José Steinsleger

Hambre en Argentina

En Buenos Aires una señora de clase media concurre a la carnicería y a su turno ordena medio kilo de bofe, desperdicio de la carne de res.

-ƑPara el gato? -pregunta el carnicero.

-No -responde ella-. Al gato lo cenamos anoche.

En otro cuadro una pareja hace el amor. De súbito, él hace un gesto de silencio, acerca la oreja a la pared y exclama:

-Flaca... escuchá, escuchá... šLos de al lado están comiendo!

Publicados a fines de los años 80, los chistes de la revista Humor ya no tienen gracia. Mitad de los argentinos de hoy comen bofe y mitad de los que comen con regularidad se esconden de quienes no pueden hacerlo.

Hace 100 años los porteños sin cuello y corbata tenían vedado el acceso a la elegante calle Florida. Hoy, en horas de la noche, hombres, mujeres y niños circulan por Florida con bolsitas, cajas y recipientes de distintos tamaños, apostándose en las inmediaciones de McDonald's, Burger King y Pizza Hut.

Lucía, mujer joven, dice:

-Todos los días viajo desde Florencio Varela (distante a 30 kilómetros del centro). Los chicos quedan con el papá. Tomo el tren de las ocho y regreso cuando las bolsas están llenas. La vuelta se prolonga hasta las cinco de la madrugada, con el primer tren del nuevo día.

Lucía y los pobres de Florida ejercen un férreo control del territorio y son propagandistas indirectos de la desnutrición maquillada de felicidad. Es decir, que en comparación con otros hambrientos del país serían hambrientos privilegiados, pues circulan en un área donde funcionan cerca de mil 500 restaurantes y bares de comida rápida.

El año pasado, cuando se produjo el alzamiento que acabó con el gobierno de De la Rúa, Lucía me dio una lección de cómo funcionan las normas de calidad y eficiencia empresarial de la economía libre. Dijo: "Cada hamburguesa y cada pizza tienen un tiempo límite para ser servidas. Uno a tres minutos. Si pasado el tiempo no se venden, su destino es la basura".

Pizzerías de la burguesía nacional, como la legendaria Guerrín de Avenida Corrientes, también son motivo de disputa territorial. Lucía observa:

-De los hornos de Guerrín sale una pizza cada dos minutos. Los dueños son muy amables: a la hora del cierre nos dan las sobras envueltas en paquetitos.

En Argentina, país de alimentos, cada día 100 niños ingresan a las filas de la desnutrición, 36 mil 500 al año. Y esto por no hablar de los que ya quedaron crónicamente desnutridos o idiotas debido a que son alimentados con soyas transgénicas como la leche de soya, que carece totalmente de hierro y calcio y por lo tanto su provisión a los niños es igual a cometer un etnocidio silencioso.

Los sábados al mediodía, mi amigo de juventud Enzo Scarpatti, mecánico, solía preparar un asado para "los amigos del barrio". La última ocasión que lo visité (un sábado, por cierto) el asado fue sólo para mí, a puerta cerrada.

Enzo reconoció:

-No, no me va tan mal. En este oficio siempre hay laburo (trabajo). Pero ya no podía más: cada vez caía más gente de otros barrios y de una villa que está a diez cuadras de aquí. šLas colas que se formaban!

A la tercera botella de vino Enzo bajó la cabeza:

-Mirá... mi viejo me enseñó que siempre hay que que compartir lo que se tiene. El empezó con esto de los asados sabatinos. Y a mí me tocó acabar con 38 años de tradición. š38 años! Vos sabés que en política siempre fui corto del balero (cabeza). Nunca entendí nada. Tantos hijos de puta que pasaron por los gobiernos... Ahora bien: explicame vos que desde chico creíste que podías explicar todo con aquello del materialismo...Ƒcómo se llamaba?

-Dialéctico.

-Eso. Explicame por qué la gente muere de hambre en un país de 36 millones de habitantes que al mundo vende alimentos para 280 millones de personas. ƑCómo fue posible que en 1976, cuando llegaron los milicos, teníamos 8 mil millones de dólares de deuda externa y hoy, con democracia, debemos 160 mil millones? šLo leí en La Nación, el diario de los oligarcas! šVieja...alcanzame La Nación para que Pepe se entere de lo que pasa en este país! Che...Ƒy en México como están?

Cada persona y cada pueblo sangran por su herida. Y en Argentina, la diferencia entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre, que en 1974 era de ocho veces, actualmente es de 34 veces. La deuda a la que se refería Enzo representa más de cinco veces el total de las exportaciones anuales y en el curso de 30 años fue pagada 25 veces, vía intereses.

Partí de la casa de Enzo sin explicar nada. ƑQué sentido tenía decirle que en México hay millones de personas con hambre y desnutrición, que en América Central la situación es más grave que en México y mucho mejor que la de Sudán o Etiopía? ƑDe qué sirven estas comparaciones absurdas y propias de la excelencia académica de los tecnócratas patito que aquí, allá y acullá viven (y comen) de calcular las dimensiones de lo incalculable?