Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 21 de diciembre de 2002
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Cultura
Juan Arturo Brennan

¿Quién es Laurie Anderson?

Mi asistencia a una de las recientes presentaciones de Laurie Anderson en el Teatro de la Ciudad (en el marco de su primera visita profesional a México) estuvo saludablemente señalada por una inocencia casi virginal de mi parte: más allá de algunos tracks en las pistas musicales de la película Las alas del deseo y algunos otros filmes, mi contacto previo con su quehacer artístico era prácticamente nulo. Así que un buen primer paso era, lógicamente, tratar de averiguar quién es esta interesante mujer. Para empezar, vale señalar que en los minutos previos a su espectáculo me encontré en el Teatro de la Ciudad con un público improbablemente variado y ecléctico: rockeros, folkloristas, compositoras de música de concierto, fotógrafos, especialistas en música medieval, artistas plásticos, poetas, museógrafos, etcétera. De entrada, la mezcolanza de fans de Laurie Anderson es una primera señal inequívoca de sus propias orientaciones artísticas. Aproveché, pues, el encuentro con toda esa gente para preguntar a una docena de ellos: ¿quién es Laurie Anderson? Sin duda, una de las cosas más instructivas de la velada fue la asombrosa variedad de respuestas que obtuve. Muchas de ellas fueron confirmadas puntualmente a lo largo de la presentación de la artista, mientras que otras se convirtieron en campo fértil (por lo contradictorio) para la discusión.

laurie_anderson4Esa noche de sábado en el Teatro de la Ciudad, Laurie Anderson mostró algunas de las facetas de su actividad creadora: compositora, poeta, cantante, artista del performance; quedaron pendientes de revisar sus incursiones (que son numerosas y muy interesantes) en el campo de lo visual. A este respecto, fue notable esa noche la parquedad y austeridad de la presentación escénica de Laurie Anderson, sin nada del circo, la maroma y el teatro que suelen ser cosa usual con artistas dedicados simultáneamente a diversas disciplinas. Por otra parte, una de las cosas que me dijeron esa noche mis conocidos fue que Laurie Anderson está a la vanguardia en el uso de las nuevas tecnologías. Una buena muestra de su sólida intuición es el hecho evidente de que esas tecnologías (principalmente sonoras) fueron empleadas discretamente como medios y no como fines en sí mismos. El caso es que, fundamentalmente, Laurie Anderson cantó y tocó el teclado, acompañada de un austero y económico grupo formado por un cantante de apoyo, otro tecladista, un bajista y un baterista. Sobre los textos de las canciones, vale la pena destacar una poética de expresión cabalmente moderna, fundamentalmente urbana, con numerosas referencias temáticas cruzadas a las que hay que poner mucha atención. En la música misma, de personalidad muy propia y muy sólida, pueden detectarse fugazmente vasos comunicantes con personalidades tan distintas como Leonard Cohen, Annie Lennox, Roxy Music y algunos de los músicos repetitivos, no necesariamente los minimalistas más extremos. La combinación de esos textos y esa música da como resultado ámbitos sonoros y expresivos de una intensidad profunda y de una rara poética, anclados en una voz plenamente adecuada como vehículo de comunicación y venturosamente ajena a los chabacanos parámetros usuales de la música vocal contemporánea.

Además de las canciones, Laurie Anderson ejecutó un par de piezas que bien pudieran caer bajo la definición de narración oral o performance, también con medios muy discretos y muy bien dosificados. En estas piezas y en un par de canciones hacia el final de su presentación, la artista mostró una faceta más de su dedicación y profesionalismo al preparar y realizar los textos en un castellano digno y bien empleado, en abierto contraste con el condescendiente paternalismo que utilizan otros "artistas" para intentar salpicar sus presentaciones con irrelevantes botanas en nuestro idioma. En suma, un espectáculo poético-musical de alto calibre, protagonizado por la misteriosa y elusiva Laurie Anderson, artista importante de la interdisciplina y la multimedia, mujer de inteligencia evidente. Presencias como la suya son un notable y necesario contraste al inmerecido auge de señoritas que, como Madonna, Jennifer López, Mariah Carey, Britney Spears y otras semejantes, pasan por el mundo de la música ventilando sus telenovelas personales y luciendo sus redondeces y sus ombligos.

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