Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 17 de mayo de 2002
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Cultura

Presentaron su libro La huida de Quetzalcóatl, editado por el FCE

El tiempo es el tema que más obsesiona al historiador Miguel León-Portilla

El dios de los mexicas y Prometeo son héroes civilizadores, afirmó Juan Bañuelos

ADRIANA CORTES KOLOFFON ESPECIAL

Hace medio siglo Miguel León-Portilla escribió La huida de Quetzalcóatl, obra de teatro dividida en tres actos, cuyo tema principal es el paso del tiempo, y fue en 1953 cuando se la dio a leer a su maestro y director de tesis Angel María Garibay.

Durante la presentación de su libro, este miércoles, en el auditorio Octavio Paz de la librería del Fondo de Cultura Económica, el historiador recordó que Garibay ''leyó el Quetzalcóatl y le gustó, para mi tranquilidad; y me dijo que tal vez un amigo suyo, Alfonso Méndez Plancarte, se interesaría en publicarla en la revista Abside".

La respuesta de Méndez Plancarte fue un no contundente. ƑLa razón? Según refiere el historiador en las primeras páginas de su libro, aquél preguntó: ''ƑEs usted ateo? Sólo un ateo pudo haber escrito este texto". León-Portilla siguió buscando editor hasta que finalmente decidió guardar el texto dentro de un cajón donde durmió el sueño de los justos. ''Nadie se interesó -expresa-, siendo yo un desconocido, en La huida de Quetzalcóatl."

Ahora por fin se da a conocer ante un público conformado en su mayoría por estudiosos de la cultura y de las lenguas indígenas, discípulos de Miguel León-Portilla, quienes, atentos, escucharon a Juan Bañuelos, Marco Antonio Campos y Eduardo Matos Moctezuma. Tres visiones distintas sobre La huida de Quetzalcóatl: la de los poetas y la del arqueólogo.

Drama metafísico

Bañuelos y Campos leyeron esa obra a la luz de la poesía, de la flor y el canto. Bañuelos comparó a Quetzalcóatl con Prometeo, Hamlet y Fausto. El de León- Portilla es un drama metafísico, dijo, construido sobre un mito de América. Agregó que tanto Prometeo como el dios de los antiguos mexicanos son héroes civilizadores: ''Quetzalcóatl es uno de los personajes culturales más importantes del México prehispánico, de la época colonial y del México contemporáneo, gracias a la memoria colectiva de nuestros pueblos originarios de Mesoamérica".

Marco Antonio Campos, el primer lector de esta obra, señaló que en los años 50, cuando escribió La huida de Quetzalcóatl, el autor de La visión de los vencidos estudiaba filosofía: ''Lector de los presocráticos, de Heidegger y sobre todo de Bergson, ningún tema le ha obsesionado tanto como el tiempo. El tiempo cambiante de las ciudades, el tiempo frágil del hombre y de sus creaciones artísticas".

Las palabras de Campos tienen un eco en las de León-Portilla, quien en la introducción escribe: ''Huye Quetzalcóatl de sí mismo. Huye de sus obras. Así huye el hombre. Y no sabe adónde va. No quiere vivir el hombre en el tiempo, y no puede dejar de vivir en él. Allí está el problema. Y es el problema fundamental".

Como contrapunto a la de los poetas, la mirada de Eduardo Matos sobre el Quetzalcóatl de León-Portilla es la del arqueólogo. Entre poetas te veas, dijo, y después señaló que el historiador muestra en su libro el rostro del tiempo. Añadió: ''Arqueólogos e historiadores jugamos con el tiempo que en ocasiones se nos escurre entre las manos. Miguel León-Portilla ha sabido encontrarlo y aún retenerlo. Prueba de ello es este libro, que comienza con un prólogo y monólogo del tiempo".

Vocación poética

Por su parte el historiador, con su habitual sentido del humor, manifestó que pensar en el tiempo puede llegar a convertirse en una obsesión a la que los siquiatras podrían calificar de locura, de modo que hizo un llamdo al público: ''Casi casi les recomiendo que no lean el libro".

La huida de Quetzalcóatl: un libro de juventud en que, de acuerdo con Adolfo Castañón, aflora la vocación poética y dramática y también una inquietud intelectual. Una obra que refleja el pensamiento de quien, cuatro años después, publicó La filosofía náhuatl.

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