Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 18 de septiembre de 2002
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Cultura
Se encontró una losa que bloquea el estrecho túnel por el que reptaba, informan

Nuevo obstáculo frustra la investigación del ''robot explorador'' de la pirámide de Keops

Conjeturan que puede haber cámaras secretas o estatuas del faraón en un pasadizo

La expedición, con patrocinio de National Geographic Channel, fue televisada

PABLO ESPINOSA Y REUTERS

La aldea global nos tiene un nuevo reality show: un programa de televisión de National Geographic transmitió en vivo las aventuras del robot Pyramid Rover, que introducido en un orificio de 20 centímetros de diámetro recorrió las entrañas de la Gran Pirámide de Keops, a lo largo de uno de los ''pasadizos secretos" que suben desde una cámara inconclusa y misteriosa y que algunos egiptólogos suponen fue construida como conducto de ventilación, mientras otros aseguran que se trata de caminos para que el alma del faraón muerto ascendiera a la otra vida.

El robot transmitía ayer en vivo y todo marchaba sobre bytes, hasta que el intrépido representante cibernético de los científicos, al asomarse a una puerta caliza, se topó con una segunda losa de piedra que le bloqueó el camino y frustró así las esperanzas de descubrir los misterios que mantenían al mundo, televidente, con el alma en vilo.

Era de madrugada, pero debido al obstáculo imprevisto los misterios seguían sin desvelarse.

Entre realidad y ficción

El equipo de científicos, con su típico atavío, que retomó Steven Spielberg en su filme Indiana Jones (La Jornada, 14/09/02), es de elite: Zahi Hawass y Mark Lehner encabezan la pléyade de egiptólogos más célebres del mundo actual. Ellos bautizaron como Pyramid Rover al robot que, a la manera de los rescatistas de sobrevivientes en derrumbes, temblores y otros desastres, reptó a lo largo del pasaje de ensueño a altas horas de la madrugada sin otra cosa que despertar más que ansias, expectativas y frustración momentánea, pues con losa inoportuna topó.

El ''explorador de la pirámide" (Pyramid Rover) escaló unos 65 metros por uno de los dos pasadizos que salen de una cámara del interior de la pirámide de Keops, para mirar por un agujero de la puerta, que algunos piensan puede ocultar cámaras secretas, estatuas del faraón o antiguos pergaminos de hace 4 mil 500 años.

''Encontramos un espacio. Hallamos otra cámara sellada", dijo el jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, durante la emisión televisada en vivo y patrocinada por National Geographic Channels.

Al aire, en vivo, el jefe de la expedición levantó la tapa de un sarcófago de 4 mil 500 años cerca del sitio en el que se alzan las grandes pirámides de la meseta de Giza, cerca de El Cairo, para revelar el esqueleto de un hombre que, según dijo, era el alcalde de una localidad de constructores de pirámides.

Un turista había descubierto, en junio, la tumba que contenía tal ataúd.

''Cada pieza será llevada al laboratorio y analizada con rayos X. Descubriremos todo sobre él", dijo al aire Hawass. El televidente, para entonces, ya había perdido la frontera entre ficción y realidad. La transmisión en vivo de esta gesta de la arqueología contemporánea se convirtió en paráfrasis calderoniana: el gran teatro del mundo, o maileriana: los sueños de la antigüedad.

El nuevo obstáculo que bloquea por el momento la investigación dentro de la pirámide del faraón Keops contraría, sin duda, a los arqueólogos intrigados por los dos huecos abiertos en la gigantesca estructura desde que fueron descubiertos en 1872.

Hawass dijo que era imposible decir lo que podía haber detrás de la nueva puerta descubierta en la pirámide de 145 metros de altura.

Se necesitarán más investigaciones y labores científicas antes de diseñar cualquier plan para una nueva investigación que permita mirar más allá de la segunda puerta en el estrecho pasadizo. "El plan lo tendremos listo en unos meses quizá", anunció Hawass. La primera puerta, con dos asas de cobre, fue descubierta por el estudioso alemán Rudolph Bantenbrink en una expedición de 1993, en la que también se utilizó un robot.

En aras de la sensatez, hay un consenso entre egiptólogos y televidentes de este involuntario reality show: lo más probable es que detrás de la segunda puerta no haya nada.

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