ENTREVISTA / ANA
TERESA ARANDA, PRESIDENTA NACIONAL DEL DIF
Carece el DIF de especialistas en niños explotados
sexualmente
"LOS GOBIERNOS PRIISTAS NO TOCARON EL TEMA POR MOJIGATERIA"
En el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral
de la Familia sólo hay 50 millones de pesos para atender a los infantes
con problemas, y de esa cifra se destinan 8 millones a uno de los programas
de mayor prioridad en los últimos meses: el combate a la explotación
sexual comercial
ALMA E. MUÑOZ
El hecho de ser la primera directora general del Sistema
Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en sacar a la
luz pública el problema de la explotación sexual y la pornografía
infantil es motivo de satisfacción para Ana Teresa Aranda, quien
no deja de reconocer que dentro de la institución se carece de profesionales
para atender a las víctimas de estos delitos.
A prácticamente un mes de que se ponga en marcha
la segunda parte de la campaña Abre los ojos -en coordinación
con la Procuraduría General de la República y el Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)-, que tiene por objetivo incentivar
las denuncias en la materia, asegura en entrevista que hablar de un mínimo
de 16 mil infantes afectados es "apenas un acercamiento con la realidad,
una forma de meterse en las causas de la problemática" para encontrar
que, como en el caso de otros infantes en situación de vulnerabilidad,
"primero hubo abuso dentro de su casa".
En sus oficinas centrales muestra apertura en cuanto al
aborto, y aclara que esta es una decisión personal de la mujer.
Cuenta
que en el instituto sólo hay 50 millones de pesos para atender a
los infantes con problemas, y de esa cifra 8 millones se destinan a uno
de los programas de mayor prioridad dentro del DIF en los últimos
meses: el combate a la explotación sexual comercial.
Desde el terreno institucional critica que los gobiernos
priístas no tocaran el tema por "prejuicio exagerado o mojigatería".
Esa convicción, asegura, creó un ambiente de "mayor invisibilidad
para quienes trabajan en este comercio ilícito y les dio oportunidades
de ampliar sus redes y de acrecentarlas".
Para Ana Teresa Aranda cada quien puede poner el número
que quiera en cuanto a las víctimas de estos delitos. "No es tan
fácil contarlos en la calle como para meterlos en el diagnóstico
del momento -elaborado por la investigadora Elena Azaola en ciudades fronterizas
y turísticas del país-. Lo que hicimos fue sacar el tema,
hacer que se ventilara y luego realizamos toda una campaña de sensibilización
en los primeros seis meses de este año. Para el 15 de octubre saldrá
la segunda parte, la que promueve la cultura de la denuncia".
A la par, trabajaron en la elaboración de un manual
de atención a víctimas, diseñado por el Instituto
Nacional de Siquiatría, y con él se capacita en estos momentos
al personal de todos los DIF estatales, en cuanto a la atención
médica, sicológica y de desarrollo humano.
"De suyo, el DIF ha estado atendiendo la problemática
de abuso sexual de menores, pero al convertirse en un negocio todavía
no tenemos los profesionales totalmente capacitados".
Rechaza que el gobierno "no esté haciendo absolutamente
nada. Es cierto, apenas estamos impulsando acciones interinstitucionales
y con organizaciones no gubernamentales que no pueden despreciarse. Sería
absurdo que nosotros, como gobierno, echáramos las campanas al vuelo
para decir que el problema se solucionó, cuando estamos empezando
a atenderlo. No es cierto. Estamos muy lejos de lograr la solución,
pero vamos por buen camino".
-Desde hace más de un año se está
manejando la cifra de 16 mil infantes afectados. Hay organismos no gubernamentales
que hablan de un incremento.
-Con el trabajo del Centro de Investigaciones Antropológicas,
apoyado por el DIF y el Unicef, obtuvimos un diagnóstico para conocer
más que el número; es apenas un acercamiento con la realidad;
es meterse en las causas de la problemática y confirmar que el niño
víctima de explotación sexual primero fue abusado en su casa,
como también ocurre cuando se analiza la problemática del
niño de la calle y de otros menores vulnerados. Tampoco descartemos
el trabajo que hacen las redes delictivas por medio del chat con
el objetivo de conseguir víctimas para sus páginas de pornografía
infantil.
-De los 16 mil niños, ¿cuántos han
sido rescatados?
-No hay en este momento un número. Este estudio
se puso en manos de las autoridades. Nosotros no podemos ir por un niño
y llevárnoslo nada más porque nos gustó. Hay de por
medio un trámite ante el Ministerio Público Federal para
que éste, a su vez, lo ponga en manos del DIF. Por eso nuestro ánimo
de estar trabajando con la PGR, para que haga su parte en cuanto a la investigación
del delito y, en caso de así corresponder, nos entregue al menor.
-¿Qué se hace con estos menores? ¿Se
dan en adopción después de un tratamiento?
-Primero se constata si el niño fue sustraído
del entorno familiar y si la familia no es culpable de la problemática,
para reintegrarlo a su hogar. Cuando ha habido alguna disfuncionalidad
dentro del núcleo, se intenta su armonización. De no conseguirse,
iniciamos un proceso de adopción. No es tan sencillo, lleva mucho
tiempo perder la patria potestad. Sobre muchos de los niños de nuestras
casas hogar y albergues tenemos tutela temporal.
-¿Cuando llegan niñas embarazadas que fueron
víctimas de abuso sexual?
-Se llega a dar el caso, y las atendemos con el programa
de embarazo adolescente. por medio de él se mejora su autoestima
y se les da una serie de cursos para que vayan recuperando el tiempo escolar
perdido. En algunas partes, como Campeche, ya hay talleres donde se les
enseñan oficios.
-¿Ya contemplaron la posibilidad de ajustarse a
las legislaciones que permiten el aborto por esa causa?
-Lo que hacemos en el DIF es ayudarles a que completen
su proceso educativo, y en el caso que requieran algún servicio
sanitario las enviamos a la Secretaría de Salud. Tenemos algunos
folletitos donde se habla de la capacitación que brindamos, y allí
se alude a los tipos de exenciones que en materia de aborto plantean varias
legislaciones estatales. No hacemos ninguna promoción en ese sentido,
pero sí logramos la canalización de ellas cuando necesitan
algún servicio.
-¿Qué sería más factible,
que tengan a sus hijos, aborten o los den en adopción?
-No podemos intervenir en ese proceso. El DIF no tiene
facultades legales para imponer decisiones. Es un asunto de conciencia,
y sobre él debe decidir cada mujer. La política del DIF es
en este sentido: hay que entregar herramientas y permitir que se tomen
decisiones conscientes.