CON VISTA AL ZOCALO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Dos años de gobierno: un testimonio

EN PRIMERA PERSONA: un balance de mi primera experiencia en la administración pública. Anteayer cumplí dos años de gestión como secretario de Gobierno del Distrito Federal. Vale la pena hacer un alto en el camino y compartir con ustedes.

EMPECEMOS POR MI incorporación al proyecto de López Obrador. Mi decisión de acercarme al personaje y su propuesta se derivó de mi convicción en su honestidad personal y en su congruencia política. Esto se ha visto confirmado durante estos dos años. Pero además, me he dado cuenta de su superlativo talento político; se trata de un estratega que utiliza la intuición y un refinado cálculo en la toma de decisiones. Casi nadie ha percibido que simultáneamente es extremadamente honesto y astuto, cualidades raras en el mismo político.

MI TAREA HA consistido en consolidar las relaciones con los poderes federales y con los órganos internos de gobierno. Las tareas de gobernación en la confrontación han correspondido a los subsecretarios de Gobierno. Ambos han hecho espléndidamente su trabajo. Se me encomendó la negociación de la reforma política del Distrito Federal y otros proyectos clave. Los signos de la eficacia han sido la suavidad y el silencio.

LO MEJOR: LA excelente relación con mi jefe y con mis compañeros. En nuestro equipo hay un solo líder. Los demás formamos una orquesta sin disputas por el futuro.

LO QUE HE aprendido: el enorme valor de la impecabilidad en el manejo de los recursos. La austeridad y la honestidad han liberado muchos recursos financieros pero, además, han vuelto consistentes a los administradores, que trabajan con buena conciencia.

OTRA ENSEÑANZA: LA consistencia entre las promesas y los resultados paga. Como candidato, el jefe de Gobierno prometió 40 cosas. Ordenó su trabajo para cumplirlas y en una escala sorprendente lo ha logrado. El resultado es que se ha gastado 10 veces menos en propaganda política, y la imagen del gobierno šque es muy buena!, asentada en la verdadera capacidad de gobierno y no en fantasmagorías creadas por los publicistas geniales.

LO MALO: EL naufragio de la reforma política del Distrito Federal en el Senado. Reconozco que fue un hecho muy amargo. No sólo porque se había logrado un espléndido consenso entre PAN, PRD, PRI y los demás partidos en el DF; porque se logró la aprobación por más de 90 por ciento en la Cámara de Diputados; porque la iniciativa era sana para completar un proceso de reforma iniciado por el PRI en 1996 y cuyos avances más importantes habían ya cristalizado; la asociación de pequeñas venganzas y mezquindades fue capaz de sabotearla sin pagar el costo... Por ahora.

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