, y de sufrir algunas de
sus fobias, con un cierto regocijo", leyó la oración fúnebre
que pronunció en el Paraninfo de Guadalajara, en el homenaje de
cuerpo presente que ahí se le rindiera a Arreola.
Solares terminó con la lectura de un fragmento
de su libro Espía en el aire, en el que recuerda a Juan José
Arreola en una charla literaria, conviviendo con estudiantes de la UNAM.