Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 9 de septiembre de 2002
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Capital

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

A los líderes priístas, perdón oficial

CON ESE CINISMO que sólo se encuentra en el PRI, los agentes de esa organización pretenden defender a Fernando Espino, el dueño del sindicato del Metro, con el argumento poco creíble de que un líder sólo ejecuta lo que sus bases le ordenan.

ASI, TRATAN DE evitar la acción de la justicia en contra de un hombre que, en busca de que la ley no lo alcance, atentó contra el Gobierno del DF y contra los habitantes de la ciudad.

SON MUCHOS LOS ejemplos del tratamiento que los gobiernos priístas dieron a los líderes sindicales en otros tiempos, desde luego cuando se trataba de enemigos de su partido.

LOS NOMBRES SE pueden contar por montones: médicos, ferrocarrileros, maestros, campesinos, obreros, estudiantes. El PRI descabezó y reprimió a cuanta organización sindical contraria a sus intereses se manifestó públicamente.

DEL OTRO LADO de la moneda, en los sindicatos del PRI, que a final de cuentas han matado la lucha organizada independiente y dieron paso a liderazgos cómodos arropados por el poder, la impunidad campea.

PERO NO HAY que hacer mucha memoria. En estos días, la secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo, será enjuiciada por los miembros del sindicato de maestros, del que ella emergió a la política.

Y PARA LA defensa de la lideresa de los mentores, el mismísimo presidente del PRI, Roberto Madrazo, saca la cabeza y busca, como en los tiempos del esplendor priísta, justificar lo que aún ni juzgan las leyes.

POR ESO MISMO, es la gente la que rechaza a los priístas y por eso mismo es que el panismo apoya, en un acto nunca antes visto, a los sindicatos del PRI, porque saben que mientras más descrédito obtengan los priístas, más votos podrán acarrear ellos, los azules, hacia sus candidatos.

ESE ES EL caso de Espino, que servirá a la perfección para hacer más claro y más profundo el rechazo de la gente hacia el PRI y sus formas de hacer política.

ENTONCES LA DEFENSA de Espino, como la de Elba Esther, abrirán aún más los ojos a quienes suponen que el PRI podría haber cambiado después de perder el poder. Ni cambian ni cambiarán.

OTRO EJEMPLO QUE no debe olvidarse, porque tiene lo suyo, es el lío del Pemexgate, en el que un líder, otra vez priísta, ha sido acusado de desviar fondos para beneficiar a su partido.

PARA TODOS ELLOS hay perdón oficial, para ellos la justicia no alcanza, para ellos los posibles actos ilícitos de que han sido acusado no significan nada, por el contrario, los envalentonan.

ASI, ESE CONGLOMERADO de mañas y atrocidades, ese amasijo de intereses que significa el PRI, es el que quiere poner fuera de competencia a Andrés Manuel López Obrador y desestabilizar la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad.

POCO FALTA PARA poner a prueba los sistemas de autodefensa del gobierno central, pero mucho menos tiempo para echar la última palada al cadáver tricolor.

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