Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 27 de febrero de 2003
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Economía

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Extraña celeridad de la PGR para actuar contra Fernández

Misma eficiencia se esperaría ante Zedillo

MAS RAPIDA QUE UNA SAETA actuó la Procuraduría General de la República en contra de Eduardo Fernández, mismo que recientemente encendió la corta mecha -muy corta- de la bomba de tiempo llamada Amigos de Fox y su presunta implicación en operaciones de lavado de dinero. Bien por la extraña celeridad con la que actuó la institución a cargo de Rafael Macedo, aunque no sea la norma.

TODO INDICA QUE PARA hacer creíble lo que se quiere vender como una irrefutable verdad (que la ley no tiene amigos -de Fox o de otros-), la PGR tendrá que actuar con la misma celeridad en el caso de Ernesto Zedillo, toda vez que, de acuerdo con lo denunciado por el otrora titular de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el ex mandatario tuvo conocimiento, en tiempo y forma, de los ilícitos que presuntamente cometió la organización financiero-electoral Amigos de Fox, con Lino Korrodi y Carlos Rojas a la cabeza.

SI ZEDILLO FUE ENTERADO, como sostiene Fernández, de las operaciones de lavado de dinero de los Amigos de Fox, el ex presidente tendría que abandonar la tranquilidad académica de la Universidad de Yale, los mullidos sillones de las salas de junta de las empresas trasnacionales en las que presta sus distinguidos servicios y/o las cómodas reuniones en la Organización de Naciones Unidas -en las que aporta su indiscutible conocimiento sobre el combate a la pobreza- en Nueva York, y viajar a México para apersonarse -con o sin "invitación"- en las poco gratas oficinas de la Unidad Especializada contra el Lavado de Dinero y declarar, como lo hizo ayer -durante muchas horas- quien fuera titular de la CNBV.

ESA MISMA PRISA por "arreglar las cosas" debería mostrar la PGR en casos como los de Lino Korrodi, Carlos Rojas, Carlota Robinson y demás cabezas visibles de los Amigos de Fox. A Eduardo Fernández le resultaron suficientes 24 horas para que terminara frente a las caras agradables de los interrogadores de la citada unidad especializada y para que el subprocurador de Procesos Penales A de la Procuraduría General de la República, Gilberto Higuera, lo calificara como presunto responsable de los delitos de lavado de dinero, violación al secreto bancario y ejercicio indebido de función pública.

EL PROPIO HIGUERA asegura que "la justicia -se supone que en México- no se politiza; todas las personas que sean mencionadas, de una u otra forma, podrán ser citadas a declarar para la adecuada integración de las averiguaciones previas''. Sin embargo, a Korrodi, Rojas, Robinson y conexos el par de años transcurridos desde las primeras denuncias, apenas les han significado un parpadeo en sus apretadas agendas.

DICHO SEA DE PASO, sería muy saludable, también, que la "procuración" de justicia en el país caminara a la velocidad implícita en una orden presidencial, porque menos de 24 horas resultaron más que suficientes entre la "despreocupación" mostrada por un nervioso Vicente Fox durante su gira -amenaza incluida- por Baja California y la "invitación" para que Fernández declarara en la susodicha unidad especializada.

SOLICITAR A LA PGR que actuara con esa misma celeridad en contra de otro tipo de delincuentes (de cuello blanco, ex banqueros trácalas, defraudadores y evasores de impuestos, funcionarios públicos cleptócratas y, en fin, de la generosa fauna que del atraco a la nación ha hecho su deporte favorito) sería demasiado pedir, por lo que los ilícitos cometidos en nombre del sacrosanto rescate bancario bien pueden esperar otro sexenio, que de cualquier suerte existen 100 millones de mexicanos interesados en saldar la factura y recoger los platos rotos por todos aquellos que hoy se acusan -indistintamente- de ser los responsables de quebrar el estado de derecho.

POR ELLO, PARA OTROS tiempos, otro gobierno y otro procurador de la República podrían quedar la investigación y la actuación en contra de los personajes públicos y privados que ayer se relacionaron en este mismo espacio, por su participación en el atraco en contra de los intereses de la nación.

EN ESTE SAINETE NO podía quedar fuera el inefable amigo de los amigos y publirrelacionista Diego Fernández de Cevallos, quien en su tiempo libre se dedica a la agricultura y a trabajar de senador de la República, según versiones bien fundamentadas. De acuerdo con un despacho de Notimex, el abogado que puede presumir que quebró a una secretaría de Estado, se declaró -no podía ser de otra manera- amigo de Eduardo Fernández, recordando, tal vez, aquellos productivos y generosos años del rescate bancario, en el que ambos personajes tuvieron mucho que ver, cada quien de un lado de la mesa.

DIJO DIEGO QUE SU "amigo está nervioso y eso no ayuda porque es un hombre que por el desempeño que tuvo en la CNBV dispone de muchísima información en relación con los más importantes asuntos financieros y económicos del país, por lo que no es correcto que cuando hay una investigación, él aparezca con declaraciones como las que formuló (...) por el aprecio y respeto que le tengo quiero que rectifique no sólo por su bien sino por la justicia. Es una locura lo que está pasando".

EL JEFE NO PENSABA EN locuras cuando de atender los negocios de sus amigos los banqueros se trataba, ni cuando hizo lo propio en tiempos del saqueo de las casas de bolsa, ni mucho menos cuando se pronunció en favor de la "legalización" de la deuda del Fobaproa y apadrinó, junto con otros distinguidos panistas y priístas, el nacimiento del IPAB. Así es: para Diego, en aquellos tiempos de justificar y "fundamentar" el atraco a la nación no hubo locuras, sino "razones de Estado".

LO MEJOR DEL CASO ES que todo esto apenas comienza.

Las rebanadas del pastel:

EL INEGI CONFIRMO LA validez del discurso oficial, en el sentido de que los índices nacionales de empleo se recuperan con una velocidad asombrosa, similar a la actuación de la PGR en contra de Eduardo Fernández: el personal ocupado en la industria manufacturera de la transformación disminuyó 3.8 por ciento en diciembre pasado respecto a igual mes de 2001; el número de obreros se redujo 4.1 por ciento y el de empleados 3 por ciento. El empleo cayó en todas las actividades económicas que integran este sector, destacando los descensos en las divisiones de productos metálicos, maquinaria y equipo, con 7.4 por ciento, así como la de textiles, prendas de vestir e industria del cuero, con 4.9 por ciento.

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