Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 26 de enero de 2003
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Economía

Ayer en casas de cambio, el dólar cerró en $10.98

La devaluación, de 21% en nueve meses; debilidad asociada a la dependencia de EU

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

La devaluación del peso frente al dólar, que alcanzó 21 por ciento en los pasados nueve meses, evidencia una de las fallas del modelo económico aplicado en el país en las recientes dos décadas, y mantenido por el actual gobierno, de buscar en la integración con Estados Unidos el motor del crecimiento interno, opinaron analistas.

"La debilidad del peso se encuentra asociada a factores de carácter estructural, relacionados con la elevada dependencia económica mexicana del comportamiento productivo estadunidense", opinó Rodolfo Navarrete, director de análisis de la Casa de Bolsa Vector.

El viernes pasado, el valor del peso cayó a nivel mínimo histórico, al ubicarse, para las operaciones de menudeo, en 10.68 unidades por dólar a la compra y 10.96 a la venta. Al mayoreo se situó en 10.87 pesos por dólar, lo que representó una devaluación de 5 por ciento en comparación con el cierre de 2002. Este sábado, aunque los mercados financieros permanecieron cerrados, la cotización en algunas casas de cambio que ofrecieron sus servicios se mantuvo en 10.75 pesos por dólar a la compra y 10.98 pesos a la venta.

Desde hace dos semanas, cuando comenzó la depreciación sostenida del peso, la opinión entre especialistas y funcionarios se ha dividido respecto de las causas que han provocado el ajuste. Una de las explicaciones es que la variación en el tipo de cambio obedece a la depreciación del dólar frente al euro. Según esta corriente, como la economía mexicana tiene una alta dependencia de la estadunidense, el peso ha perdido valor por las pobres expectativas que existen ahora sobre la recuperación de Estados Unidos y por la incertidumbre de los efectos económicos y financieros ante un eventual conflicto bélico entre Washington y el régimen de Irak. Otras opiniones apuntan a que los movimientos cambiarios en México están comenzando a reflejar la parte negativa de la integración económica con Estados Unidos.

Rodolfo Navarrete explicó que el modelo de desarrollo adoptado en el país a partir de mediados de los 80 y profundizado con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, privilegió como motor del crecimiento económico interno al mercado exterior. "México posee, en tal sentido, un solo motor de crecimiento, el cual se encuentra totalmente ligado al desempeño de las exportaciones". Cerca de 90 por ciento de las ventas externas mexicanas tienen como destino Estados Unidos.

El especialista señaló que la integración de la economía mexicana a la estadunidense no sólo debe implicar una "correlación perfecta" en términos del comportamiento de sus sectores manufactureros e industriales, sino también la de sus variables financieras, como el tipo de cambio y las tasas de interés y sobre todo de sus políticas económicas, en especial monetarias.

"Este, al parecer, es el elemento más importante que explica la correlación que se ha observado, con especial énfasis desde 1998, entre el comportamiento del dólar y el peso. Así, a los ojos de los agentes económicos, la economía mexicana está siguiendo el comportamiento estadunidense, por lo que es natural que en algunos episodios se registre una debilidad de sus monedas, producto de las malas perspectivas económicas y de ganancias que ofrecen a los inversionistas, mientras que en otros momentos podrá observarse alguna fortaleza, como sucedió entre 1998 y 2000", añadió.

Apuntó que sería errónea una intervención del banco central en el mercado cambiario, ya que no podrá quebrar la relación del comportamiento del tipo de cambio con las expectativas económicas. Si el Banco de México interviniera con la venta de divisas, es probable que el tipo de cambio ceda, pero lo hará de manera temporal, ofreciendo ahora sí la oportunidad de atacar especulativamente al peso".

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