Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 20 de febrero de 2003
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Espectáculos
A los 12 años comenzó su carrera en el cine al trabajar en filmes experimentales

Recibe Ismael Rodríguez la medalla Salvador Toscano en la Cineteca

Lamenta el estado actual de la cinematrografía nacional, "sólo un milagro haría que se convirtiera otra vez en industria" Afirma que el Alzheimer comienza a corretearlo

JUAN JOSE OLIVARES

"Ismael Rodríguez, gracias", fue la voz generalizada, omnipresente, en el homenaje al cineasta mexicano, reconocido ayer en la Cineteca Nacional con la medalla Salvador Toscano al mérito cinematográfico 2002 otorgada por la Fundación Carmen Toscano, la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas y la Cineteca Nacional.

"Debo decir que en el cine sé hacer de todo; sólo ignoro cómo fabricar el celuloide; un día de éstos iré a donde lo hacen para enseñarme. Digamos que en este oficio soy maestro de todo y oficial de nada", es un comentario escrito del cineasta, así, en toda la extensión de la palabra; de un hombre de cine, pues, que ayer agradeció a sus 85 años, el recibir un homenaje en vida; "así, siempre son mejores", dijo.

ismael ro"La obra de Rodríguez es un referente inequívoco, no sólo del cine, sino de nuestro identidad nacional", afirmó la directora de la Cineteca, Magdalena Acosta.

Ismael, uno de diez hermanos dedicados casi todos al cine, comenzó a actuar en filmes experimentales como extra ("¿quieres salir en el cine?, me preguntaron como a los 12 años. 'Nomás tienes que comprometerte a estar horas en el trabajo y llevarte tu lunch', me dijeron"). Estudió fotografía con Jorge Stahl padre. Luego se convirtió en primer asistente de sonido mientras era extra. En 1935 estudió sonido y proyección en California; obtuvo un premio como mejor sonidista a los 19 años de edad. En 1939 fundó, con sus hermanos, Películas Rodríguez -produjo muchos largometrajes, de los cuales dirigió 34- y al siguiente año, además de fungir como editor y asistente, escribió el guión de Ay Jalisco no te rajes, primero de los 42 que elaboró.

Para 1942 escribe, dirige y produce Qué lindo es Michoacán, que a los 22 años, lo convirtió en el cineasta más joven del mundo.

Para la presidenta del Conaculta, Sari Bermúdez, "casi ninguna actividad del séptimo arte le ha sido ajena, desde la más modesta hasta la de mayor responsabilidad. Ha creado y recreado a numerosos personajes que distintas generaciones hemos disfrutado. Su gran pasión, y en la que ha volcado su talento y experiencia, ha sido la dirección de cine ("Soy un producto de los directores con los que trabajé -escribió Rodríguez-: A Ramón Peón le aprendí su sistema para organizar break-downs y planos de rodaje. De Chano Ureta aprendí sus locuras, a veces geniales. De Juanito Orol... bueno, él fue un gran tipo. Siempre he hecho un cine ingenuo, pero muy sincero..."). El cineasta logró crear un mundo de sueños e ilusiones aunque con un fuerte parecido a la realidad".

La presidenta del Conaculta aprovechó para dictar su comentario oficial: "El reconocimiento a una gloria del cine es buen escenario para reafirmar la convicción del gobierno federal, del presidente Fox y de Conaculta de que hemos hecho lo correcto apoyando a la producción del cine mexicano, seguiremos apoyándolo pese a cualquier otra opinión".

Entre sus más importantes realizaciones se cuentan La cucaracha (cinta que compitió en Cannes junto con Nazarín, de Luis Buñuel, y que protagonizaron María Félix, Dolores del Río y Emilio Fernández), El hombre de papel, Tizoc (ganadora de un Oso de Oro en el festival de Berlín a Pedro Infante como mejor actor), Pepe El Toro, Así era Pancho Villa, Nosotros, los pobres, Ustedes los ricos, Los tres García, Los tres huastecos, La oveja negra, No desearás la mujer de tu hijo, Dos tipos de cuidado, Sobre las olas, Pepe el Toro, entre otras.

Formó junto con Pedro Infante uno de los binomios más representativos del cine nacional. "La gratitud es una de las cualidades que debemos tener todos. Descubrí con Ismael el camino para comunicarnos con el público; soy muy malo como actor, ni yo me aguanto, y él me dio la carrera, él me enseñó y creo que como lo hizo conmigo, ha enseñado a varios compañeros míos", dijo alguna vez Pedro Infante.

"Ismael no debería ser un pilar del cine, sino un monumento", comentó la actriz Diana Bracho, presidenta de la Academia mexicana.

En su intervención ante el micrófono, Ismael dijo: "Podría haber traído mis papelitos para leerlos, algo que había pensado durante varios días, pero al día siguiente se me olvidó y es que creo que Alzheimer, sospecho, me anda dando unas correteadas, y yo me le escondo. Pero estuve pensando que los amigos se conocen en la cárcel y en el hospital, ahora veo que también en los homenajes como éste, así que gracias por ser mis amigos".

Los personajes son lo más importante de una película

Este galardón es, dijo el realizador, "un acto de justicia, trabajé tanto en cine y con tanto cariño y con todos los actores y técnicos que, al final, no cuesta trabajo hacer buen cine; tuve la suerte de que toda la gente me quisiera".

Sin duda sus personajes tenían algo peculiar. "En primer lugar reflejaron humanidad. Las cintas que el tiempo, que es cruel, no abandona, son las películas que se mueven alrededor de personajes que al pueblo le llegaban al corazón. Esos famosos personajes son como los que se refería Frank Capra, quien decía que lo más importante en una cinta no era el argumento, sino los personajes, y éstos hacían al argumento."

Se le pidió al maestro Rodríguez que relatara alguna anécdota, pero ese fantasma del Alzheimer lo rondó: "estoy perdiendo la memoria, siento que todos los días se me olvidan una o dos palabras de uso común, pero sí me gustaría platicar la última que recuerdo; fue con mi compadre y amigo, Mario Moreno Cantinflas, a quien conocía desde sonidista, y fue que me dijo que hiciéramos una cinta; le dije que cuándo empezábamos. De hecho la tengo escrita y su nombre es El triple A, o sea: Alcohólicos Anónimos Arrepentidos, ese era el título".

Se le cuestionó sobre la situación actual del cine mexicano. "Ahora el cine mexicano es tan chiquito, tan chiquito, que sería un milagro que resurgiera como industria. Es lamentable, da tristeza que casi no exista, mientras no ocurra un milagro. La gente que valía ya murió, los escritores...", Aunque a lo lejos se escuchó una voz: "Aquí hay una que no ha muerto, Ismael, soy Evita Muñoz Chachita". 

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