J. Francisco Serrano ingresa hoy a la sección de arquitectura de la Academia de Artes
El concreto, material muy mexicano del siglo XX
MERRY MAC MASTERS
Ser un arquitecto de su tiempo es lo que siempre ha pretendido J. Francisco Serrano (ciudad de México, 1937). Tercera generación de una dinastía de arquitectos, asegura nunca haber hecho ninguna concesión de tipo ''vamos para atrás y hagamos retros, como se dice ahora (antiguamente decíamos 'regreso al pasado')''.
"Me baso en que tengo una cultura mexicana -no podría ser de otra manera-, pero por lo mismo que es mexicana es universal, no al revés. En lo que he hecho se reflejan las raíces de la tradición arquitectónica mexicana, igual que las raíces del movimiento moderno; muchos piensan que ya está muerto, pero creo que todavía no se muere", explica.
Hoy J. Francisco Serrano, autor de obras como la Universidad Iberoamericana (1983-88), ingresará a la sección de arquitectura de la Academia de Artes. Ocupará el lugar que quedó vacante al fallecer Mario Pani. Con su ingreso quedarán completas las cinco plazas que integran la sección; los otros académicos de número son Pedro Ramírez Vázquez, Teodoro González de León, Ricardo Legorreta y Agustín Hernández. La ceremonia de recepción será a las 19 horas, en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado 50, Tabacalera). Su discurso de ingreso, intitulado Reflexiones, será contestado por la maestra Louise Noelle Gras, académica secretaria de la institución.
A pesar de que Serrano haya realizado "grandes proyectos solo", se siente "precursor de los arquitectos que trabajan en colaboración". Le ha tocado trabajar "de igual a igual" con los grandes arquitectos de México. Si su "trabajo en general es de equipo", esto es de siempre: primero, con su padre Francisco J. Serrano (1900-1982), responsable del edificio Basurto y el cine Teresa, y después con un sinnúmero de personalidades, como Augusto H. Alvarez, Juan Sordo Madaleno, Ramírez Vázquez, Rafael Mijares, Héctor Velázquez y Ramón Torres.
En los setenta realizó, con González de León y Abraham Zabludovsky, la embajada de México en Brasil (Brasilia). A partir de 1981, ha hecho obras "sin parar" con González de León. Entre lo más reciente está la embajada de México en Alemania (Berlín) y el edificio Arcos de Bosques, en cuya primera fase también colaboró Carlos Tejeda. Ahora Serrano y González de León realizan la embajada de México en Guatemala.
Señala el concreto, expuesto o cincelado, como el material que más ha utilizado, al igual que González de León y Zabludovsky, entre otros. Sobre el empleo del concreto, "la piedra del siglo XX", observa: "Durante mucho años hemos batallado para que esto sucediera. Es una manera de adaptar una técnica de construcción a condiciones muy mexicanas, de la calidad de la mano de obra, del precio de los materiales... Junto con esto hay otras técnicas como el tabique, que usé en la Ibero. El material del tabique no se pone después, forma parte de los colados de la estructura. Esto obviamente llama mucho la atención fuera de nuestro país. Esto es el reflejo de nuevo de una raíz nuestra, muy mexicana, que se adapta a las condiciones de construir de aquí".
Para Serrano, sin embargo, el futuro del siglo XXI está en los materiales artificiales. De esos destaca el cristal, que "lo vengo usando de cerca de diez años para acá, que no era acostumbrado, por ejemplo, como elemento estructural, como elemento de sólo transparencia o de reflejo, sin utilizar el vidrio-espejo, que no es de mi agrado".
Ejemplifica con un restaurante en la calle de Nuevo León, un edificio corporativo de oficinas realizado en Acapulco, Guerrero, en que "el vidrio es tratado como una gran pared" para tomar otro sentido, y "el cristal usado en los pisos que permite la transparencia de las luces".
Respecto a la arquitectura de hoy, Serrano pide que se haga "una obra pública que sea orgullo de los mexicanos". Si con gran orgullo presumimos nuestras pirámides o las edificaciones de la época colonial, "šqué siga existiendo ese orgullo de nuestro hacer de hoy!".