Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 24 de marzo de 2002
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Política

La policía se dice satisfecha y agradeció el buen comportamiento de globalifóbicos

Con más dinero, la Sultana vuelve a la normalidad

El cierre de calles, más que la cumbre, la preocupación principal de los regios

ENRIQUE MENDEZ Y DAVID CARRIZALES ENIVADO Y CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 23 de marzo. Luego de que los últimos jefes de Estado que participaron en la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo regresaron a su país o cumplen otras agendas -como en el caso de George Bush-, y que los últimos globalicríticos regresaron al Distrito Federal sin haber provocado mayores conflictos, esta ciudad volvió a su realidad cotidiana.

Según cálculos del gobernador Fernando Canales Clariond, será una ciudad con más dinero. De acuerdo con el panista, en una semana Monterrey habría recibido una derrama económica de 100 millones de pesos, cifra a la que habrá que descontarle 30 millones de pesos que su administración destinó para financiar la compra de equipo antimotines y la tanqueta equipada para disolver marchas y movilizaciones, a la que aquí se le conoce como El Oso.

Hace 11 días, el martes 12, las fuerzas de seguridad pública fueron puestas a prueba cuando un individuo pretendió suicidarse al intentar arrojarse desde un anuncio espectacular, y al no lograr su objetivo después las corporaciones policiacas se lo disputaron para arrestarlo.

Toda la inversión que el gobierno realizó para evitar ese y otros incidentes la debió asumir la empresa Supercolchones, que le facilitó a la Secretaría de Seguridad Pública más de 50 colchones para amortiguar el golpe ante la eventual caída del hombre.

Y como en el lado estadunidense, aquí también todo es bisnes. La empresa ya sacó sus promocionales a partir de ese incidente y con una nueva marca de colchón: "el osito dormilón". Los chascarrillos derivados de ello han alcanzado al subsecretario de Seguridad Pública, Raúl Maldonado, a quien ya le impusieron ese mote, que además le causa gracia: "N'ombre, ahora me dicen el osito dormilón".

Ni los policías, a los que la voz popular llama "robocops", ni las demás fuerzas de seguridad pública tuvieron que actuar para disolver las manifestaciones. Es la primera ocasión que en una cumbre de este tipo no sale nadie herido por enfrentamientos entre globalifóbicos y policías.

Desde anoche se levantó el campamento de quienes aquí no quisieron que se les denominara globalifóbicos, sino globalicríticos. Los integrantes del Movimiento de Resistencia Anarkopunk, de la Coordinadora Apoyo Mutuo y del ex Consejo General de Huelga regresaron a la ciudad de México con más pena que gloria.

Y es que, debido a su "buen comportamiento" durante los cinco días que duró la cumbre, Maldonado fue a visitarlos a la Alameda para hacerles un reconocimiento.

Ahí les agradeció que las marchas hayan sido pacíficas y las pintas podían incluso pasar como asunto menor, pues ayer mismo brigadas de trabajadores con botes de pintura y uniformes blancos -aquí se les conoce como monos blancos- se dedicaron a borrar los grafittis.

De las consignas contra Estados Unidos, las transnacionales, los bancos y los hombres del dinero ya no queda nada. La bandera que los punks arrancaron ayer de una de las astas del hotel Fiesta Inn ya fue repuesta, y un sector de la sociedad regiomontana se preparaba esta mañana para hacer sus compras en la vecina Texas.

No por nada, pero en sus espacios de noticias los programas locales destinan en el segmento dedicado al pronóstico del tiempo un reporte especial sobre el clima en las ciudades principales del país del norte.

Con ese sentimiento proestadunidense, grupos de personas se acercaron la tarde del jueves hasta la carretera que va hacia el aeropuerto Mariano Escobedo para saludar al presidente George Bush, en su paso hacia esta capital.

Aquí, por ejemplo, los ciudadanos visten sin ningún pudor ropa bordada con la bandera de ese país, y en las tiendas departamentales no se promocionan los descuentos por la temporada primaveral, sino rebajas de "spring".

Para la sociedad de Monterrey -que según el historiador Raúl Rubio no tiene una base social de lucha- las preocupaciones principales que se tuvieron durante la cumbre de la ONU no fueron precisamente los debates sobre la asistencia económica a los países pobres, sino las molestias por el cierre de calles y avenidas durante las marchas. A los jóvenes les molestó la encerrona de mandatarios y la cena en los museos de Historia Mexicana y de Arte Contemporáneo, ya que obligaron a cerrar los accesos a la Zona Rosa, la principal área de bares, discotecas y restaurantes del centro de Monterrey.

El jueves se redujo drásticamente la visita de turistas y universitarios a esa zona, y sólo hasta después de las once de la noche del viernes, hora en que se reabrió la circulación, se reactivó la vida nocturna del barrio antiguo.

Cada quien volvió a sus ocupaciones. Así, este sábado se informó que la Secretaría de Salud había confirmado que la muerte de cabritos, que los campesinos del municipio de Mina atribuyen a la contaminación del basurero tóxico de Rimsa, en realidad se debió al "estrés" que sufren los animales.

Y a pesar de que problemas como este continúan, en Nuevo León no son temas globales, sino locales, y eventualmente pasarán al olvido nacional.

Los presidentes, jefes de Estado y sus comitivas ya abandonaron Monterrey, pero en avenida Cuauhtémoc, a dos calles de la Alameda, todavía se puede leer un mensaje para el mandatario de Estados Unidos, quien esta mañana viajó hacia Sudamérica: "Bush, dános un push".

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