La condena "es inapropiada", dice el presidente
iraní
Rechaza el reformista Aghajari apelar la sentencia
a muerte
AFP
Teheran, 13 de noviembre. El intelectual reformista
iraní Hachem Aghajari, condenado a muerte el 6 de noviembre por
blasfemia, se negó este miércoles a apelar la sentencia,
al tiempo que al menos 2 mil 500 estudiantes se manifestaron por quinto
día consecutivo en la universidad Ami Kabir de Teherán contra
la pena capital impuesta a Aghajari, medida calificada como "inapropiada"
por el presidente Mohammad Jatami.
El
mandatario rompió su silencio sobre la condena a muerte al afirmar
que "ese veredicto es inapropiado y personalmente desapruebo este tipo
de prácticas", informó la agencia oficial Irna. "En la medida
en que este veredicto jamás habría debido ser pronunciado,
espero que este caso termine de manera apropiada", añadió.
El intelectual, cuya causa ha provocado las mayores manifestaciones
reformistas de los últimos años en Irán, afirmó
que no validará su sentencia a muerte al apelar contra ella.
"Hace 20 años estaba en el frente, durante la guerra
Irán-Irak. Ya entonces estaba dispuesto a morir como mártir.
Si la justicia piensa que este veredicto es justo, debe aplicarlo. Si no,
debe hacer lo necesario para anularlo", escribe Aghajari, citado por su
abogado Saleh Nikbajt.
El defensor afirmó que seguirá tratando
de convencer a su cliente para que interponga un recurso pidiendo que se
revoque la sentencia a muerte.
Aghajari, inválido de guerra y figura de la corriente
reformista de Jatami, fue condenado por abogar a favor de un "protestantismo
del Islam" y haber declarado que los musulmanes "no tenían por qué
seguir ciegamente a un jefe religioso".
La justicia iraní había reaccionado ya con
vehemencia a las declaraciones de sus de-tractores, defendiendo la condena
a muerte de Hachem Aghajari, en un comunicado dado a conocer el miércoles
en la mañana.
"¿Cómo se puede defender a alguien que se
dice musulmán pero cuestiona los principios de la religión
(...) y califica de simios a quienes imitan a los dirigentes religiosos?",
afirmó el servicio de relaciones pú-blicas de la justicia,
dirigido a quienes han tomado la defensa de Aghajari.
El texto reprocha también a Aghajari haber ido
más lejos que Carlos Marx al afirmar que "la religión no
es sólo el opio del pueblo, sino el opio del poder. ¿Se puede
defender a alguien que estima que todas las enseñanzas de la religión
son oscuras, polvorientas y pertenecientes al pasado?"
El comunicado concluye que la justicia se niega a echar
atrás el veredicto, e indica que ésta "sigue su curso normal,
e independientemente de la naturaleza de la sentencia, corresponde a las
instancias de apelación pronunciarse".