Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 26 de enero de 2003
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Cultura

Habla la primera directora del recinto universitario

Elena Urrutia: el Chopo, hito del paisaje urbano

Indispensable, que ese brazo de la UNAM siga extendiéndose en el barrio de la Santa María la Ribera

ARTURO JIMENEZ

Habla Elena Urrutia, la primera directora del Museo Universitario del Chopo (MUCh), cuyo inmueble cumple un centenario de haber comenzado a rearmarse en México: "Es una maravilla que se logren rescatar y conservar edificios como éste, que son hitos muy importantes en nuestra ciudad".

Urrutia, fundadora e investigadora del Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer de El Colegio de México, dirigió el MUCh entre 1975 y 1976. Luego le seguirían Rodolfo Rivera González, Angeles Mastretta, Arnold Belkin, Elva Macías, Lourdes Monges y Alma Rosa Jiménez.

-ƑCómo caracteriza su gestión al frente del museo?

-Fue una experiencia muy interesante, porque la idea era echar a andar un proyecto a partir de la obra de rescate y restauración de un edificio que había sufrido un gran deterioro. La UNAM decidió rescatarlo para crear una casa de cultura, una extensión universitaria en un barrio tan popular y poblado como el de la colonia Santa María la Ribera.

-ƑCuáles fueron sus proyectos ahí?

-En lo inmediato, mientras terminaba la restauración, organicé dos concursos: uno de cuento que se llamó "El cuento en el Museo del Chopo" y del cual se publicó un libro, y otro de teatro feminista.

Otros proyectos fueron la organización de las exposiciones con las que se inauguró el museo y una investigación que ella hizo sobre los orígenes del edificio, pues lo único que se conocía eran "leyendas" en torno a él, como la de si lo había donado el gobierno japonés. De ahí, dice, surgió un libro con fotos recuperadas del Archivo Casasola.

Una acción más fue "recuperar y defender" un espacio para un cine-club, y que a la vez pudiera servir para conferencias, mesas redondas e inclusive alguna obra de teatro, aunque en realidad, comenta, se pusieron obras en otros espacios improvizados del edificio.

"Recuerdo que Germán Castillo montó en un rincón Los señores Macbeth. Fue muy impresionante, porque la escenografía era toda la estructura del bello edificio". También menciona la realización de diversos talleres, como uno de periodismo. "La idea era comenzar a darle vida al espacio para que la gente que vivía en el barrio participara de manera efectiva".

Para Urrutia, el trabajo de casi tres décadas del MUCh ha ocupado un lugar muy importante dentro de la cultura popular de la ciudad de México. "Es indispensable que ese brazo universitario siga extendiéndose en ese barrio popular".

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