Podrían perderse los ciclos agrícolas primavera-verano y otoño-invierno en el norte del país

En riesgo, cultivos en 5 millones de hectáreas: CAP

MATILDE PEREZ U.

El Congreso Agrario Permanente (CAP) -que aglutina a una docena de organizaciones campesinas- lanzó la voz de alerta ante el riesgo de que se pierda no sólo el ciclo agrícola primavera-verano, sino también el otoño-invierno 2002-2003 en los estados del norte, ya que éstos dependen de la humedad acumulada de julio a octubre.

Juan Leyva Mendívil, coordinador en turno del CAP y dirigente de la Alianza Campesina del Noroeste, comentó que los productores de Sonora y Sinaloa están en una situación delicada por la sequía que afrontan desde hace ocho años. "Esto no es un estiaje, es falta de agua; en Sonora las presas están a 18 por ciento de su capacidad y en Sinaloa los vasos ya están barridos. Si este es un mal año de lluvias, como lo prevé el Servicio Meteorológico Nacional, es probable que no haya cultivos en el ciclo otoño-invierno, los más importantes para los campesinos de ambos estados".

Son 5 millones de hectáreas -donde se genera 40 por ciento de la producción nacional de cultivos de riego- las que podrían ya no sembrarse. "Antes los campesinos decían que eran siete años de vacas flacas por la sequía, y después llegaban siete de abundancia, pero ya estamos en el octavo año en que las lluvias se han atrasado y las precipitaciones son muy escasas".

El año pasado, recordó, no llovió ni en junio ni en julio -meses en los que inicia el temporal-, la humedad de agosto fue poca y la precipitación normal llegó hasta septiembre, pero fue insuficiente para que las presas se recuperaran.

La ganadería también padece serios estragos, "hay ranchos en los que ya ni siquiera hay agua para el consumo normal de los animales". La situación ya no es coyuntural, es un asunto de alerta permanente, y eso aún no lo comprende el gobierno federal, porque los recursos del Fondo Nacional de Desastres no llegan, abundó.

Esta sequía requiere de la colaboración de todos y que los gobiernos federal y estatales apliquen ya una planeación de cultivos y que se impulse la siembra de oleaginosas, que requieren menos riego que el trigo o el maíz; se invierta en la infraestructura de los distritos de riego para terminar con el desperdicio del líquido y dejar de pensar en que "el próximo año será diferente porque habrá lluvias", abundó Leyva Mendívil.

Rómulo Díaz Brown Ramos, presidente de la Asociación de Organismos Agricultores del Sur de Sonora (AOASS) -conformada por los siete grupos de mayor antigüedad de la entidad y que cultivan en promedio 136 mil hectáreas de riego-, comentó que la reducción de agua disponible para riego se refleja en la producción del ciclo 2000-2001 en comparación con el de 1999-2000: en trigo se obtuvieron 515 mil toneladas, 55 mil menos, y en maíz, 5 mil 550, 16 mil 450 menos; la producción de cártamo y garbanzo -cultivos que requieren menos agua- aumentó en 14 mil y 464 toneladas, respectivamente, ya que se obtuvieron 43 mil toneladas de cártamo y 13 mil 464 de garbanzo.

De acuerdo con reportes de la Comisión Nacional del Agua, en Sonora se dispone de apenas mil 399 millones de metros cúbicos de agua en las siete presas, y en Sinaloa de 2 mil 106 en sus 10 presas. Los depósitos del noroeste almacenan 11.3 por ciento menos de su capacidad útil, mientras que los de centro-norte tienen 5.6 por ciento.

También hay que tomar en cuenta las pérdidas en la conducción de una presa a otra, sobre todo en los vasos que se alimentan de los ríos Bravo y Conchos. La relación es la siguiente: de La Boquilla a Luis L. León se pierde 25 por ciento del líquido; de La Boquilla a Ojinaga, 39; de La Boquilla a La Amistad, 54; de Boquilla a Falcón, 62; de la Luis L. León a Ojinaga, 19; de Luis L. León a La Amistad, 39; de Luis L. León a Falcón, 50; de Ojinaga a La Amistad, 25; de Ojinaga a Falcón, 38; de La Amistad a Falcón, 17, y de Venustiano Carranza a Falcón, también 17.

Leyva Mendívil resumió: "hay falta de visión de todos -autoridades, productores y ciudadanos- para construir una infraestructura que permita el ahorro y el uso eficiente del agua".

Por su parte, Alvaro López Ríos, dirigente de la Unión de Trabajadores Agrícolas, comentó que los campesinos de Guanajuato ya tienen pérdidas, pues la mayoría empieza a sembrar en los primeros días de mayo, y algunos riegan con agua de sus pozos en espera del temporal; sin embargo, en este año los mantos acuíferos están prácticamente abatidos, el volumen de la presa Solís es de 332 millones de metros cúbicos, el cual es muy limitado para cubrir la demanda agrícola. "Los campos productivos de Querétaro, Irapuato, Celaya, Salamanca y Valle de Santiago no están sembrados por el atraso de las lluvias, ya que un temporal normal inicia los primeros 15 días de mayo".

El gobierno federal habla de cultivos alternativos, pero no hay un programa puntual, apoyos económicos ni una política pública para inducirlos, y por eso los productores prefieren continuar sembrando maíz en junio y afrontar las heladas de septiembre y octubre, comentó.

La situación exige revisar la política hidroagrícola del país, debido a que en los últimos 30 años no ha habido suficiente inversión en infraestructura ni un programa de mantenimiento de los distritos de riego.

Por su parte, el director del Centro de Investigación Regional del Noroeste, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, Luis A. Rodríguez del Bosque, comentó que en pocas semanas se liberarán tres nuevas semillas de sorgo y maíz resistentes a la sequía.

Para Trinidad Morales, secretario de Movimientos Sociales del PRD, el campo está en situación de emergencia ante la cual el gobierno debe probar todas las tecnologías para evitar la desaparición de jornaleros.