Muestra ignorancia pretender hacerlo, afirma
Inviable, trasladar el mural de Diego Rivera, advierte el titular del museo
MERRY MAC MASTERS
Razones de índole legal, técnica, patrimonial y económica hacen inviable un nuevo traslado del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Diego Rivera, a la plaza que construirá el Gobierno del Distrito Federal en la avenida Juárez, donde estaba el hotel Alameda y se ubica el monumento histórico de Corpus Christi.
Américo Sánchez, director del Museo Mural Diego Rivera -construido en 1986 para albergar la obra tras la destrucción de su sede original en el hotel del Prado, por los sismos del año anterior-, confía en que quienes solicitan el cambio de lugar se den cuenta de que dicha acción pondría en riesgo la integridad del mural.
Corresponderá al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que tiene la custodia legal de la obra, por ser patrimonio de la nación, responder a la petición con base en estudios técnicos realizados en su dirección de Arquitectura y en el Centro de Conservación, y en la opinión del mismo Museo Mural, señaló Sánchez.
El especialista fue entrevistado durante la presentación del libro Diego Rivera. La estética de un sueño (Círculo de Arte, CNCA, 2002), de Nadia Ugalde, que cuenta las vicisitudes que ha pasado la obra, pintada en 1947. Refirió que en su momento se decidió retirar el mural -de 35 toneladas- del hotel Del Prado por ser "la única alternativa", a pesar de que el riesgo era grande. Por fortuna no sucedió nada y la pieza se cimentó en el lugar donde está desde entonces, ''de una forma en que efectivamente no corriera mayores riesgos en caso de otro sismo".
Agregó que moverlo de nuevo sin duda pondría a la pintura en riesgo de sufrir un daño irreparable. El año pasado, recordó el funcionario, también hubo un intento de trasladarlo al hotel Sheraton que se construye en el predio del demolido hotel Del Prado, pero no procedió, gracias a que levantaron sus voces en contra Dolores Olmedo -recién fallecida-, Guadalupe Rivera Marín y Juan Coronel, hija y nieto del muralista, respectivamente, entre otras personas. Sobre el interés que hay para el traslado, Sánchez indicó que ''al Museo Mural vino el pasado fin de semana un ingeniero que con cierta prepotencia pidió que se le permitiera el ingreso para hacer algunas observaciones porque era el encargado de trasladar el mural".
El funcionario consideró la acción ''burda e irresponsable", porque se da por un hecho el traslado sin tener una noción real. Dijo confiar en que quienes proyectan el traslado finalmente entenderán que no procede, por razones históricas, patrimoniales, legales, educativas y técnicas. De no ser así, ''estarían dando una muestra de ignorancia", advierte.
