Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 9 de septiembre de 2002
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Cultura
Los actores de La conspiración vendida lamentan que prevalezca la exclusión a indígenas

Necesario, conservar la memoria histórica

Indican que hacen falta líderes con el carisma y las ideas de Miguel Hidalgo

CARLOS PAUL

Los indígenas, base de la Independencia, "siguen estando excluidos como a principios del siglo XIX, cuando se produjo ese movimiento; lo único que ha cambiado es cómo se manejan el poder y las traiciones, que ahora son más sofisticados'', indican los actores de La conspiración vendida, obra escrita por Jorge Ibargüengoitia hace 42 años, que se estrenó este sábado, con dirección de Alejandro Ainslie, en el Centro Cultural Helénico.

La situación que plantea Ibargüengoitia -comenta Jorge Zárate, quien encarna a Miguel Hidalgo y Costilla- ''es la de una Independencia que se vio precipitada por la traición, además de reflejar los miedos, debilidades y torpezas de los que planearon el estallido, ahora héroes de la patria.

''Comienza con una traición, sigue con otra y luego otra y otra", explica Erando González (Miguel Domínguez, El Corregidor).

"La conspiración sucede muy a la mexicana. Los conspiradores cometen entre ellos una serie de torpezas que los hacen caer en pequeñas mezquindades y villanías, las cuales serían irrelevantes si el contexto fuera otro, pero como es una situación trascendental, cada pequeña duda, porquería, traición, titubeo, bajeza o falta de valentía, son terribles. En la obra hay pocos personajes libres de esos vicios".

Aída López (doña Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora) comenta que el personaje "a diferencia de esas monografías de papelería, es una mujer que a pesar de su miedo, es leal a una promesa de nación, aun cuando eso implique pasar por sobre la obediencia marital''. Nuestro país, agrega la actriz, tiene una característica muy conveniente: la capacidad de olvidar. ''Olvidamos con demasiada facilidad nuestra historia; no reconocemos lo que la Independencia costó en vidas, en riesgos, en dinero. El olvido es abrumador. Olvidamos la crisis provocada por (Carlos) Salinas y pareciera que no tenemos memoria, sin la cual no se puede construir un país".

El capitán Arias, interpretado por José Carlos Rodríguez, "es un personaje que nunca aparece en las monografías históricas, pero es el artífice de la traición", expresa el actor. "Es un ser egocéntrico, soberbio, envidioso, rencoroso y, no obstante, es uno de los conspiradores que desde el principio busca salvar el pellejo; están otros que de alguna manera se aprovechan de los criollos y los indígenas, quienes al final fueron los que más necesidad tuvieron de rebelarse.

''Los indígenas fueron la fuerza de batalla de la Independencia, interviene Aída López, y desde aquel momento histórico a nuestros días, siguen estando excluidos. Lo único que ha cambiado, agrega Rodríguez, es que ahora es más sofisticada la manera como se manejan el poder y las traiciones".

En la obra, interviene Jorge Zárate, "aparece un diálogo de Hidalgo, en el que dice: 'Hay que enseñarle al indio que el español no es un ser sobrenatural'. En nuestros días, habría que decirle a los mestizos mexicanos que el indio no es un ser menor o un folclor".

Hidalgo "es un personaje liberal y progresista, de amplio criterio, que conoce y cultiva tanto el aspecto espiritual como los placeres carnales, como los que ofrece el beber, comer o coger. Es una visión más humana ante la figura de estampita que conocemos todos".

Según Zárate, "hacen falta líderes con el carisma y las ideas que tuvo Hidalgo para seguir avanzando como sociedad, pues las situaciones que se vivieron en aquel entonces no son tan diferentes a las que vivimos hoy.

"Parece que el actual gobierno mexicano quiere que sigan existiendo los pobres como carne de cañón, y así seguir teniendo de donde mantener las riquezas de otros''. En otro diálogo, añade Zárate, Hidalgo dice que con lo que se gasta en trasladarse el virrey Venegas a México, vivirían 10 familias durante tres años. Si nos ponemos a pensar en los viajes que hace el presidente Vicente Fox creo que podrían mantenerse muchas más familias mexicanas. En ese sentido existe una vigencia de conductas. Se sigue utilizando mal el dinero o se invierte en los intereses de otros que no son la mayoría. Vemos que en la actualidad se sigue vendiendo la nación.

Concluye Erando González: ''en la actualidad, una respuesta mejor que la de nosotros se puede encontrar en el anecdotario de las declaraciones políticas de ese señor de la hoz y la horca, barbado y de puro en la boca, que con un infinito desprecio se refiere a los indios como encalcetinados o encalzonados. ¿Quiénes son los que ahora traicionan y les conviene que la idea de independencia nacional desaparezca?".

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