Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de noviembre de 2002
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Política

A decir de sus artífices, el gravamen no se creó para poder controlar a los medios

El impuesto de 12.5 por ciento a radio y televisión nunca se cumplió plenamente

Los empresarios del ramo siempre sacaron provecho del gobierno al recibir concesiones

JENARO VILLAMIL

Lejos de ser una "imposición" del gobierno federal, la creación del impuesto de 12.5 por ciento en tiempo de transmisión a la radio y la televisión fue producto de una negociación entre el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y los concesionarios, tal como se confirma en las memorias de Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda en aquella época y artífice del modelo de "desarrollo estabilizador".

Otros documentos, como la biografía de Emilio Azcárraga Milmo, escrita por los periodistas Claudia Fernández y Andrew Paxman, así como estudios realizados sobre el imperio de Televisa, revelan que el pago del 12.5 por ciento nunca se cumplió plenamente y que, a cambio, los socios de Televisa siempre obtuvieron diversas concesiones y garantías jurídicas.

Tan sólo en 1969, después de aprobarse el convenio del 12.5 por ciento, se extendió el tiempo de concesiones para los empresarios de la radio y la televisión. En mayo del mismo año la Secretaría de Comunicaciones y Transporte otorgó la concesión para que iniciara el funcionamiento de Cablevisión, sin que el Estado tuviera un impuesto de pago en tiempo/aire.

En sus memorias Mis Tiempos, el ex presidente José López Portillo describe cómo los concesionarios Emilio Azcárraga Milmo, Rómulo O'Farrill y Miguel Alemán Velasco le solicitaron en 1980 garantías jurídicas y que el gobierno construyera salas cinematográficas que posteriormente servirían para la proyección de producciones de Televicine. Sus reclamos fueron cumplidos.

Carlos Salinas de Gortari también favoreció la concentración de concesiones y mantuvo una relación discrecional con el duopolio naciente. Cinco meses después de que la Secretaría de Hacienda le diera al grupo Elektra la concesión de los estatales Canal 7 y Canal 13, en julio de 1993, a Televisa se le otorgaron 62 nuevas concesiones, que le permitieron crear la red nacional de Canal 9 y a Tv Azteca se le agregaron 10 concesiones más.

El surgimiento

Ortiz Mena, en sus memorias y reflexiones sobre el desarrollo estabilizador, editadas por el Fondo de Cultura Económica, relata que después de los Juegos Olímpicos de 1968 el presidente Gustavo Díaz Ordaz le pidió que elaborara una propuesta para lograr un "mejor aprovechamiento en beneficio del país" de los medios de comunicación masiva. El ex secretario de Hacienda escribió que el mandatario buscaba "una regulación efectiva de los medios, aunque estuvo de acuerdo en que no se convirtieran en empresas controladas por el Estado".

"Comenté con el presidente Díaz Ordaz -señala Ortiz Mena- que era importante evitar que a los medios electrónicos les sucediera lo mismo que a los ferrocarriles: con su llegada a México se abrió la gran oportunidad de acortar distancias y tiempos entre las poblaciones del país, pero su inadecuada regulación por parte del gobierno impidió que los beneficios se materializaran plenamente... Para lograr un verdadero efecto positivo se requería hacer un uso muy inteligente de los tiempos que tuviera el gobierno. Se tenía la experiencia de la Hora Nacional -donde el gobierno difundía sus mensajes-, la cual no había sido muy satisfactoria" (p. 232).

Ortiz Mena detalla que la estrategia consistió en incluir en la Ley de Ingresos de 1969 "un impuesto muy elevado sobre los ingresos de las empresas de difusión de la radio y la televisión". Una vez "establecido este impuesto, podríamos negociar con estos medios que lo pagaran donando tiempo aire para el gobierno", explica.

De esta forma, el proyecto original incluía un impuesto de 25 por ciento a los ingresos brutos de las empresas de radio y televisión. Entraría en vigor el primero de julio de 1969, de tal forma que durante seis meses "el gobierno pudiera negociar desde una posición de fuerza".

Antes de enviar la iniciativa al Congreso, Ortiz Mena se lo comentó sólo a dos personajes del Congreso: Luis M. Farías, líder en la Cámara de Diputados, a quien le pidió discreción porque "él trabajaba en la radio y conocía a mucha gente de ese medio", y Manuel Bernardo Aguirre, líder del Senado. Además de ellos dos, sólo Díaz Ordaz y el titular de Hacienda sabían del proyecto.

