Jenaro Villamil
Partidos, imagen sin credibilidad
Una paradoja importante se ha revelado en los procesos de elección interna de PRI, PAN y PRD: a mayor apuesta por la imagen, por la personalización de las propuestas y la mercadotecnia telegénica, menor es la credibilidad de los procesos. Los grandes ausentes en estas contiendas son, paradójicamente, los propios ciudadanos. Y el viejo método del proselitismo (aprovechar las coyunturas para atraer a nuevos militantes y simpatizantes) se ha convertido en un nuevo estilo de autofagia política: utilizar la competencia para debilitar al propio partido y ahuyentar a los integrantes.
El caso más sintomático es el del PRI. Este domingo el otrora partidazo renovará su dirigencia en comicios abiertos a toda la ciudadanía. Las dos fórmulas han invertido una verdadera fortuna en sus spots televisivos -que concentraron más de 80 por ciento de su presupuesto de publicidad-, pero ni la tercera parte de los ciudadanos mexicanos sabe bien a bien de qué se trata la disputa Madrazo-Paredes. Entre el mensaje inicial de la ex gobernadora de Tlaxcala -"vamos juntos por los valores esenciales"-, que parecía campaña de la asociación A favor de lo mejor, y las dotes de vidente de Roberto Madrazo -"veo el PRI que tú quieres"-, y el sinfín de acusaciones cruzadas, el escándalo de la Operación Crudo y el jugoso patrimonio de la maestra Elba Esther, el tricolor desdibujó su perfil y alentó la desconfianza ciudadana. La última encuesta de El Noticiero, con Joaquín López Dóriga, revela que la credibilidad del PRI está por los suelos: 72 por ciento de las 13 mil 57 llamadas telefónicas expresó que no confía en la limpieza de los comicios de este 24 de febrero (encuesta del viernes 22 de febrero, 23 horas). La propia dirigente nacional, Dulce María Sauri, reconoció que sólo una tercera parte de las 9 millones de boletas serán usadas en la contienda y, sin rubor, Roque Villanueva sustituyó el término "acarreo" por el de "capacidad de movilización".
En otras palabras, las grandes derrotadas en el PRI serán la credibilidad y la participación voluntaria. Los propios contendientes insisten en desacreditarse atacando la imagen y la fama pública del contrario. Los spots de la dupla Roberto Madrazo-Elba Esther Gordillo anulan hasta la posibilidad de que los militantes del tricolor participen en la renovación del partido. ƑPara qué?, si él ya "vio" el partido que se requiere. Beatriz Paredes se ha presentado como la candidata de las "manos limpias", lo cual es una verdadera ternura para todo aquel que tenga un mínimo conocimiento de lo que se trata haber sido "operador político" del partido que gobernó durante 70 años este país. Apostarle a la imagen de pureza, de mesianismo, sin una mínima dosis de autocrítica y un exceso de maña para descalificar al contrario, ha ido en detrimento del PRI. Los verdaderos ganadores fueron los miembros del círculo rojo de la televisión y la radio -en especial, los noticiarios de Tv Azteca y de Televisa- que se convirtieron en los réferis de la contienda interna priísta.
El caso del PAN es dramático. El partido que gobierna el país, que tiene la responsabilidad de haber triunfado en la contienda presidencial de 2000, optó por un proceso interno cerrado, al margen de la ciudadanía, como si se tratara de un concilio celestial y no de un proceso de escrutinio público. De esta forma, el PAN alienta la imagen de una sociedad anónima. ƑCómo creerle a una organización que dice ser parte del "cambio" si sus métodos de elección interna son los mismos que hace 50 años? ƑQué credibilidad puede atraer Acción Nacional con el exceso de buenas maneras y la falta de sustancia entre Carlos Medina y Luis Felipe Bravo, mientras todas las disputas reales del PAN se ventilan afuera: desde los alcaldes superestrellas y superasalariados, los diputables, los gobernadores de Morelos y Querétaro que inauguran nuevas formas de impunidad, hasta la descalificación reciente de su coordinador legislativo, Felipe Calderón, quien acusó al gobierno de Fox de "torpeza" frente al anuncio de una enmienda a la reforma fiscal?
El PRD es el otro partido que le apostó a un proceso de votación general, pero con un padrón de militantes. El PRD arrastra una doble crisis de imagen y credibilidad, pero el eje de la crítica es más intenso a nivel interno que externo, quizá porque el partido no ha podido salir de las interminables disputas entre las corrientes, y lejos de atraer al ciudadano y al simpatizante, lo aleja y lo desanima. La apuesta de la mayoría de las seis fórmulas que buscan la dirigencia ha sido remarcar este divorcio interno y desacreditar a las principales figuras del partido. Sólo así se explica el persistente parricidio contra Cuauhtémoc Cárdenas, el principal activo político en la corta historia de este partido, y el insólito caso de clonación de la imagen de Rosario Robles, la candidata señalada por todas las encuestas como la más fuerte. Todavía más insólita resultó la declaración de la candidata Martha Patricia Hernández Mendoza, quien pretendió ironizar su intento de clonación diciendo que no sabía que la imagen de Rosario Robles "era una marca registrada". Es decir, una confesión de parte: efectivamente, quiso trascender en la contienda con una imagen cachirul de sí misma.
Frente a este panorama, los incentivos para que un ciudadano común y corriente se interese y participe en las contiendas internas de los partidos son nulos. Lo más grave no es la rijosidad ni la desbordada apuesta mercadológica, sino la peligrosa despolitización que se observa en estos procesos, donde la imagen sin credibilidad desfigura las propuestas para una nación distinta.
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