Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 4 de febrero de 2002
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En Manzanillo, ribereños y deportistas lo pelean

El pez vela, conflicto añejo entre pescadores

En la capital mundial del pez vela, Manzanillo, se vive desde hace mucho tiempo un problema entre pescadores ribereños y deportivos por obtener más peces de esa especie, lo que ha provocado que disminuya la cantidad y el peso de los picudos. En tanto, Profepa pone en marcha operativos para que se haga cumplir la Ley de Pesca para preservarlo

VERONICA GONZALEZ CARDENAS CORRESPONSAL

Manzanillo, Col., 2 de febrero. Considerado "la capital mundial del pez vela", Manzanillo envuelve en sus aguas un añejo conflicto entre pescadores deportivos y ribereños por la captura ilegal y sobrexplotación de esa especie, lo cual ha propiciado una disminución en las tallas de los ejemplares.

Al amparo de los permisos de pesca de escama, decenas de pescadores ribereños se hacen a la mar y a escasas tres millas de la playa extienden líneas de malla de cuatro kilómetros de longitud con 300 anzuelos con carnada viva.

Las trampas para el vela permanecen ahí toda la tarde y noche. En la mañana los pescadores vuelven al mar para recogerlas, y luego regresan al muelle con varias toneladas del pez vela, y se las entregan a los acaparadores, quienes comercializan el producto clandestinamente.

Hasta 1995, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) calculaba una explotación ilegal de picudos, principalmente de pez vela, de 150 o 200 toneladas mensuales, pero a partir de 1995 la captura comenzó a disminuir debido a la cancelación de permisos de pesca de tiburón ribereño para las embarcaciones pequeñas y a la aplicación de sanciones económicas a quienes infringían la ley.

pez vela_2De acuerdo con las reformas aprobadas por el Senado al artículo 13 de la Ley de Pesca (diciembre de 2000), las especies marlin, pez vela, pez espada, sábalo, pez gallo y dorado se destinan a la pesca deportiva y recreativa dentro de una franja de 50 millas náuticas, contadas a partir de la línea base que mide el mar territorial.

Para Jorge Gálvez Rocha, delegado de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat), el conflicto entre los pescadores ribereños y los deportivos por la captura de picudos "ya no existe".

En contraparte, el delegado de la Profepa José Delgado Magaña expuso que la captura y comercialización clandestina de picudos sigue presentándose, pero en menor proporción que antes.

"No existe el conflicto porque hicimos un buen esfuerzo para tratar de que se cumpliera la ley, y como los resultados parciales de un estudio del Centro Regional de Investigaciones Pesqueras (CRIP) indicaron que las poblaciones de tiburón ribereño habían disminuido drásticamente, cancelamos cuatro permisos de pesca de esa especie, dos más finiquitaron, y la proporción que pueda darse de captura de picudos es mucho menor porque las artes de pesca son diferentes", señaló Delgado Magaña.

Inconformes con la cancelación de los permisos de pesca de tiburón ribereño, los pescadores comerciales encontraron nuevas formas de burlar la vigilancia de la Profepa.

Al amparo de los permisos de pesca de escama ahora pescan vela y otros picudos durante las noches y los fines de semana, ya que las labores de inspección y vigilancia se dificultan para Profepa por la insuficiencia de personal.

Con sólo dos inspectores que vigilan el litoral de Colima, la Profepa ha concentrado su tarea en Manzanillo, centro de la problemática pesquera de esta entidad, y en los últimos 5 años decomisó 200 cimbras o líneas de cuatro kilómetros de longitud, con 300 anzuelos cada una para la pesca clandestina de picudos.

Cuando la Profepa inició sus funciones de inspección y vigilancia en 1995, cada embarcación menor contenía 95 por ciento de especies reservadas a la pesca deportiva. Se calculaba que la producción mensual de picudos capturados clandestinamente era de 150 a 200 toneladas, pero a 5 años de distancia la producción mensual disminuyó 80 por ciento, debido a que la institución comenzó a realizar operativos sorpresa y a aplicar la ley con más rigor, afirma.

Como resultado de esas acciones se aplicaron multas de varios miles de pesos a Nicolás Lepe, Manuel Cabrera Topete y José Manuel Vergara, quienes detentan la flota menor en el puerto y son acaparadores.

Disminuyeron las tallas

Estudios realizados por el CRIP indican que las poblaciones del pez vela y otros picudos no están en riesgo de extinguirse. Sin embargo, el presidente del Club Deportivo de Pesca Manzanillo, Enrique Arévalo González, afirmó que las tallas del vela han disminuido considerablemente debido a su sobrexplotación.

"Antes se pescaban bastantes velas, de 50 o 60 kilogramos cada uno, pero en la actualidad es muy raro capturar un pez de 50 kilogramos; los más grandes apenas alcanzan los 40 o 45 kilos. De hecho, en los 47 años del torneo internacional de pez vela nosotros tenemos un registro de un ejemplar capturado de 72 kilogramos", comentó.

