Armando Labra M.
Feliz, feliz no-informe
A estas alturas se habrán escrito miles de líneas ágata sobre el espectáculo de dislexia generalizada -hubo excepciones- que los mexicanos vimos en la tarde del domingo primero de septiembre. Los nervios y el hábito de comerse las comas y salpicar de puntos inexistentes la lectura hizo que la mayoría de los abusadores de la tribuna nos recetaran una sesión predominantemente atropellada, plana e inútil. Triste. Se necesita de veras mucho ánimo para, como dijo Beatriz Paredes, resistirse a perder la esperanza.
Y es que en realidad no hubo informe. Las cifras dichas al boleo, sin referencia o análisis alguno, más que informar desinforman. Alarman. Pero más importante aún es lo no dicho, de manera que seguimos sin proyecto de gobierno, buenas intenciones sí, pero ningún "cómo". A la ausencia de datos significativos y propuestas se agregó la creciente, desdeñosa, cantidad de curules vacías -incluso en la primera fila-, chungas y ditirambos.
El tono aburrido, hastiado y derrotado, carente de contenido, de los dos panistas, contrastó con el de una oposición airada que no tuvo, como ninguno de nosotros, respuesta a las preguntas que todos nos hacemos, por demás previsibles pero monótonamente eludidas. Triste.
La engorrosa sesión del Congreso corrobora lo aquí dicho hace tiempo: el gobierno foxista terminó a los seis meses de haber comenzado y el vacío se nota. Nadie lo puede ocultar, pero tampoco llenar, y eso es lo que queda hoy, hoy, hoy de un ayer que pudo haber sido futuro, y no fue. Ni modo.
La pregunta grave es: Ƒqué sigue? ƑY el sector eléctrico? ƑY los migrantes? ƑLos megaproyectos turísticos? Tan sólo la llamada Escalera Naútica plantea 27 marinas para alojar 50 mil yates mediante una inversión de mil 700 millones de dólares en el santuario ecológico del golfo de California, sin que haya un solo estudio de impacto ambiental. ƑCómo se "blindará" al campo? ƑY la reforma hacendaria? ƑLos indígenas? Más temas de alarma y desesperanza, porque sugieren que simplemente se procederá por la vía de los hechos, que no del derecho. Triste y autoritario. Y conflictivo, ineficaz.
El camino de la democracia se desdibuja. Lo vemos en varios planos. Un ejemplo más: el plebiscito sobre el controvertido segundo piso del periférico capitalino lo ilustra claramente. El asunto no puede ni debe resolverse preguntando a una sociedad desinformada sobre las ventajas, desventajas y alternativas del proyecto.
En realidad se trata de una cuestión eminentemente técnica, no de aceptación o rechazo visceral ciudadano porque, Ƒsabemos bien a bien de qué se trata? ƑTenemos elementos suficientes o siquiera mínimos para decir sí o no?
Más bien parece que estamos en el umbral de un no-plebiscito, que no puede sino desembocar en una grotesca manipulación demagógica mientras sigamos, la mayoría, en Babia, al margen de los datos duros y de las opciones honestas.
Durante décadas se analizó el tema del segundo piso y todos los dictámenes técnicos y políticos fueron adversos a la idea. ƑPor qué no se dan a conocer? La decisión de realizar ahora el segundo piso se tomó sin estudio técnico alguno, pero si ya existe tal ejercicio, Ƒpor qué no se publicita junto con los anteriores, para saber en qué nos estamos metiendo, con conocimiento de causa? Las maquetas son bonitas, pero nada dicen sobre los problemas y acaso las soluciones de una obra de tal magnitud, costo e implicaciones obvias o intuidas.
Los no-informes y los no-plebiscitos corresponden más a Alicia en el país de las maravillas que a nuestra atribulada nación. Allá, donde el sombrerero loco celebraba a diario los no-cumpleaños, la Reina de Corazones jaloneaba a Alicia para ir a toda prisa y sin rumbo. Desesperada, Alicia se detuvo e increpó a la reina: "Basta, su majestad, Ƒa dónde vamos en tropel? En mi país, cuando uno corre así, frenéticamente, es que se va a algún lado, se sabe a donde se quiere llegar..."
"Curioso país el tuyo, niña -le contestó airada la reina-, aquí, para llegar a cualquier sitio es preciso correr el doble de los que seas capaz, para permanecer exactamente en el mismo lugar". En el Gobierno del Distrito Federal no sé, pero no creo que en Los Pinos hayan leído a Lewis Carroll, puedo apostar lo que quieran, pero si algo se ve claramente a estas alturas y para mayor desgracia nacional, es que en ambos lugares disfrutan y hacen suyo el suntuoso ideario de la reina.
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