Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 10 de febrero de 2002
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Mundo

Antar Zouabri encabezaba un despiadada insurgencia contra el régimen militar

Matan las fuerzas de seguridad de Argelia al líder del Grupo Islámico Armado

La rebelión contra el presidente Bouteflika ha dejado unos 200 mil civiles muertos

ROBERT FISK THE INDEPENDENT

Londres, 9 de febrero. Antar Zouabri está muerto. O eso es lo que al menos dicen las autoridades de Argelia. Junto con dos de sus compañeros, se reportó que fue asesinado en un tiroteo hace dos días con las fuerzas armadas en la ciudad de Boufarik, ubicada en el sur argelino.

Zouabri fue la cabeza del Grupo Islámico Armado (GIA), el cual enlistó a cientos de argelinos para combatir en la guerrilla afgana en su lucha contra los soviéticos.

Desde 1996 comandó una despiadada in-surgencia contra el régimen militar argelino. El conflicto se caracterizó por los in-contables degollamientos, torturas y "desapariciones" a manos de la policía estatal de seguridad. En el pasado, reportes sobre la muerte de Zouabri han sido exagerados.

Su predecesor Djamel Zitouni, asesinado hace seis años, fue culpado por los franceses en 1994 de organizar, junto con un gru-po, el secuestro de un avión de Air France, y de su intención de estrellar la aeronave en París, macabro aviso de los crímenes contra la humanidad perpetrados en Estados Unidos el pasado 11 de septiembre.

El grupo fracasó en su intento cuando co-mandos franceses irrumpieron en el avión alg03-103224mientras éste era reabastecido de combustible en Marsella.

Al menos un millón de argelinos murieron en la guerra de independencia contra Francia, entre 1954 y 1962, durante la cual las tropas francesas, así como sus antagonistas argelinos, fueron acusadas por casos de tortura y masacres.

La actual guerra de Argelia, en la que han muerto al menos 200 mil civiles, comenzó después que el ejército canceló la segunda vuelta de las elecciones en 1992, en las cuales el Frente de Salvación Islámico se perfilaba como el ganador.

Luego de criticar, inicialmente, a los ar-gelinos por su escaso avance democrático, la Unión Europea -a pesar de la abrumadora evidencia de que la policía argelina y el ejército estuvieron involucrados en asesinatos y tortura- dio su apoyo incondicional al gobierno argelino, y la marina de Estados Unidos reanudó sus ejercicios militares junto a las fuerzas de seguridad.

Los rusos, aliados de Argelia antes del colapso de la Unión Soviética, entregaron 10 bombas Sukhoi-24 en noviembre pasado. Doce más serán entregadas próximamente y no hay duda que éstas serán usadas contra cualquier base del GIA, en las montañas de Argelia.

A principios de la década de 1990, el GIA fue señalado como autor de una serie de masacres. Decapitaciones, violaciones, asesinatos en serie y tortura fueron el común denominador, sin embargo, supervivientes y ex militares posteriormente proporcionaron evidencias convincentes de que las fuerzas de seguridad también estuvieron involucradas.

Ex soldados del ejército argelino, que se encuentran exiliados en Europa, afirmaron que sus compañeros se han visto forzados a decir que fueron miembros del GIA los que mataron a pobladores en el Blida, el "triángulo de la muerte" del sur de Argelia.

Las torturas y ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo en las estaciones policiales recibieron la condena de Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos.

Pero los hombres de Zouabri también fueron conocidos por su crueldad y falta de misericordia. Las mujeres fueron obligadas a "casarse temporalmente", los pueblos que cooperaban con el gobierno fueron destruidos y sus habitantes, desviscerados.

Bajo una amnistía ordenada por el actual presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, 6 mil hombres armados se rindieron ante las autoridades, de acuerdo con el gobierno, pero los asesinatos continúan.

Al menos 33 personas, la mayoría civiles, murieron la semana pasada, algunas de ellas por realizar operativos de control ca-rretero similares a los del GIA.

Cuatro personas fueron asesinadas el jueves en Harbil, 70 kilómetros al sur de Argelia. Otros dos civiles perdieron la vida y ocho resultaron heridos el fin de semana pasado a manos de una banda armada en el camino principal que une a la capital con el sur del país.

Amnistía Internacional condenó la semana pasada lo que llamó "impunidad" otorgada a los responsables por los abusos a los derechos humanos en Argelia.

© The Independent.

Traducción: Erik Vilchis.

Formalmente identificado

Las fuerzas de seguridad de Argelia ma-taron a Antar Zouabri, el viernes por la tarde en Boufarik, a 35 kilómetros de Argel, confirmó una fuente oficial. Zouabri murió junto con otros dos re-beldes en una casa de la pequeña ciudad de la llanura de Mititdja, a las puertas de Argel, donde sembró el terror durante casi 10 años, según la misma fuente.

El dirigente del GIA fue formalmente identificado por los servicios de seguridad, que descubrieron armas y "documentos subversivos" en la casa que servía de escondite. El GIA rechaza la política de concordia civil del presidente Abdelaziz Bouteflika y prosigue los atentados y matanzas en Argelia. (AFP)

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