ENTREVISTA/ CONSUELO SAIZAR,
DIRECTORA DEL FONDO DE CULTURA ECONOMICA
''El FCE publicó libros que ayudaron a tirar dictaduras''
ES EL GRAN BASTION DE LA INDUSTRIA EDITORIAL LATINOAMERICANA,
AFIRMA
Con 68 años de existencia, la empresa estatal
que fundó Daniel Cosío Villegas tiene la responsabilidad
de difundir textos que ayuden a entender los imbricados de la realidad
y la ficción latinoamericanas
ARTURO JIMENEZ
Como sucedió de los cuarenta a los sesenta, el
Fondo de Cultura Económica debe volver a ''echarse a Latinoamérica
sobre su espalda'' ante la devastación de la industria editorial
en países como Argentina, donde de hecho han desaparecido las empresas
locales y sólo permanecen las trasnacionales.
Así ubica Consuelo Sáizar la función
e importancia de esa casa editorial del Estado mexicano, la cual quizá
cuenta con el catálogo más completo en lengua española.
''El Fondo es el gran bastión de la industria editorial latinoamericana",
agrega su directora en entrevista.
Recuerda: "En los cuarenta, cincuenta y sesenta el Fondo
se echó a Latinoamérica y España a la espalda y publicó
los textos definitivos que ayudaron a erosionar e incluso a tirar dictaduras.
Con enorme generosidad y valentía, a través de sus filiales
hizo llegar libros prohibidos en algunos de esos países".
Ahora, continúa, "el FCE tiene la enorme responsabilidad
de hacer llegar allí los textos que se requieren para formar, dar
aliento, esperanzas y sueños a la población latinoamericana".
Por otro lado, aclara que no ha recibido ninguna indicación
para lograr la "autonomía financiera" del FCE, objetivo que sí
reconoce buscar Sara Bermúdez con el organismo que preside, el CNCA.
Desarticulación internacional
Sáizar,
quien asumió la dirección de la editorial hace cuatro meses,
tras sustituir a Gonzalo Celorio, comparte su primer diagnóstico
sobre la situación en que encontró el Fondo.
''Ratifiqué intuiciones: un catálogo formidable,
con algunos problemas de revisión, áreas para trabajar y
mejorar, como la comercial y la administrativa; una falta de integración,
sobre todo del área internacional.
"Como añadido, encontramos problemas de difusión.
Una encuesta arrojó que en general el público no se entera
de las novedades que el Fondo edita. Encontramos además un problema
de imagen gráfica y otro de distribución, pues no fácilmente
se encuentran los libros del Fondo."
Acerca de la modernización gráfica, dice
que a principios del año entrante podría comenzar a verse
una nueva imagen de la editorial. Para Sáizar, las deficiencias
en la distribución se enfrentan ahora con la incorporación
a la gerencia general del ex director de Librerías Gandhi, Ricardo
Nudelman, quien sustituyó hace unos días a Jorge Ruiz Dueñas.
Agrega que la creación de la gerencia de comunicación
y mercadotecnia va encaminada a suplir las "lagunas de información"
entre la aparición de un libro y su llegada a la librería.
Abunda sobre la falta de articulación en el área
internacional: "Me encontré con la sorpresa de que Argentina no
se enteraba de lo que editaba España. O que los libros editados
por Chile no llegaban a la sucursal de Venezuela".
Cuenta que hicieron un plan para integrar comercial y
editorialmente a todas las subsidiarias, que son nueve: en los cuatro países
mencionados además de Perú, Colombia, Brasil, Guatemala y
Estados Unidos.
Defensa de una editorial pública
-Entonces puede decirse que con esta búsqueda de
mayor eficiencia el FCE se hará "más empresa".
-Digamos que se busca manejar de manera más racional
los recursos. Punto... Estoy muy consciente de que el dinero que otorga
el Estado al Fondo es de los contribuyentes, es dinero que pagó
alguien de sus impuestos. La responsabilidad del FCE es trabajar de la
manera más eficiente posible con esos recursos que recibe.
-La presidenta del CNCA ha dicho que busca lograr la autonomía
financiera de ese organismo. ¿Eso sería aplicable también
para tu caso, en el FCE?
-Yo no tengo ninguna indicación al respecto de
parte de ningún lado. Estoy convencida de que el Estado debe seguir
aportando recursos a una de las instituciones más prestigiadas y
más sólidas del espectro cultural mexicano. El Fondo debe
editar los libros que no interesan a las editoriales comerciales. Por ejemplo,
publicaremos las muchísimas páginas de la obra completa de
Juan García Ponce.
"Repito: estoy muy consciente de la responsabilidad que
implica manejar fondos públicos. Y mi labor es que esa aportación,
que considero indispensable, necesaria y que se debe de preservar, se utilice
de la mejor manera posible."
Sobre el presupuesto del FCE, que este año es de
285 millones de pesos, 12 por ciento más que el de 2001, comenta:
"Vamos a autogenerar más recursos, mejorando las ventas, la cobranza,
disminuyendo los costos de operación, con un manejo más responsable".
-Hay como una vieja aspiración de la industria
editorial de que el Estado no produzca libros, pues de algún modo
la considera como una competencia desleal.
-No creo que en el mundo editorial exista competencia.
He vivido toda mi vida profesional en el mundo editorial. Soy una asidua
concurrente a las comidas del club de editores y todos nos sentamos juntos.
"Siempre hemos entendido que el objetivo último
que tenemos como empresarios editoriales es elevar los niveles de lectura
y que, de alguna manera, nuestro trabajo es complementario. Es decir, si
un libro que publique uno de mis compañeros editores produce un
lector, ese lector después puede comprar un libro mío. Es
una hazaña conjunta la que se realiza."
También reflexiona: "En los últimos diez
años, la industria editorial en general se ha sofisticado de una
manera impresionante. En los últimos cinco años se han armado
los grandes conglomerados editoriales, pero estoy segura que habrá
un momento, y lo decía Jorge Herralde recientemente, en que llegará
el pinchazo para esos grandes conglomerados".
Finalmente, continúa, "el mercado retomará
su nivel de lectura, en el que ofrecerá a los lectores de siempre
una oferta interesante y prestigiada en la que la calidad volverá
a prevalecer por sobre el mercado".
Luego de enumerar a varios de los colaboradores del FCE,
como Alí Chumacero, Adolfo Castañón, José Luis
Martínez y Alejandro Rossi, reitera:
"El Fondo debe seguir editando con el mismo nivel de rigor,
con la misma calidad que ha permitido que se conforme un catálogo
admirable, anticipatorio, que ha orientado y educado a varias generaciones
de mexicanos y latinoamericanos."