Se dice que los velas que llegan a Manzanillo siguen las corrientes marinas que entran de Hawai y Baja California, pero durante su recorrido encuentran la muerte a manos de pescadores comerciales que sobrexplotan el producto, y cuando salen los turistas a pescar casi no capturan nada, y si logran algún ejemplar no rebasa los 40 o 45 kilogramos, señaló.

Para Arévalo González la solución es que los pescadores ribereños se apeguen a la ley, pues de otra manera difícilmente volverá a repetirse la hazaña del torneo internacional de pesca de 1957, año en que los participantes capturaron 336 velas, lo cual dio pie a la clasificación de Manzanillo como capital mundial del pez vela.

Tras la cancelación de los permisos de pesca de tiburón ribereño en 2001, los pescadores comerciales se han visto obligados a disminuir la captura de picudos, pues temen ser sorprendidos por la Profepa. No obstante, siguen pescando las especies dorado, marlin y vela, reconoce Manuel Cabrera Topete, acaparador de productos marinos.

"Somos más de 300 pescadores y no podemos mantenernos con la pesca de escama solamente, por eso capturamos de todo; es decir, dorado y tiburón, pero por lo regular en las cimbras predomina el pez vela", comentó.

Señaló que los pescadores tienen la esperanza de que las autoridades promuevan la firma de un convenio para capturar vela y dorado, "pues de todos modos se captura, aunque sea poco, y las autoridades lo saben, pero no se han puesto muy enérgicos en la aplicación de la ley porque habría un problema social grande", dice.

Manuel Cabrera fue uno de los pescadores a los que la Profepa canceló permisos de pesca de tiburón ribereño en 2001. Negó tener embarcaciones, pero señaló que sí compra pescado y lo vende al mayoreo y menudeo.

Un kilogramo de Vela se vende al menudeo en 11 o 12 pesos, porque al acaparador se le dificulta comercializarlo en la clandestinidad pues si la Profepa lo sorprende podría aplicarle una multa de más de 30 mil pesos, por esa razón quieren que las autoridades otorguen permisos para la pesca de picudos "para tener buen precio".

Falta voluntad política

En opinión del delegado de la Profepa, "falta voluntad política de todas las autoridades que intervienen en el cumplimiento de la Ley de Pesca para solucionar el problema, pues si bien es cierto que la procuraduría es la responsable de aplicar las sanciones, las repercusiones de carácter social y político se dan en los estados y los municipios".

José Delgado Magaña comentó que hay autoridades que con el propósito de quedar bien con los pescadores ponen en mal a la Profepa. Lo peor de todo es que no ofrecen ninguna alternativa de solución, "y mientras el pescador se sienta protegido por equis legislador, equis senador o algún presidente municipal, siempre existirá el riesgo de un conflicto social" derivado de la aplicación de la ley, comentó.

En Manzanillo, refirió, son pocas las personas que realmente viven de la pesca, y bien podrían sobrevivir sin problemas si se les autoriza otra pesquería u otra actividad económica que no vaya contra la ley vigente. "Creo que el problema de Manzanillo en el ámbito pesquero, como en todo el país, es cuestión de voluntad política de quienes participamos en el cumplimiento de la ley", enfatizó.

Las alternativas de solución

Para el delegado de la Semarnat, Jorge Gálvez Rocha, una solución al conflicto entre pescadores deportivos y ribereños consiste en que estos últimos sustituyan las embarcaciones menores (lanchas o panas) por mayores, lo cual les permitiría salir a pescar más allá de las 50 millas reservadas a la pesca deportiva.

"Quienes así lo hicieron, cuatro o cinco personas, están pescando tiburón fuera de las 50 millas, y ahí la incidentalidad (de Vela) tiene menor problema, puesto que fuera de las 50 millas ya no se aplica la ley respecto a la captura de especies reservadas a la pesca deportiva", dijo.

Otra alternativa es que los pescadores ribereños se conviertan en prestadores de servicios turísticos; es decir, arrendadores de lanchas, pues un pescador deportivo que viene de otro estado e incluso de otro país deja una derrama económica promedio de 10 mil pesos, señaló el presidente del Club Deportivo de Pesca Manzanillo.

En las condiciones actuales no sería posible realizar esa reconversión totalmente, pues el número de turistas que demanda el servicio de renta de lanchas es mínimo. Los arrendadores calculan en 15 sus clientes diarios en temporada alta y de uno a tres en temporada baja, de modo que para dar empleo a los más de 300 pescadores ribereños el gobierno del estado tendría que dar un fuerte impulso al turismo.

En el torneo internacional de pesca de pez vela ?realizado en noviembre pasado? participaron más de 200 pescadores, lo cual significó una derrama económica de aproximadamente 2 millones de pesos, pues sólo la inscripción costó 5 mil pesos por persona. Sin embargo, es el gobierno el que debe buscar las alternativas más viables para los pescadores comerciales, puntualizó Serafín Guzmán Luna. No obstante el conflicto, a partir del sábado 2 y hasta el lunes 4 de febrero pescadores deportivos del país y del extranjero compiten en la captura de vela.

l picudo más pesado en la edición 45 del torneo nacional de pesca de pez vela.

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