La austeridad presupuestal así lo requiere,
indica
Reagrupa la Sedeso sus 28 programas contra la pobreza
Serán reorientados en diez instrumentos sociales:
Székely
ALMA E. MUÑOZ
La austeridad presupuestal obligó a la Secretaría
de Desarrollo Social (Sedeso) a reagrupar los 28 programas con que cuenta
en diez instrumentos de combate a la pobreza, para dejar que sean los propios
estados los que definan la opción social más conveniente
para sus comunidades.
Para
que gobernadores y alcaldes accedan a la partida correspondiente para 2003,
deberán cumplir con unos criterios de asignación establecidos
por la propia dependencia, entre los cuales se cuenta el grado de marginación
de las localidades y la población objetivo a tratar.
Miguel Székely, subsecretario de Prospectiva, Planeación
y Evaluación de Sedeso, explicó a La Jornada que la
reorientación de los programas evitará un gasto de 120 millones
de pesos por duplicidad en el padrón de beneficiarios.
Se trata, sostuvo, de ''cambiar la forma de ejercer ese
presupuesto, de gastar el dinero de una manera distinta, porque como lo
hemos venido haciendo no hemos podido abatir los rezagos históricos
que tenemos en la materia''.
No obstante, dejó en claro que ''ningún
presupuesto va a ser suficiente'' para terminar con los problemas. Y por
ello, debido a que habrá una reducción de por lo menos 1.6
por ciento en relación con el presente ejercicio, al pasar de 19
mil millones de pesos a 18 mil 800 millones para 2003, ''tratamos de absorber
este impacto sin quitar recursos para los programas. Por el contrario,
''buscamos absorber el dinero que nos provoca ahorros en la administración
de la secretaría, como son los 120 millones ya citados o incluso
ahorrar en gasto corriente''.
Las modalidades que próximamente aplicará
la Sedeso en materia presupuestal terminarán con la tradición
de entregar los recursos según los programas aplicados. ''Cancelar
un programa -explicó Székely- era como liquidar una partida
presupuestal, pero si lograbas meter un instrumento nuevo, ya asegurabas
dinero para futuros ejercicios''.
Eso, añadió, es lo que estamos tratando
de romper, porque la actual administración, a su llegada al gobierno,
encontró que muchos esquemas de política social dejaron de
ser vigentes, como el programa habitacional Vivah, pero se mantuvieron
porque eran ''la naturaleza del presupuesto''.
Hoy,
por la restricción económica, el gobierno federal determinó
concentrar los esquemas de combate a la pobreza en lo que denomina ''programas
de alto impacto'', a los cuales fortalece con diversas modalidades para
gasto. Cinco son de nueva creación: Apoyo a Comunidades Indígenas
(que incluye infraestructura social, proyectos productivos y capacitación);
Tu Casa (mejoramiento de la vivienda, créditos y subsidios para
la adquisición de vivienda), Abasto Social (de leche, tortilla y
abasto rural), Oportunidades y Coinversión Social, además
de los programas de los institutos nacionales Indigenista y de las Personas
Adultas Mayores, así como Fonart.
Desarrollo Local (con microrregiones, alta marginación
e identidad jurídica) y Hábitat (mejoramiento de barrios,
superación de la pobreza urbana, mujeres jefas de familia, reserva
de suelo y agencias de desarrollo). A ellos se suman los ya existentes:
Empleo Temporal, Jóvenes por México, Jornaleros Agrícolas
e Iniciativa Ciudadana Tres por Uno (relativo a migrantes).
Pero además, hay uno más que se denomina
Programa de Incentivos Estatales, el cual también servirá
como esquema de transparencia y regulador de los recursos, porque a través
de él los gobiernos locales rendirán cuentas -en un mes determinado
del año- para acceder a un mayor presupuesto, siempre y cuando comprueben,
entre otros puntos, la distribución del gasto, la forma de su aplicación
a partir de un calendario previo, o se analice la aportación que
ellos mismos hacen a los instrumentos.
La intención es que operen de forma distinta a
lo planteado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante
sus 71 años de régimen. Es decir, manifestó Székely,
''se trata de romper esa camisa de fuerza que impusieron a los estados''.
Ahora, la Sedeso delegará a los gobiernos locales la responsabilidad
de elegir cómo aplicar el techo que se les entregue en cuanto a
combate a la pobreza, además de que las modalidades instrumentadas
las podrá adecuar según las necesidades.
El funcionario resaltó la intención de proteger
los recursos de desarrollo social para evitar que el próximo año
se utilicen de manera electoral, ya sea mediante denuncias ciudadanas,
mesas establecidas ex profeso o cambiando la fecha de pagos a beneficiarios,
cuando se acerque el momento de la jornada.