Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 10 de diciembre de 2002
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Cultura

REPORTAJE LA HUELLA DE UN PINTOR INDIGENA

Probable autor de la imagen guadalupana del Tepeyac

Subsiste obra pictórica de Marcos de Aquino

La controversia sobre la veracidad del milagro del cerro del Tepeyac y el origen divino de la imagen guadalupana tienen una pieza clave en la persona del indio Marcos , cuyo origen se remonta a 1556, cuando fray Francisco de Bustamante aseveró que la efigie de la virgen fue pintada por el artista indígena

ANGEL VARGAS

La existencia del indio Marcos es pieza clave en la polémica sobre la veracidad del milagro del cerro del Tepeyac y el origen divino de la imagen guadalupana.

Así ha sido, en realidad, desde pocos años después de las apariciones de la virgen de Guadalupe en ese lugar -situadas por la Iglesia católica entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531-, cuando el provincial de los franciscanos, fray Francisco de Bustamante, sostuvo en 1556 que la efigie fue pintada por ese artista indígena, con lo que el religioso inició una conocida controversia con el entonces arzobispo de México, Alonso de Montúfar, quien fomentaba la devoción por ese supuesto hecho celestial.

Información inédita

Más allá de esa discusión, el historiador Augusto Vallejo de Villa asegura contar con información inédita sobre el indio Marcos y su obra. Con ello, el especialista atraerá una vez más la atención de historiadores, antropólogos y otros estudiosos de su trabajo, como sucedió hace poco más de un año, cuando hizo público su descubrimiento del primer poema de Sor Juana Inés de la Cruz, que a la fecha no ha sido refutado.

El también abogado, al frente de un equipo de investigadores del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México y como parte del proyecto Registro de actas sacramentales del siglo XVI, encontró suficiente información histórica para -afirma- construir la biografía del creador indígena, así como para refutar la creencia generalizada de que no subsiste obra alguna de éste.

Las pesquisas de Vallejo, además, lo llevaron a localizar también la pintura más antigua elaborada en América por un europeo. Se trata, asevera, de un cuadro en el que se retrata a San Agustín con la virgen y el niño Dios, realizado por el conquistador Juan de Najara o Nájera, como se le denomina indistintamente en los registros históricos, entre 1548 oMARCOS-3 1552, cuando fue corregidor en Totolapan.

El cuadro, comenta el investigador, se encuentra en Tlayacapan, Morelos, donde fue realizado y adonde regresó hace algunos años luego de ser expuesto en la desaparecida Pinacoteca Virreinal de San Diego.

No obstante los reiterados señalamientos que en el transcurso de la historia se han hecho acerca de que el indio Marcos es el creador de la imagen de la virgen de Guadalupe, la falta de elementos sobre su existencia ha impedido hacer una biografía. La Iglesia mexicana atribuye la imagen al milagro del Tepeyac.

De Marcos sólo se tenía noticia de que era un tlacuilo, es decir, un pintor prehispánico que, tras la Conquista, estudió pintura en la escuela de San José de los Naturales, abierta por fray Pedro de Gante, y se desconocían más referencias, esenciales, como las fechas de nacimiento y muerte, así como dónde y con quién vivió y cuántos hijos tuvo.

Según datos encontrados por Vallejo, el creador nació en 1517 y murió a más tardar en la primera mitad de los años ochenta del siglo XVI; ubicó su primera residencia en Santa María Tlacuechincan o Santa María la Redonda y posteriormente en Santa María Analpa; contrajo matrimonio con Lucía Juárez y de esa unión procreó cuando menos tres hijos.

Marcos y sus tres apellidos

Una de las grandes dificultades para localizar al personaje, explica el historiador, estriba en que en los diversos registros y referencias históricas aparece con tres apellidos distintos: Marcos Griego, Marcos de Aquino y Marcos Cipac.

Son varias las referencias históricas que lo citan. La primera es la mencionada de fray Francisco de Bustamante, quien lo señala sólo como ''el indio Marcos", autor de la guadalupana. Otra es del relator de la Conquista, Bernal Díaz del Castillo, quien en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, escrita entre 1555 y 1575, ensalza las virtudes de tres pintores autóctonos excelentes, uno de ellos bajo el nombre de Marcos de Aquino.

Una más aparece en los anales indígenas de Juan Bautista, dados a conocer en el siglo XIX por el historiador Francisco del Paso y Troncoso, en el que por única vez el nombre de Marcos aparece con el apelativo indígena Cipac. Y, finalmente, en 1959 el investigador Salvador Cruz, en el número 20 de Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, dio a conocer que en el siglo XVI existió un artista indígena llamado Marcos Griego.

Vallejo descarta tajantemente

que pueda tratarse de personas distintas y argumenta que en diversas fuentes históricas se asientan referencias irrefutables que demuestran que es el mismo individuo, como son el oficio que ejerció, los nombres de la esposa y de los hijos, el lugar de residencia y la edad.

Sin embargo, un hecho irrevocable es la rúbrica del artista, que aparece en diversos documentos: una cruz entre dos cabecitas de león o bien la sustitución de la cruz por el apellido Griego flanqueado por un par de trazos que representan las testas felinas.

Entre los documentos se encuentra un contrato de compraventa de la ya mencionada casa que el pintor adquirió en 1553 y el que firmó con el dibujo de la cruz y las efigies de león, y un acta de 1572 en la que atestigua un matrimonio y plasma su rúbrica con el apelativo Griego entre los dos garabatos que sustituyen las cabezas leonescas.

