Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 3 de abril de 2002
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Política
La Casa Blanca abandona toda discusión sobre ese rubro

La elección de noviembre en EU desplaza al tema migratorio

México obtuvo ''casi nada'' en la cumbre de Monterrey: analistas

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 2 de abril. Los presidentes Vicente Fox y George W. Bush renovaron sus compromisos retóricos de abordar el tema migratorio en negociaciones bilaterales cuando se reunieron en Monterrey el mes pasado, pero la Casa Blanca virtualmente ha abandonado toda discusión de cualquier cambio en su política migratoria hasta, por lo menos, después de las elecciones de noviembre.

''Básicamente la administración (de Bush) no está dispuesta a hablar sobre un cambio mayor en la política migratoria hasta después de la elección'', explicó el experto Demetrios Papademetriou, funcionario para asuntos migratorios en el gobierno de Bush padre, y ahora codirector del Instituto de Política Migratoria.
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''Esta es una decisión política de la Casa Blanca, con la cual está cómodo el presidente, quien supone que pierde más (en la dinámica política interna) promoviendo cambios importantes en materia de migración, que lo que podría ganar con eso'', dijo Papademetriou en entrevista con La Jornada.

Esa misma evaluación es compartida por una amplia gama de analistas entrevistados aquí, e incluso por la influyente revista conservadora National Review. Y por esta razón México obtuvo ''casi nada'' en el rubro de la migración durante la reunión que ambos presidentes tuvieron en Monterrey, concordó el analista Raúl Hinojosa, director de un centro de investigaciones para la integración de América del Norte, en la Universidad de California en Los Angeles.

''Ni uno solo de los elementos de 'toda la enchilada' está activamente sobre la mesa de negociaciones'', afirmó Hinojosa, en referencia al concepto de un acuerdo migratorio bilateral integral y comprensivo que tanto había promovido el gobierno de Fox antes del 11 de septiembre.

El resultado sustantivo de la reunión de Monterrey ?según diversos analistas en Washington? fue el acuerdo de México para endosar la propuesta estadunidense de una mayor seguridad fronteriza, pero el país no logró la aprobación de sus objetivos concretos de largo plazo propuestos por sus negociadores semanas antes de la cumbre.

La carencia de resultados no fue por falta de esfuerzo de los diplomáticos mexicanos, según varias fuentes cercanas a la negociación. No obstante, la Casa Blanca rechazó una propuesta de México donde se planteaba que ambos presidentes deberían establecer una fecha límite para negociar el marco de un acuerdo migratorio; incluso el borrador de un texto sobre el tema preparado y acordado una semana antes de Monterrey, jamás llegó a ser integrado en el comunicado final. ''México estaba esperando algo que pudiera traducirse en un logro político y eso no lo obtuvo'', opinó Papademetriou.

Incluso el gran anuncio de la ''nueva'' alianza para la prosperidad, iniciativa presentada por ambos presidentes en la cumbre, que enfatiza el desarrollo económico en zonas que expulsan migrantes a Estados Unidos, ''no representó mucha novedad'', dijo Hinojosa. ''La alianza retomó la agenda acordada durante las discusiones del Banco de Desarrollo de América del Norte (NADBank) en 1994. Pero sólo ofrece una pequeñísima fracción de los fondos que originalmente fueron otorgados al propio banco.''

Señaló que el NADBank no ha otorgado la mayoría de los 3 mil millones de dólares en financiamiento que inicialmente se proyectaron para esta iniciativa hace más de ocho años.

El gran obstáculo para proceder con un acuerdo migratorio bilateral es la dinámica política en Estados Unidos. Este es un año electoral y en noviembre los votantes tendrán que elegir o relegir a toda la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado. ''Es una decisión puramente de conteo de votos por la Casa Blanca. Pierden más al promover una agenda abierta con México, que lo que ganarían a través del voto latino'', explicó Papademetriou.

''Hasta la vista, baby'', tituló la revista conservadora National Review un artículo publicado esta semana, según el cual ha fracasado la estrategia de la Casa Blanca para atraer el voto latino promoviendo un programa de ''regularización'' de los indocumentados. ''La Casa Blanca ya no cuenta con los votos republicanos para promover sus grandes planes de otorgar amnistía a 3 millones de mexicanos ilegales'', señaló la revista, publicación muy cercana al Partido Republicano. Además, algunos miembros de ese partido cuestionan si abordar el tema de los indocumentados es la mejor forma de ganar el voto latino-estadunidense.

Matthew Dawd, un encuestador republicano, dijo la semana pasada al diario Atlanta Journal que sus sondeos indican que el empleo, la economía, la educación y la guerra contra el ''terrorismo'' son temas más importantes para los votantes latinos que el de la reforma de la política migratoria.

Papademetriou e Hinojosa, entre otros, confían en que después de la elección Bush podrá recuperar su apetito para discutir la materia migratoria, pero eso dependerá en cierta medida de un cálculo político interno sobre las ventajas y desventajas vinculadas con ese tema.

No obstante, funcionarios estadunidenses argumentan que las pláticas continúan. Un equipo del Departamento de Estado se está reuniendo con sus contrapartes mexicanas en Monterrey esta semana para discutir la agenda migratoria, pero según algunas fuentes estos equipos no pueden avanzar en los elementos principales de una propuesta sin un marco político acordado por sus jefes a los niveles más altos. Y eso, al parecer, no aparece en el panorama actual.

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