Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 26 de septiembre de 2002
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Política

PEMEXGATE

Sin gas natural ni combustóleo tendrían que parar varias plantas de CFE, asegura

Huelga en Pemex provocaría apagones: Andrade

Proponen crear plan de contingencia, "ya que no es posible enfrentar un paro prolongado"

DAVID ZUÑIGA E ISRAEL RODRIGUEZ

Un eventual paro en Petróleos Mexicanos (Pemex) detendría de inmediato las plantas de electricidad que se alimentan de gas, paralizaría numerosas industrias -entre ellas las metalúrgica, la petroquímica y la del vidrio- y provocaría compras de pánico de gasolina y productos básicos. ''No habría absolutamente ningún sector del país que no resultara afectado por una huelga de este tipo'', advirtió el presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eléctrica (AMEE), Eduardo Andrade.

Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Ahorro de Energía (Conae), Odón de Buen, señaló que la posibilidad de un paro en Pemex ha puesto de relieve la necesidad de abrir el sector energético a inversionistas privados, para no depender de ''monopolios'' y diversificar las fuentes de energía.

Al participar en una conferencia de prensa en la cual se anunció una exposición de la industria eléctrica, a efectuarse del primero al 3 de agosto en el World Trade Center, el dirigente empresarial y el funcionario insistieron en que la huelga de Pemex no es inminente, apelaron a la "madurez" del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y confiaron en que se logrará un arreglo.

No obstante, Andrade destacó que la requisa no es una alternativa en este caso, y aun cuando lo fuera, el gobierno carece del personal para encargarse de operar la paraestatal. Sin gas natural ni combustóleo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tendría que parar muchas de sus plantas, lo que obligaría a empezar a apagar algunos sectores del país y mantener sólo sistemas vitales, como el agua potable y el alumbrado.

De Buen anunció que la Conae elaborará un panorama con varios escenarios; sin embargo, reconoció que no es posible enfrentar una huelga prolongada y sólo se podrían tomar previsiones para aguantar "unos cuantos días".

Andrade señaló que México debería tener un plan emergente e infraestructura para hacer frente a este tipo de contingencias, así como racionalizar el consumo doméstico y garantizar el bombeo de agua potable y el alumbrado. "Es una cuestión de seguridad nacional."

No obstante, agregó, la solución de fondo está en la restructuración. ''No hablamos en contra de la CFE, sino de la necesidad de diversificar proveedores en el sector eléctrico. El más elemental de los manuales de administración dice que cuando hay algún recurso estratégico se debe dispersar el riesgo de que este proveedor falle, y es lo que deberíamos hacer en el país'', agregó Andrade.

Por separado, el director del Banco Nacional de Comercio Exterior, José Luis Romero Hicks, descartó que la amenaza de huelga en Pemex pueda mermar las exportaciones mexicanas y la inversión extranjera directa que, calculó, ascenderá este año a 12 mil o 13 mil millones de dólares.

A su vez, Salvador Ortiz Vértiz, coordinador general de Minería de la Secretaría de Economía, señaló que una contingencia laboral en Pemex afectaría al sector de la minería, que factura anualmente 3 mil millones de dólares. Lo anterior lo comentó al presentar el Programa Nacional de Desarrollo Minero 2002-2006, y reveló que en este año se licitarán 21 pequeños proyectos para la explotación de diversos metales y minerales.

Afirmó que actualmente la participación de la minería en la economía es de 1.6 por ciento del producto interno bruto, incluyendo la metalurgia. Se prevé, dijo, captar una inversión de 460 millones de dólares, contra mil millones que se obtuvieron en 2000.

En tanto, Francisco José Escandón Valle, director general del Consejo de Recursos Minerales, admitió que una huelga en Pemex sería desastrosa para la minería nacional, debido a que se requiere diesel para la operación de la maquinaria de explotación de las minas a cielo abierto y de las subterráneas.

Los funcionarios señalaron que la minería presenta cuatro grandes retos: incrementar la competitividad en los mercados internacionales; aumentar la productividad de las empresas mineras; lograr una mayor equidad en el sector, favoreciendo el desarrollo de las operaciones a menor escala, y fomentar el desarrollo regional equilibrado, apoyando la actividad de empresas sociales e impulsando proyectos viables capaces de generar sinergias locales.

Por separado, analistas consultados aseguraron que una interrupción en las actividades de Pemex afectará a Estados Unidos, principal importador de crudo mexicano. México exportó entre enero y julio pasados 310 millones de barriles de petróleo al mercado estadunidense, cifra superior a la de los líderes tradicionales dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Arabia Saudita y Venezuela.

Explicaron que esta situación se tornaría aún más complicada si estallara el conflicto bélico entre Estados Unidos e Irak, acción que pone en riesgo varios factores de la producción y de abasto internacional.

Está latente el riesgo de una destrucción de la infraestructura petrolera de Irak, provocada por el propio régimen de Saddam Hussein; un ataque a las instalaciones petroleras de Kuwait en la frontera iraquí; reducción de las ventas de los países árabes hacia Occidente, como manera de presionar a Washington para que desista en sus intenciones de atacar a Bagdad, tal como ya lo han proclamado diversos líderes espirituales de Irán y otros países islámicos.

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