Además de los aspectos grafológicos, la dirección que asienta el artista en ambos manuscritos es la misma: dijo ser vecino de esta ciudad de México en el barrio de Santa María Tlacuechincan o Santa María la Redonda, donde se asentaba el antiguo calpulli de Cuepopan, en el que vivían los artífices.

El patronímico De Aquino aparece registrado años más adelante en las actas de matrimonio de dos hijos del pintor, ambas de 1592. El primer manuscrito es de Francisca de la Cruz de Aquino, quien se dijo descendiente directo del pintor Marcos. Una base de datos desarrollada por los especialistas del Consejo de la Crónica permitió localizar que esa mujer vivía en Santa María Analpa y que su progenitora era Lucía Juárez, es decir la esposa de Marcos Griego, Marcos de Aquino o Marcos Cipac.

El caso de la otra acta nupcial es muy semejante, sólo que el contrayente es Jerónimo de Aquino Juárez, y se asienta que es vecino del barrio de Santa María Analpa, hijo de Marcos de Aquino y Lucía. En el documento se omite el apellido de la madre, Juárez, el origen indígena del artista y su oficio de pintor, referencias que fue posible constatar gracias al sistema de registro utilizado por los historiadores.

El uso indistinto que el indio Marcos hizo de tales patronímicos es explicado por Augusto Vallejo: ''El nombre de Marcos Griego se debe al conquistador Juan Griego (aludido por Hernán Cortés en sus Cartas de relación), quien contrajo matrimonio con una india y muy seguramente fue padrino de bautizo del artista.

''El De Aquino responde a que de manera muy probable el bautizo ocurrió el día de santo Tomás de Aquino, el 28 de enero. Los indígenas acostumbraban tomar el apellido de quien los apadrinaba o bien del día en que eran bautizados.

''El apelativo de Cipac, por otra parte, es señalado sólo por Juan Bautista en su diario, e irrefutablemente era el apellido de origen indígena del creador."

Marcos y el primer pintor europeo en América

La firma del artista, basada en la cruz y las cabezas de león, que es una representación del escudo de armas de santo Tomás de Aquino, es un aspecto clave, según el investigador, para afirmar que subsisten varias obras del indio artífice, con lo que discrepa de lo sustentado por los especialistas.

A decir de Vallejo, el virtuosismo de las pinturas del indio Marcos puede apreciarse en diversos murales de conventos franciscanos en Puebla, como el de Cuauhtinchan, donde entre las imágenes religiosas destaca una estilizada de la rúbrica del pintor encima del dintel de una puerta.

Otros casos son los conventos de Huaquechula, donde existe una reproducción de la Virgen Inmaculada muy semejante en rasgos y vestimenta a la de Guadalupe; y el de Huejotzingo, donde, además de retratar otra virgen, debajo de una representación de santo Tomás el creador dibujó una corona ducal, con lo que se confirma su conocimiento no sólo de la heráldica del santo, sino de su noble ascendencia.

En este último recinto aparece también un mural cuyos detalles han llevado a Vallejo a relacionar a Marcos con Juan de Najara o Nájera, a quien ubica como el autor europeo de la primera pintura conocida hecha en América.

''Si bien no existen documentos que puedan asegurar de manera irrefutable alguna relación entre ambos, sí existe un contrato entre Cristóbal de Quesada y Najara en el que éste último, entre otros patrimonios, se compromete a aportar un indio pintor, del que no se asienta dato alguno, pero que debió de ser de gran virtuosismo para participar en una sociedad con fines artísticos", señala.

El experto basa sus presunciones de esa correlación en el hecho de que también existe obra de Marcos en Tlayacapan -incluso una madona casi idéntica a la Virgen de Guadalupe-, uno de los dos poblados que integraban la región de Totolapan, de la cual, como ya se dijo, fue regidor Juan de Najara.

Paisaje autóctono, la clave

Fuera de esa muy factible relación entre ambos personajes, Vallejo sustenta su hallazgo de que ese retrato de san Agustín con la virgen y el niño Dios es la primera pintura realizada en el continente, con el hecho de que en ella aparece, detrás de las imágenes religiosas, un fragmento del paisaje de Tlayacapan.

Para el historiador es indudable que la obra no puede ser de autoría más que de ese conquistador, porque en la región de Totolapan no aparece registrado algún pintor en la época en la que aquél fue regidor, entre 1548 y 1552. Además de que, salvo cuando pasó a la Pinacoteca Virreinal, el cuadro ha permanecido allí desde años muy recientes a la Conquista, incluso se creía que podría ser del siglo XV.

De esa manera, Najara queda delante del propio Cristóbal de Quesada, quien arribó al continente en 1537; Alonso López, en 1551; Nicolás Tejeda de Guzmán, en 1558; y Simón Pereys, el primer pintor en forma, cuyos registros lo ubican en estas tierras hasta 1568.

''Algo que viene a corroborar la condición de artista de Juan de Najara o Nájera -resalta Vallejo- es no sólo el contrato de sociedad artística que celebra con De Quesada, sino que en algunas fuentes históricas se le identifica, además de conquistador, como guadamecilero (el guadamecil es el nombre que se daba en España a cueros labrados con ornatos de relieve estampados, dorados y pintados de colores)."

Una confirmación más: en fechas recientes fue hallado un documento de 1541 en el que se registra a Najara como conquistador y pintor. Además, fray Toribio de Benavente, Motolinia, alude a él, aunque sin nombrarlo, en su Historia de los indios de la Nueva España (1541), y fray Jerónimo de Mendieta dice que ''los indios le copiaron su oficio".

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