Posteriormente se lo informó a los empresarios de los medios. Ortiz Mena reseña que "en el caso de la televisión eran dos grupos los principales: el encabezado por Emilio Azcárraga Vidaurreta y el que dirigían Rómulo O' Farrill y el licenciado Miguel Alemán Valdés". El era muy amigo del ex presidente. En una cena de fin de año en Acapulco, le comentó el proyecto. "Le expliqué que el objetivo no era cobrarlo en efectivo, sino que el gobierno lograra acceso a tiempos de transmisión que se utilizarían para beneficio de la sociedad. El licenciado Alemán entendió bien la situación y me dijo que él hablaría con sus socios para evitar cualquier problema" (p. 233).

Después de "algunos meses" de negociaciones en las secretarías de Hacienda y de Comunicaciones y Transportes con los empresarios, "se llegó a un acuerdo por el cual estos últimos cedían 12.5 por ciento del tiempo de transmisión al Estado. La idea era utilizar esos espacios para programas que llevaran un beneficio a la sociedad".

Al final de su relato, el artífice del desarrollo estabilizador comenta que "desafortunadamente el proyecto no se consolidó y el tiempo del Estado se utilizó para difundir tesis gubernamentales o programas de poco interés y de reducido beneficio para la sociedad" (p. 234).

Cercanía con el poder

Antes de que surgiera el impuesto del 12.5 por ciento, Díaz Ordaz le pidió a Emilio Azcárraga -entonces vicepresidente de Telesistema Mexicano-, el 17 de mayo de 1967, que fuera su "consejero" en materia de radio y televisión. "Por adelantado le estoy remitiendo dos años de salario", le dijo el mandatario, según los periodistas Claudia Fernández y Andrew Paxman. La empresa de los Azcárraga estaba en la mira de las concesiones de los canales 8 y 13, que rivalizarían con Telesistema.

La cobertura del movimiento estudiantil de 1968 estuvo teñida por la autocensura. El conductor Jacobo Zabludovsky, cabeza entonces del noticiario matutino Su Diario Nescafé, le declaró a los autores que la cobertura de octubre de 1968 "fue muy limitada; el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz ejerció mucha presión para evitar toda la información".

En el libro Televisa, quinto poder, el investigador Raúl Trejo Delarbre subraya que en 1969, mientras el gobierno de Díaz Ordaz proponía el 12.5 por ciento, autorizaba nuevos títulos de concesión a los empresarios que en ese momento operaban estaciones de radio y televisión. El acuerdo afirmaba que las concesiones "se otorgarían por un término de 10 años adicionado del tiempo que falte por transcurrir hasta el vencimiento de las concesiones, con la salvedad de que la duración total no excederá de 20 años" (pp. 31 y 32). El 20 de mayo de 1969 la Secretaría de Comunicaciones le otorgó a la empresa Cablevisión SA, filial de Telesistema Mexicano, una concesión para comenzar a operar la televisión por cable.

La especialista Carola García Calderón, en la misma obra, escribe que 10 años después, en 1979, se emitió el reglamento de servicio de la televisión por cable en el que, a diferencia de la televisión abierta, no existe la obligación de ceder tiempo al Estado.

Todas estas cesiones se lograron por la cercanía entre los concesionarios y el presidente en turno. Así lo documenta en Mis Tiempos José López Portillo. El ex presidente relata que el 17 de marzo de 1980 desayunó con Emilio Azcárraga, Rómulo O'Farrill y Miguel Alemán Velasco. "Quieren convertir en holding a Televisa, pero quieren concesiones ampliadas, garantizadas, por más tiempo; entran en grande a la producción cinematográfica, pero a condición de que el Estado construya cines y se los alquile. En fin, peticiones muy especiales", aseguró.

Sus peticiones fueron respaldadas. En el mismo año, Televisa adquirió la división de distribución hispana de Columbia Pictures, haciendo de Televicine la productora número dos en ese mercado.

Para abril de 1980 Televisa era propietaria de 47 compañías de diversa índole, incluyendo empresas de bienes raíces y una operadora de aeronaves ejecutivas.

Entre 1977 y 1981 los ingresos de Televisa se quintuplicaron, al pasar de 93 millones de dólares a 474 millones. Para 1990, los ingresos de Televisa eran 10 veces lo que habían sido en términos de dólares, cuando se fundó en 1973. En 1993, la revista Forbes confirmaba que Emilio Azcárraga era el hombre más rico de América Latina y número 19 entre los magnates del mundo. Calculaba su riqueza personal en 5.1 mil millones de dólares.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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