Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 10 de febrero de 2002
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Sociedad y Justicia

Además, la organización financiera en el sector es deficiente, revela estudio de la Ssa

Desigual asignación de dinero, causa del rezago en salud

Otro problema es el desequilibrio en los recursos que cada institución asigna por paciente

ANGELES CRUZ

La organización financiera del sistema de salud es ineficiente y desigual, lo que ha condicionado la prevalencia del rezago epidemiológico. Información de la Secretaría de Salud (Ssa) asegura que parte del origen del problema está en los desequilibrios en la distribución de recursos económicos.

Además del reducido gasto destinado por cada entidad al sector salud, su distribución es muy heterogénea, pues 27 estados aportan menos de 20 por ciento de su presupuesto. Los casos más extremos son Chiapas, Durango, Oaxaca, San Luis Potosí y Zacatecas, los cuales no destinan ni 5 por ciento. En tanto, Aguascalientes, Distrito Federal, Morelos, Sonora y Tabasco asignan más de 20 por ciento de sus recursos.

La Ssa destaca como otro de los problemas la desigual distribución del dinero entre instituciones, y menciona como ejemplo que el gasto por persona en servicios médicos de Pemex es de dos a seis veces mayor que el de otras instituciones. Así, mientras la paraestatal destinaba 6 mil pesos per cápita en 1999, el IMSS se ubicaba en 2 mil 500, el ISSSTE en mil 300 y la Ssa en mil 200.

Pero no sólo eso, desde 1992, Pemex ha registrado incrementos constantes en la asignación de recursos a la salud. En aquel año, a cada uno de sus derechohabientes se destinaban mil pesos.

El gasto público por persona en los estados también registra variaciones importantes: en 19 se sitúa por encima del promedio, y en 13 está por debajo. Los casos más extremos son Guanajuato, México, Michoacán, Puebla y Veracruz. Una situación similar ocurre con el gasto per capita de los municipios.

De ahí que en 1996 la Ssa haya intentado reducir estas brechas con la aplicación de una estrategia para asignar recursos entre entidades y con base en sus necesidades. Sin embargo, se utiliza únicamente para distribuir los excedentes -el dinero disponible después de cubrir salarios y gastos de operación regulares-, por lo que el avance hacia la equidad ha sido muy lento.

En tanto, en 1997 el IMSS decidió hacer explícitas las reglas de asignación presupuestal, con el fin de mejorar la distribución de los recursos entre sus delegaciones. No obstante, esa dependencia afronta otra problemática relacionada con la concentración de sus recursos en la atención curativa, principalmente en la de especialidad.

Los hospitales de segundo y tercer niveles del Seguro Social absorben 75 por ciento de su presupuesto. En el ISSSTE ese porcentaje se sitúa en 69 por ciento.

Esta parte del análisis de la Ssa se refiere al gasto de bolsillo, al que señala como muy fragmentado y prácticamente sin regulación. Destaca que sólo 2 por ciento de la erogación total en salud se dedica a seguros médicos privados, y dado que el 35 por ciento corresponde a la seguridad social, la dependencia concluye que "se está desaprovechando la posibilidad de agregar riesgos, y con ello contribuir a la eficiencia en la producción de salud, con aproximadamente 63 por ciento del gasto".

Aunado a lo anterior está el hecho de que en México históricamente se ha dado una baja inversión federal en salud. Actualmente se ubica en 5.6 por ciento del producto interno bruto, porcentaje que es inferior al promedio latinoamericano.

El texto apunta que la organización financiera actual del gasto sanitario del país es ineficiente y genera insatisfacción, porque un alto porcentaje de las familias mexicanas paga hasta tres veces por la atención de su salud. Resulta que liquidan impuestos que se utilizan en servicios públicos, contribuyen al seguro social y frecuentemente utilizan la atención médica privada.

A partir de lo anterior, la actual administración federal propone una serie de acciones para que en 2025 todos los mexicanos tengan acceso a un seguro de salud, independientemente de su capacidad de pago, su nivel de riesgo o su filiación laboral, el que, además, le garantizará el acceso a servicios bajo un modelo integrado de atención a la salud.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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