Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 28 de febrero de 2003
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Espectáculos
Leonardo García Tsao

Perdiendo las canicas

Otro estreno nacional y otra muestra de despiste por parte de las contadas productoras cinematográficas del país. Después del decepcionante resultado de Atlético San Pancho, la compañía Altavista ha vuelto a intentar con Zurdo un producto similar, aunque una simple regla de tres hubiera servido para guardar ciertas reservas: si una película sobre futbol no rindió las ganancias esperadas en taquilla, ¿qué podía esperarse de otra sobre canicas, juego que dejó de tener arraigo en la infancia mexicana posiblemente desde 1963?

Primer largometraje de Carlos Salces, quien a raíz de su corto En el espejo del cielo fuera premiado y elogiado, Zurdo ilustra el preocupante síndrome de la película dirigida a nadie en particular. Por un lado resulta demasiado pretenciosa para un público infantil; por otro, demasiado pueril para el espectador adulto.

Nuevamente, la habilidad técnica de un cineasta no es suficiente para sobrellevar un guión deficiente, cuya ambición no encuentra sostén en sus endebles planteamientos. Situado en el pueblo ficticio de Buenaventura -una especie de Pachuca posnuclear-, Zurdo abunda en clichés del melodrama mexicano y de cierto cine hollywoodense para contar la historia del héroe epónimo, un niño (Alexis Perea) superdotado para jugar canicas. El reto viene por parte de un forastero (Eugenio Derbez, como escapado de un chili-western), quien afirma representar a alguien capaz de vencerlo, un experto apodado El Mago. Entre subtramas inútiles, la divagante narrativa conduce al gran duelo, basado en una sola suerte conocida como golpe y cuarta. ¿Adivinen quién resulta ganador?

Obviamente capaz de generar imágenes atractivas, Salces se ha dejado llevar por un formalismo artificioso. Apoyado por una producción vistosa, diseños visuales computarizados y una recargada banda sonora, el cineasta se pierde en el efecto por el efecto mismo, sin reparar en la coherencia de la historia. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, la escena en que el protagonista fantasea que la pandilla cyberpunky de los Chupacabras sea aplastada por una canica gigante, si luego resulta no ser su antagonista, sino su aliada? Así puede uno seguir cuestionando caprichos formales... empezando por el situar todo en un ambiente Mad-Mex, que a fin de cuentas no ejerce peso dramático alguno.

El duelo de canicas podría haber servido de metáfora social, sobre todo cuando se apunta el tema de un niño abrumado por la responsabilidad que le asigna un pueblo entero. Sin embargo, la muy convencional y complaciente resolución final desarma cualquier intento de lectura metafórica. Un cineasta de ligas mayores es aquél que consigue involucrarnos aun en los asuntos aparentemente más triviales, y conferirles una dimensión universal. Digamos que Salces no se sitúa aún en esa división.

¿Y cómo explicar esa caracterización tan retrógrada de los personajes femeninos? En Zurdo, las mujeres sólo sirven para encarnar lugares comunes del machismo: la abnegada madre soltera que lava ajeno; la hija buena de los ricos malos -otro cliché desvergonzado- convertida en ñoño objeto del deseo; la maestra castrante; la esposa cuya única misión en la vida es embarazarse. A la hora de las acciones, las mujeres permanecen en segundo plano en lo que es, a todas luces, un asunto exclusivo de hombrecitos. En una final reafirmación de ese patriarcado, Zurdo escoge irse con quien ha revelado ser su padre.

Perjudicada además por una publicidad poco eficaz (alguien podría pensar, viendo los anuncios, que Zurdo es una revista o un disco), la película no ha gozado del favor del público en su semana de estreno. Esa es mala noticia no sólo para los involucrados, sino para una industria cada vez más orillada a dejar de serlo. Con tan escasa producción, el cine mexicano no puede darse el lujo de sufrir fracasos millonarios.

Zurdo



D: Carlos Salces/ G: Carlos Salces, Blanca Montoya, basado en un argumento de Hubert Barreiro/ F. en C: Chuy Chávez/ M: Paul Van Dyk, Eduardo Gamboa/ Ed: Carlos Salces/ I: Alexis Perea, Arcelia Ramírez, Alejandro Camacho, Giovanni Florido, Eugenio Derbez/ P: Altavista Films, Fantasmas Films. México, 2002.
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