Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 21 de diciembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura
[Los dinosaurios]

Fabio Morábito

Los dinosaurios

se enfriaban por la noche

y al otro día, curados

por el sol,

se hundían en la maleza

en busca de otros de su especie.

El verdadero sol era el rebaño.

El hambre comenzaba apenas se reunían

y el verde sólo les sabía

cuando el rebaño estaba en auge.

De noche,

sin pelambre,

sin el calor que el pelo ayuda

a conservar cuando oscurece,

entraban en trance,

y al otro día

era como si fuera el primer día,

como si apenas comenzaran a vivir,

y como cada día era el primero,

crecieron sin medida,

que es como no crecer,

como quedarse niños.

Los niños son pequeños dinosaurios

a los que damos,

para que un día se casen de crecer,

su diaria dosis de palabras,

que son nuestra pelambre.

Pasamos de la noche al día apalabrados,

sin conocer el fondo

de la luz ni de la noche,

que ya no aguantaríamos,

y ese calor que ellos sintieron

cuando el rebaño estaba en auge

y nuestra piel codicia aún,

lo recordamos cada vez que hacemos versos,

que son nuestra manera de sentir

la sangre fría que perdimos.
 

Poema incluido en el libro Alguien de lava, que Ediciones Era y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ponen en circulación

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año