Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 27 de febrero de 2003
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Cultura

Cabaret virreinal o šNo ha cambiado nada! se escenifica los jueves en El Hábito

Cinco monjas pecadoras serán llevadas a juicio por sus ''meneos deshonestos''

El montaje recrea el pensamiento retrógrado del siglo XVII y sus actuales similitudes

CARLOS PAUL

Cinco monjas de la congregación Las Guardianas del Santo Prepucio serán llevadas a juicio por su comportamiento ''indecente", por representar dentro de su convento cantos y bailes populares, con ''meneos deshonestos", acusa un indignado fraile en el espectáculo musical Cabaret virreinal o šNo ha cambiado nada!, cuyo propósito es exponer ''de manera satírica e irreverente -con ritmos y algunas letras de la época-, el pensamiento retrógrado y conservador de las autoridades religiosas del siglo XVII en el país y su inaudita supervivencia hasta nuestros días, envuelto de santurronería hipócrita".

Con sólo una manta blanca como telón de fondo, sus hábitos puestos y veladoras en mano, entran las cinco ''monjas pecadoras" (las sopranos Julia Medina y Solveig Acuña, las mezzosopranos Grissel Ruiz y Edna Martínez, y la clavecinista Lorena Peugnet), cantando en náhuatl una alabanza melancólica (Santa María), tal recato pretende ocultar su lascivia, piensa el fraile-fiscal (el tenor Carlos Hinojosa), conocedor de sus pecados por lo que, para demostrar su ''indecencia", invita a ''estas hipócritas" a que canten una de esas tonadas llamadas Gallegos.

De frente al jurado-público, las religiosas obedecen. Música criolla surge del clavecín, armonías que evocan el sonido de una gaita contrastan con la irreverencia de la letra, que bien podría convertirse en una historia de gallegos del siglo XXI: ''Dios puede ser obispo de Orense" (capital de Galicia), cantan las monjitas. ''Dios es gallego, porque nace entre bueyes".

La irreverencia se convierte en herejía cuando las monjas comienzan sutilmente a menearse al ritmo y habla de los negros, entonando Dame albricias, mano Antón, atreviéndose con su ''canto profano" a proponer que el niño Jesús es negro y que nació en Guinea.

Abominación y obscenidad

La indignación del religioso se acrecienta en ''lo oscurito'', la herejía se convierte en abominación y obscenidad, pues las monjas se desprenden de sus hábitos (lástima, el jurado no ve nada, pues lo hacen detrás de la manta blanca) para aparecer con uncabare vestido blanco y al son de la guaracha Convidando esta noche y so pretexto de cantarle al niño Jesús, ''šcantan a sus amantes!" Sus movimientos de hombros y caderas que pretenden ser cachondos, devienen breve zapateado. ''Monjas del demonio", denuncia el fraile, para luego explicar que a estas ''mujeres deshonestas" se les ha sorprendido cantando y bailando en el convento la Chacona y la Zarabanda de la que, se dice, ''es un baile que se representa no sólo en secreto, sino en público, con extrema deshonestidad, con meneos y palabras a propósito que pasan y se hacen en los burdeles, representando abrazos y besos con todo el cuerpo. (J. de Mariana, 1609)". Un salto en el tiempo. ƑHabrá cambiado algo? El fraile cita indignado: ''Queda estrictamente prohibido en los establecimientos con licencia para vender o consumir bebidas alcohólicas, presentar espectáculos en los que personas desnudas o semidesnudas realicen movimientos cadenciosos del cuerpo con fines erótico-sexuales. La violación a este artículo provocará la clausura definitiva del establecimiento por el H. Ayuntamiento. Monterrrey, Nuevo León, 1999".

El juicio-concierto continúa con una zarabanda más, para luego el fraile volver a sermonear: ''Mucha gente, llana y sencilla, que no sabía que cosa era pecado, como son niños y niñas, mozuelos y doncellas de tierna edad, con estas malditas comedias han venido a aprender tanta maldad, que ya no se les esconde cosa de lo que antes estaban ignorantes y no sabían. (J. Ferrer, 1613)''.

De vuelta al futuro el religioso cita: ''En los años que tuve oportunidad de tratar íntimamente con campesinos, conocí a muchos que eran verdaderos sabios, gracias a la tradición oral y a la predicación de buenos sacerdotes. Aclaro que me refiero a vejezuelas y analfabetas antes de que penetrará la televisión, la radio y la moda indecente hasta en la más humilde de las chozas. Todo está perdido ahora. (Salvador Abascal)". šMás vale! -agrega el fraile- ignorantes en el cielo, que sabios en el infierno".

Las monjas intentan, tímidamente, interrumpir, pero el religioso las manda callar, pues el fraile-fiscal es presa ahora del pecado: moviendo la cadera hacia delante y hacia atrás se suelta cantando: ''Había un sacerdote sordo que le daba, que le daba, a una doncella".

Las monjas sonríen pudorosas, gritan que ya no lo quieren ser más, se manifiestan con unas pancartas con la fotografía de dos monjas y la leyenda: ''Sor Filotea es transexual", ''Sor Juana es tortilla" y al ritmo de una cumbia cantan Esa noche yo bailé.

Cabaret virreinal se presenta los jueves a las 21:30 horas en el teatro bar El Hábito (Madrid 13, Coyoacán).

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