El PIB del país sudamericano podría caer 8% este año, admitió el FMI
Argentina, evidencia de la crisis que afecta a AL; la región creció sólo 0.5% en 2001
Claudio Loser señaló que en 2002 habrá resultados negativos en Uruguay y Venezuela
AFP
Fortaleza, Brasil, 15 de marzo. América Latina registró con inquietud esta semana, en la asamblea del BID en esta ciudad, la gravedad de la crisis que la afecta con epicentro en Argentina, y que cuestiona las bases de su democracia.
En su reunión anual, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó los últimos resultados de la región, que en 2001 tuvo un 0.5 por ciento de crecimiento, y que este año debería contentarse con un porcentaje similar o inferior, aunque el FMI previó un despegue en el cuarto trimestre y un crecimiento de 4 por ciento en 2003.
Las causas de ese bajo rendimiento fueron reiteradas hasta el cansancio en Fortaleza: los efectos de los atentados del 11 de septiembre que acentuaron la tendencia recesiva global, la caída de los precios de las materias primas y la tremenda crisis en la cual se debate Argentina, tercera economía regional.
En este país, la caída del PIB podría alcanzar este año 8 por ciento, admitió aquí Claudio Loser, director del FMI para el hemisferio occidental.
Según Loser, en 2002 la zona presentará grandes diferencias de resultados: la recuperación será patente en Centroamérica, Chile (3 por ciento), Brasil (2.5 por ciento), Colombia (más de 2 por ciento) y México (1.7 por ciento).
Caerán en cambio Uruguay (fuertemente impactado por su vecino argentino) y Venezuela, que acaba de disponer recortes fiscales para compensar la caída de los precios del petróleo.
Uruguay entró en su cuarto año de recesión, con un déficit fiscal de 831 millones de dólares (4.4 por ciento de su PIB); en el primer bimestre del año, perdió además mil 50 millones de dólares de sus reservas internacionales (una caída de 35 por ciento respecto a los 2 mil 956 millones de dólares que el Banco Central exhibía a fines de 2001).
En Venezuela, presa de una agitación creciente a causa de los enfrentamientos entre partidarios y adversarios del presidente Hugo Chávez, las autoridades admiten que este año será de estancamiento.
"El crecimiento va a ser muy modesto, si es que lo hay", afirmó en Fortaleza el ministro venezolano de Finanzas, Francisco Ussn.
Aunque dijo carecer aún de previsiones exactas, el ministro y general consideró que la estabilización del bolívar tras la reciente decisión de dejarlo flotar ayudará a que el resultado de 2002 no sea "tan dramático" como han apuntado algunos analistas.
El BID tomó nota de los riesgos de la crisis regional, y llamó a profundizar la integración regional, a mejorar la competitividad a dar mayor apoyo al sector privado.
Al iniciarse la asamblea, los presidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Alejandro Toledo (Perú) y Gustavo Noboa (Ecuador) resaltaron igualmente que la deuda social fragilizaba a las incipientes democracias de la región.
Cardoso fustigó además el "proteccionismo" de los países industrializados, que cierran sus mercados a los productos de los mercados emergentes, y planteó la necesidad de imponer algún tipo de control sobre los movimientos de capitales a fin de limitar la especulación, en vísperas de la cumbre de Financiamiento del Desarrollo que se celebrará la semana próxima en Monterrey (México).
El presidente del BID, Enrique Iglesias, reconoció que América Latina "está atravesando ciertos momentos de preocupación, difíciles, en algunos casos con dolorosas experiencias", pero dijo que en ciertos casos eran "dolores de parto, no dolores de muerte".
Hizo notar que pese a la gravedad de la crisis no se había optado por "soluciones fáciles como el populismo" ni registrado un retorno a fórmulas totalitarias como las de la década de los 70.
