Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 21 de diciembre de 2002
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Política

Luis González Souza

La Navidad con pasamontañas

Ya viene, el próximo martes, otra Navidad. Según la tradición cristiana, hace casi 2003 años nació Jesucristo, supuestamente para redimirnos a todos. Hoy Jesucristo es un niño totalmente Palacio. Las fiestas navideñas sólo sirven para incrementar las ganancias del comercio. Creemos que es hora de ensayar nuevas visiones sobre la Navidad.

Según cuenta la historia, en aquella época a Jesucristo, lejos de comprendérsele, se le crucificó. El traía consigo la buena nueva de un mundo mejor. Hace ya casi 10 años a México llegó la buena nueva de uno donde quepamos todos. Gracias a Bush II y a su guerra contra el terrorismo hoy estamos a punto de vernos sumergidos en otra gran conflagración mundial, de incalculables consecuencias. El llamado Occidente vive la crisis acaso más profunda de su historia, y ya no hay fantasmas socialistas ni chivo expiatorio alguno que la justifique.

Nuestro mundo no necesita de más crucifixiones. Mucho menos cuando se trata de buenas nuevas como las que trajeron los pueblos indios de Chiapas. Desalojos de todo tipo es lo menos que esos pueblos han sufrido, y ayer amanecimos con la noticia de que ya comenzaron a sacarlos de la región de Montes Azules, con tal o cual pretexto ecologista.

Durante más de 500 años los hemos desalojado de nuestra propia historia. No creemos que merezcan una sola expulsión más, así sea para limpiarle el terreno al mexicocida Plan Puebla-Panamá.

Pero además, dado el contexto sociopolítico del desalojo en Montes Azules, ejecutado después de la histórica caravana zapatista a la ciudad de México y de la puñalada en la espalda que resultó la ley (anti)indígena, creemos que dicho lanzamiento es una artera provocación sólo comparable con la ignominiosa masacre de Acteal ocurrida el 22 de di-ciembre de 1997, precisamente unos días antes de Navidad.

Por nuestra parte salimos del país no 15 minutos sino cuatro meses, esperando que Fox cumpliera con su cacareada promesa de resolver el conflicto chiapaneco. Al regresar, sin embargo, constatamos que no sólo no lo ha resuelto, sino que tiende a agravarlo con esta réplica de Acteal en Montes Azules, acaso agigantada. También observamos una sociedad más vigilante, que esperamos sabrá movilizarse no sólo para impedir más desalojos de indígenas en Montes Azules, o donde sea, sino para abrirle paso a la buena nueva de un México y un mundo en verdadera paz. Pero no de cualquier paz, sino la justa y digna que demandan de tiempo atrás los indios zapatistas. Entonces sí tendremos Noche Buena y aprenderemos a mirar la Navidad de otra manera: más esperanzadora, más humanizante. Una Navidad en la que nos veamos todos, incluidos los sin rostro.

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