Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 10 de abril de 2002
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Política

Habla de diálogo sin dejar de amenazar: bases zapatistas

Teme concejo autónomo que la Orcao perpetre secuestros

Ayer, el primer día de calma después de varias semanas

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Municipio Autonomo Primero de Enero, Chis., 9 de abril. "Nosotros no los hemos atacado. Cuando construyeron su escuela los de la Orcao, respetamos sus trabajos. Queremos el respeto entre todos. En cambio son ellos los que vinieron a las bases zapatistas para atacar", dice a La Jornada un miembro del concejo autónomo en el pequeño cuarto posterior de la "casa grande", como llaman al viejo casco de la finca que es hoy la comunidad Patria Nueva.

Rodeado por otros cinco miembros del concejo, el que da testimonio dice que "mientras hablan de diálogo y nos echan la culpa", los cafeticultores siguen con amenazas y agresiones. Este domingo 7 de abril a las 8 de la noche se oyeron seis tiros calibre 22 por parte de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao), a 60 metros de la casa grande. "El día 8 tuvimos la información de que tienen vigiladas a seis personas del concejo para capturarlas y secuestrarlas".

No obstante hoy, como observó un joven del campamento civil, es el primer día que la situación está en calma en semanas. Los del plantón que cuida el municipio se van a tomar su pozol y dejan una guardia. Más tarde retornan, con sus pasamontañas y palos, a cuidar el acceso a la sede de los autónomos. "En la noche se ponen alrededor de estos edificios unos 300 compañeros", refiere otro hombre, también autoridad autónoma.

"Según unos de la Orcao, que llegaron borrachos, van a venir a acabarnos con armas. Dicen que tienen puestas a secar las balas para que no fallen. Así no podemos hablar con ellos, si no dejan las amenzas y agresiones. Siempre hemos respetado sus trabajos y ganado. Ahora lo que quieren es sacarnos a todos", agrega.

El primero dice: "No hay negociación. El terreno aquí es recuperado para todos, no es de ellos. Y el problema no lo empezamos nosotros. No cortamos los alambres de sus potreros, como acusan. Además, ese alambre ni era de ellos, lo había dejado el dueño de la finca. No sabemos quién lo cortó. Nosotros sabemos que las tierras del potrero son de la Orcao, no se las podemos quitar de ninguna manera. Pero no aceptamos que quieran ocupar por la fuerza tierras que no les pertenecen".

"Nosotros no queremos ganado. Los animales necesitan tierra, y aquí la tierra es poca, la necesitamos para nuestro alimento diario", agrega, seguramente recordando hace no muchos años, cuando todas estas tierras del valle de Ocosingo estaban pobladas por una multitud de vacas contentas, camino a las hamburguesas de McDonalds, mientras miles de indígenas eran peones de finca o colonizadores de las migajas que dejaron las monterías y la ganadería extensiva.

La Orcao ha recibido de un fondo gubernamental una hato de ganado en torno del cual se ha generado el actual conflicto. Que puede multiplicarse: "Nos avisaron de una ranchería retirada de esta municipio autónomo, que de otro fondo del gobierno están metiendo vacas en tierras recuperadas que trabajan las bases zapatistas. Los de Orcao ya lo cercaron.

"El primer día que hablamos con los dirigentes de la Orcao, el viernes 5, vinieron en buen plan, y hablamos de entregar los detenidos. Tuvimos el acuerdo y todo se hizo bien el sábado 6", dice el vocero del concejo autónomo de Primero de Enero. "Pero esa misma tarde, en la ciudad de Ocosingo un miembro de este municipio fue perseguido en las calles por un grupo de la Orcao". Menciona que el próximo viernes vence el plazo que puso la Orcao para negociar tres puntos. "No sabemos qué puedan hacer entonces, pero si cumplen sus amenazas, responzabilizamos al presidente de la Orcao", agrega.

Después del intercambio de detenidos entre zapatistas y Orcao, a exigencia de los autónomos se retiró el destacamento de Seguridad Pública que vigilaba Patria Nueva desde el promontorio vecino, donde está el centro nocturno La Alameda.

La "casa grande" tiene hoy sus muros pintados con sucesivos murales sobre el levantamiento zapatista, el trabajo rural, El Che Guevara y Emiliano Zapata de cuerpo entero en la puerta de madera de lo que hoy es un aula. Hay una tienda, oficinas, una escuela, un auditorio para asambleas, un salón para las reuniones de las mujeres. Es el casco de una de tantas fincas recuperadas en 1994. La comunidad de cabañas rodea los edificios de piedra que están deshabitados (pues nadie vive ahí), pero no desaprovechados.

Llama la atención la abandonada instalación de la finca ganadera que fue. Son estructuras de material y hierro, más resistentes y costosas que cualquiera de las casas que estos indígenas hayan tenido nunca. En desuso, adefesios donde crece la hierba. No se aprovechan ni para letrina los aposentos donde vivían las vacas, las antiguas reinas de estas tierras.

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