Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 24 de mayo de 2002
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Economía

Es la forma de evitar que en México ocurra un caso similar a la quiebra de Enron

Más transparencia en la información de empresas bursátiles, demandan especialistas

Cambios regulatorios en el mercado y más coordinación con autoridades, plantean

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

La quiebra del gigante energético Enron, ocurrida a finales de 2001, demostró una falla absoluta del sistema financiero y empresarial de Estados Unidos, cuyas repercusiones dañaron la confianza en la información de las compañías y constituye una experiencia para actuar oportunamente y evitar que una situación similar ocurra en países como México, plantearon expertos en sistemas contables y de auditoría.

''En México debemos evitar que suceda un caso similar a la quiebra de Enron, y para ello es necesario dar más transparencia a la información que entregan las empresas que cotizan en la bolsa, así como mejorar el marco regulatorio del mercado de valores'', sostuvo Julio A. Millán, presidente de Consultores Internacionales, al participar en un panel sobre el caso Enron-Andersen, organizado la noche de este jueves por la Academia Mexicana de Auditoría Integral.

El consorcio Enron, con sede en Houston, Texas, constituyó el mejor ejemplo de una empresa que logró un fuerte crecimiento, con base en sus relaciones políticas y a partir del desarrollo de prácticas financieras y contables que le permitieron ocultar pérdidas por varios años.

Al mismo tiempo, la firma de contadores Andersen, una de las cinco más importantes del mundo, actuó como auditor tanto como consultor de Enron, lo que desató un conflicto de intereses. Ahora, ambas compañías, que fueron emblemáticas del capitalismo estadunidense, se encuentran prácticamente en extinción.

Hasta antes de que se comenzaran a hacer públicos los problemas en Enron, las acciones de esta empresa llegaron a cotizarse a 90.56 dólares por título en la bolsa de Nueva York, precio que se desplomó a 26 centavos a finales del 2001.

Aparte de las implicaciones éticas de las operaciones de Enron, fuertemente ligada al círculo político del presidente George W. Bush, los expertos que participaron en el panel plantearon la necesidad de que en países como México, donde se busca un mayor desarrollo del mercado de valores, se fortalezca la supervisión y regulación sobre la información que hacen pública las empresas inscritas en el mercado.

Jorge Barajas Palomo, ex presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos y director de capacitación de la Auditoría Superior de la Federación, planteó que en México es necesario que se introduzcan cambios regulatorios en el mercado de valores para lograr mayor coordinación y colaboración entre las autoridades financieras y las instituciones académicas relacionadas con las auditorías a las empresas.

''En Enron la principal falla fue una ausencia de ética para hacer negocios y no es arriesgado afirmar que para la profesión contable, para la auditoría y para la operación de los mercados financieros, la quiebra de esta compañía, que es la mayor ocurrida hasta ahora en Estados Unidos, fue equivalente a los ataques del 11 de septiembre sobre Estados Unidos''.

Julio A. Millán destacó que la ausencia de controles y de una supervisión oportuna provocó un gran daño social con la quiebra de Enron y los subsiguientes problemas de credibilidad sobre la firma de contadores Andersen, en los que se estima que podrán perderse hasta 16 mil empleos. Sin embargo, el mayor daño fue el provocado por la pérdida de credibilidad en la información que manejan las empresas.

''La semilla de todo el problema fue la inmensa ambición de una empresa sin transparencia informativa. En el origen estuvo una deformación que permitió a Andersen fungir al mismo tiempo como auditor y consultor de Enron''.

Por su parte, Juan Salles Manuel, presidente de la Academia Mexicana de Auditoría Integral, dijo que Enron y sus ejecutivos actuaron en los últimos años como un cuerpo terrorista de cuello blanco que violó todos los principios básicos de contabilidad y auditoría.

Pero también fallaron las empresas calificadoras que recomendaban la compra de títulos de Enron, los banqueros de inversión que compraban los papeles y las autoridades regulatorias que no fueron capaces de detectar las prácticas poco éticas de la firma, en un conjunto de hechos que demostró una falla en todo el sistema, dijo Salles.

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