Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 8 de marzo de 2003
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Mundo

VIENTOS DE GUERRA

Primeros desacuerdos de Washington con Londres

Bush, por obviar Convención de Armas Químicas contra Hussein

GEOFFREY LEAN Y SEVERIN CARRELL THE INDEPENDENT

Londres, 7 de marzo. Estados Unidos se prepara para usar agentes tóxicos de control de disturbios, el gas CS, y lanzar gases pimienta en Irak contraviniendo la Convención de Armas Químicas, lo que provocará el primer desacuerdo dentro de la alianza anglo-estadunidense. También podría emplear gases "de efecto calmante" similares a los que mataron a 120 rehenes en un teatro de Moscú durante un sitio ocurrido el año pasado.

La convención prohíbe el uso de estos gases tóxicos en batalla, porque se cree que existe el riesgo de causar una escalada hacia una guerra química en forma. Esto aplica aunque los agentes en cuestión puedan ser utilizados en disturbios civiles en distintos países: tanto el CS y el gas pimienta son usados por las fuerzas policiales británicas, pero el cuerpo de marines confirmó hace unos días que ambos agentes ya han sido enviados a la región del golfo Pérsico.

Es política de Londres no permitir que sus tropas tomen parte en operaciones donde se emplean agentes para el control de motines. Pero el secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, ha pedido a George W. Bush que autorice su uso. Se entiende que el presidente estadunidense, quien ha hablado repetidamente de "sacar con humo al enemigo", ha dado su aprobación.

Documentos internos del Pentágono también demuestran que ha estado desarrollando una serie de gases calmantes, también prohibidos en el campo de batalla. Fuentes de defensa de alto nivel predicen que estas sustancias podrían ser utilizadas en Irak por fuerzas especiales de elite, para tomar el control de bunkers construidos bajo tierra.

El almirante Stephen Baker, comandante de la marina en la pasada Guerra del Golfo y quien ahora es asesor de alto nivel del Centro de Información para la Defensa en Washington, aseguró a The Independent que las fuerzas especiales estadunidenses cuentan con gases noqueadores que pueden "neutralizar" a la gente. "Supongo que si tienen oportunidad de emplearlos, lo harán".

Rumsfeld fue el primer funcionario de alto nivel en ambos lados del inminente conflicto que anunció su deseo de usar agentes químicos, en un comentario ante la Cámara de Representantes al que se le prestó poca atención, el 5 de febrero, el mismo día que Colin Powell presentó ante Naciones Unidas las pruebas de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva de Irak.

El secretario de Defensa criticó la "camisa de fuerza" impuesta por las prohibiciones al uso de ese tipo de armas en la guerra y que figuran en tratados internacionales. Especificó que estos agentes pueden ser usados "cuando las tropas enemigas se esconden en cuevas, y sabemos que muchas veces hay mujeres y niños con ellas". El general Ri-chard Myers, quien preside el estado mayor estadunidense, habló de usar dichas armas contra los escudos humanos.

Estas revelaciones dejan a la administración Bush sin defensa alguna ante las acusaciones de aplicar doble rasero en momentos en que se presentan los supuestos arsenales iraquíes de armas químicas y biológicas como la razón de ir a la guerra.

Charles Kennedy, líder de los Demócratas Liberales, afirmó: "Todo esto no hace sino aumentar la confusión en torno a cómo se conducirá esta guerra. Si el argumento es quitarle a Saddam Hussein sus armas de destrucción masiva, es perverso que Estados Unidos violente las convenciones internacionales sobre armamento químico con el propósito de vencerlo".

Muchos expertos y funcionarios temen que incluso emplear gas pimienta o CS destruirá la credibilidad de la Convención de Armas Químicas, y que esto provoque una respuesta química de Irak que podría sentar un desastroso precedente legal.

El profesor Julian Perry Robinson, uno de los principales expertos de esta convención, señaló: "Desde un punto de vista legal, Irak tendría absoluta justificación en emplear armas químicas sobre las tropas británicas si la alianza las utiliza en Bagdad. Cuando termine la guerra y estas cosas hayan sido usadas, se les habrá legitimado como una herramienta de guerra, y por tanto el principio de que las armas tóxicas deben prohibirse habrá desaparecido. La diferencia entre estos agentes y el gas nervioso es sólo de estructura química".

El Ministerio de Defensa británico ha advertido a Estados Unidos que no permitirá que sus tropas participen en operaciones en que sean usados agentes para control de disturbios, ni tampoco transportará a los campos de batalla a hombres que lleven consigo dichas sustancias.

Pero Londres está más preocupada por los calmantes. Esto se demuestra en documentos obtenidos por el Sunshine Project, con sede en Texas, que es parte de la organización en favor del derecho a la información US Freedom of Information Act. Di-chos documentos revelan que Estados Unidos ha desarrollado gases calmantes que incluyen sedantes como las benzodiazapinas, el diazepam, dexmeditomida y otras drogas nuevas que afectan el sistema nervioso. Esto pese al hecho de que Estados Unidos firmó la convención en la que se estipula que "queda prohibido el desarrollo de cualquier agente químico que pueda incapacitar temporalmente al ser humano".

Un grupo especial de trabajo de la Federación Estadunidense de Científicos concluyó en enero que inclusive la más benigna de dichas sustancias puede matar a 9 por ciento de las personas contra las que se empleara. Añadió que "las armas químicas de incapacitación tienen tanta probabilidad de causar la muerte como las balas".

En 1975, el presidente Gerald Ford prohibió específicamente el uso de armas químicas por parte de tropas estadunidenses, después de que el gas CS fue usado repetidamente en Vietnam para obligar a los soldados enemigos a salir de sus refugios, para que los estadunidenses les dispararan mientras huían. Gran Bretaña estaría en una posición especialmente sensible si Estados Unidos emplea estas armas, pues esta nación fue una de las que redactaron la convención y aún se le considera su principal guardián.

La Oficina de Asuntos Exteriores británica comunicó que "todos los estados que participan en la Convención de Armas Químicas han acordado no emplear ningún químico tóxico ni sus precursores, incluidos los agentes de control de disturbios. Esto se aplica en cualquier conflicto armado".

 

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

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