Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 8 de febrero de 2003
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Mundo
Tácito llamado a espiar vecinos y conocidos para reportar cualquier actividad sospechosa

Al Qaeda atacará de nuevo a EU, advierte el gobierno de Bush

Anuncio de mayor alerta combinado con llamado a mantener la calma provoca confusión

Autoridades intensifican la vigilancia; un mayor número de guardias custodia sedes militares

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 7 de febrero. El gobierno de George W. Bush anunció hoy a la nación que existe un "alto riesgo de un ataque terrorista" contra los estadunidenses aquí y en el exterior, y ordenó a la policía, las fuerzas de seguridad, así como a las autoridades estatales y locales, intensificar la vigilancia; además, colocó más guardias en 425 instalaciones militares en todo el país.

"Recientes informes indican una probabilidad incrementada de que Al Qaeda intentaría atacar a estadunidenses en Estados Unidos", declaró a la prensa el procurador general, John Ashcroft, alimentando el cada vez mayor clima de inseguridad en el país ante los aprestos para la guerra.

El gobierno, agregó Ashcroft, cuenta con "inteligencia específica" de fuentes múltiples de que Al Qaeda está contemplando atentados contra edificios de departamentos, hoteles y otras instalaciones poco resguardadas del país.

Esta es la segunda ocasión desde el 11 de septiembre de 2001 que el gobierno federal ha elevado el nivel de amenaza de amarillo a anaranjado en su código de colores. Esta tarde, autoridades federales iniciaron consultas con representantes de gobiernos estatales y locales, expertos en salud pública y empresas privadas sobre los pasos a adoptar para incrementar la protección ante un posible atentado.

Crece el temor

Por lo pronto, el gobierno federal incrementó la seguridad en edificios públicos, instaló nuevos puestos de inspección en aeropuertos y colocó más agentes en áreas consideradas de alto riesgo.

El anuncio se hizo en momentos en que los niveles de temor en el país se han incrementado sustancialmente. Durante semanas recientes, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia han reiterado que las amenazas contra Estados Unidos se han elevado dado el contexto internacional.

El propio Bush advirtió ayer que Saddam Hussein tiene la capacidad de lanzar naves a control remoto desde embarcaciones cercanas en las costas de Estados Unidos para atacar lugares a "cientos de millas" dentro del país, mientras que la FBI advirtió que Hussein ya tiene a sus "agentes" en esta nación, los cuales podrían realizar ataques.

Ashcroft expresó que la información de inteligencia indica que los ataques podrían ser programados para coincidir con la conclusión del Hajj, festejo religioso musulmán, el 15 de febrero. Pero analistas locales se preguntan las razones para el anuncio de esta nueva alerta, si en verdad es por la existencia de amenazas específicas de Al Qaeda, en respuesta a los preparativos de guerra contra Irak, o si sólo son parte de la estrategia para ayudar al gobierno de Bush a generar mayor apoyo para su enfrentamiento contra Hussein.

Y en parte, estas dudas provocan las mismas preguntas de siempre. Una vez anunciada la alerta, no hay mucho que la ciudadanía pueda hacer, más allá de preocuparse. Ni Ashcroft ni el titular del Departamento de Seguridad de la Patria, Tom Ridge, dieron detalles específicos de lo que deberían hacer los estadunidenses o sus autoridades locales, y sólo ofrecieron generalidades sobre mayor presencia de fuerzas de seguridad pública en represas, edificios y puentes. La penúltima vez que se elevó el nivel de alerta de amarillo a anaranjado, la mitad de las ciudades reportaron que nada hicieron absolutamente diferente bajo las nuevas condiciones.

Hoy, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, hizo una declaración casi contradictoria: mayor alerta, nada cambia. "Continúen con sus vidas normales y nosotros haremos todo lo que podamos para protegerlos", dijo en su mensaje a la ciudadanía al anunciarse la nueva alerta. "No es mucho más peligroso hoy de lo que era ayer".

Las autoridades en Nueva York informaron que no había una amenaza específica a la ciudad y que la gente "no debía preocuparse". Ofrecieron un número de teléfono para reportar cualquier actividad sospechosa. Al mismo tiempo, incrementaron las inspecciones de vehículos en puentes, mientras que el gobernador del estado informó que una unidad de la Guardia Nacional especializada en detección de agentes químicos, biológicos y radiactivos había sido desplegada en la Gran Manzana.

Charles Rangel, representante federal de Nueva York, se quejó de que estas alertas logran poco, ya que nadie sabe qué hacer. "Nadie tiene la menor idea de lo que significan los colores" en el código nacional de nivel de amenaza, afirmó.

Para los ciudadanos como individuos, las instrucciones de hoy del director de la FBI, Robert Mueller, fueron estar más atentos a "actividades sospechosas".

Tanto Mueller como Ashcroft invitaron, de hecho, a los ciudadanos a espiar a sus vecinos y conocidos y reportar cualquier actividad sospechosa a la policía o a la FBI. Ashcroft señaló que la participación activa de los ciudadanos podría evitar algunos atentados terroristas.

Pero Ashcroft no dejó duda de que habría nuevos atentados. "Al Qaeda atacará a Estados Unidos", afirmó. En tanto, Ridge recomendó a las familias discutir planes de contingencia que incluyan decidir puntos de reunión en caso de un atentado.

Al mismo tiempo, Ridge insistió en que no había necesidad de cambiar planes para viajar dentro del país ni de cancelar la asistencia a actos públicos.

Llaman a reservar víveres

A la vez, el Departamento de Seguridad de la Patria recomendó que los hogares se preparen y comiencen a reservar alimentos y agua en caso de un ataque, y asegurarse de que cuentan con lámparas y radios operados por pilas para el caso de que fallen todos los otros medios de comunicación.

Mientras el gobierno advierte a Irak que está a punto de ser atacado, todo indica que Estados Unidos ya se encuentra bajo ataque. Pero en este lugar donde ahora hay una "alta probabilidad" de que se convierta en un campo de batalla, no hay por qué preocuparse. La vida, insisten, sigue "normal".

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