Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 24 de febrero de 2002
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Economía

José Antonio Rojas Nieto

Los impuestos en combustóleo y gas natural

Permítaseme comenzar esta nota recordando que poco más de 70 por ciento del gas natural mexicano se produce de forma asociada con el crudo, fundamentalmente en el sur del país: Sonda de Campeche, Chiapas, Tabasco y Veracruz. El no asociado primordialmente en el norte, en la famosa Cuenca de Burgos, pero también en Papaloapan y en Macuspana Veracruz. Por lo anterior, su costo de producción es sumamente bajo.

Compañeros petroleros especialistas señalan un costo inferior a 66 centavos de dólar por millón de Btu (unidad térmica británica) o su equivalente, cerca de 21 centavos mexicanos por metro cúbico al tipo de cambio actual. Así, si quisiéramos disponer de un volumen de gas con un poder calorífico equivalente a un barril de crudo, su costo sería similar: poquito más de cuatro dólares. En buen romance esto significa que en nuestro país cuesta prácticamente lo mismo tener crudo que tener gas natural.

Lástima que sí hay mucho crudo y no tanto gas natural. No es el caso de nuestros socios comerciales -tanto canadienses como estadunidenses-, cuyos costos de producción son mucho mayores. Concurrir al mercado mundial o al regional con crudo, gas natural o petrolíferos implica -como de hecho lo ha implicado ya para el petróleo de exportación- una jugosa ganancia extraordinaria, una renta. Se trata básicamente de una renta petrolera porque hasta hoy México sólo ha dispuesto de capacidad exportadora en materia de crudo. De hecho esa renta ya se concreta de manera continua desde hace muchos años y jugosamente desde 1975.

Sorprendámonos recordar o saber que de 1965 a 2001 esta renta ha representado cerca de 320 mil millones de dólares actuales (de 2001). Por cierto, el año 2000 fue uno de los más ricos en captación de renta. ƑQué explicación complementaria, por cierto, debiéramos buscar al hecho de que nunca hemos tenido una sólida reforma fiscal, gradual, integral, progresiva y justa? ƑQué otra? šNinguna! Esta riqueza natural ha sido aprovechada por quienes hasta hoy roban al fisco. Menos porque le quiten. Más porque no le dan. O porque no les piden a quienes debieran dar. Ahí, sin duda, no están los asalariados, principal soporte fiscal no petrolero de México.

Bueno, lo cierto es que estos ingresos provienen, exclusivamente, de la valorización económica del menor costo interno de producción del crudo y del gas natural, respecto al mayor costo (el marginal dicen los economistas) que acepta el mercado en cada momento dado el nivel del precio. Precios altos por condiciones económicas, de demanda en ascenso, de consumos estacionales altos, de inventarios bajos y geopolíticas que provocan ascensos, implican la aceptación de productores de costos altos. Precios bajos también por condiciones económicas difíciles, demanda estancada o en descenso, bajo consumo estacional, inventarios altos y geopolítica que deprime precios, implican la expulsión de productores de costos altos y la redefinición de un nuevo alto aceptable. Es la lógica cotidiana e histórica del mercado petrolero mundial y de los mercados regionales de gas natural.

Mientras que en México se adoptó otro esquema de precios, es decir, en tanto que los precios internos estaban determinados por costos de producción, se llegó al dispendio energético y a la apropiación individual de esa renta. Cuando se adoptó el controvertido esquema de costo de oportunidad se arribó al abuso de la transferencia indiscriminada de condiciones externas y a la apropiación fiscal de esa renta. Ambos esquemas tienen pros y contras.

La renta petrolera es apropiada hoy por el fisco en los precios de los combustibles industriales por excelencia, el combustóleo y el gas natural. Difiere, evidentemente, del IVA y de impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS). Combustóleo como el de estos meses, de 12 dólares por barril de 159 litros (sin IVA) tiene cerca de 5 dólares de costo de producción y 7 de renta, es decir, casi 60 por ciento. Y gas natural como el de estos meses de 75 centavos por metro cúbico o su equivalente de 2.30 dólares por millón de Btu (también sin IVA) tiene cerca de 21 centavos de costo de producción y 54 centavos por metro cúbico de renta, es decir, poco más de 70 por ciento.

Salvo en coyunturas excepcionales, de desplome de precios, de ordinario se logra la reivindicación de una renta petrolera. Para bien y para mal este es, precisamente, el principio fundamental de nuestra fiscalidad, en la que los ingresos petroleros directos, es decir, sin el IEPS y sin el IVA neto -han representado los últimos años no menos de la tercera parte y en algunos años casi el 40 por ciento. Y sin embargo, es evidente que se trata de un esquema que ya exige una estricta revisión, como también la exige el esquema fiscal de la industria eléctrica en torno al cual será conveniente comentar pronto.

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