Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 9 de marzo de 2003
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Economía

José Antonio Rojas Nieto

El difícil panorama del gas natural

Todos aquellos que no tiene contratada la cobertura de precio del gas natural con Petróleos Mexicanos (Pemex) de cuatro dólares por mmbtu (millón de unidad térmica británica) pagarán en marzo casi nueve dólares por mmbtu, que en unidades de México representan 3 mil 400 pesos por mmc (mil metros cúbicos). Esta cotización resulta de transformar a pesos, con el tipo de cambio del pasado mes, el promedio de las cotizaciones registradas por el gas natural del sur de Texas la última semana de febrero (8.80 dólares por mmbtu).

Hace dos años que no se pagaban precios tan altos por el gas natural. Recordemos que ese altísimo promedio de los días recientes se da en un clima especulativo en el que, al menos, inciden seis factores: 1) alta demanda por el intenso frío de este invierno; 2) mucho menor volumen de gas natural almacenado en relación con el usual para estos primeros meses del año; 3) restricción de la oferta por el importante rezago en la perforación de nuevos yacimientos; 4) debilidad del mercado de gas natural en Estados Unidos por la bancarrota de Enron, que llegó a ser el principal referente; 5) déficit en la capacidad de generación hidroeléctrica, que obliga a demandar un poco más de gas natural para generar electricidad; 6) finalmente, retracción de la oferta mexicana de gas natural que obliga a mayores importaciones de Estados Unidos.

No obstante todos estos factores, esta semana las cotizaciones de referencia del vecino país bajaron un poco. Y, por curioso que parezca, el mercado de gas natural está un poco menos presionado (sólo un poquito), entre otras cosas porque el frío ha bajado. Y con menos frío, menos demanda de gas natural. Los cambios son tan drásticos que para junio se prevé un consumo equivalente a la mitad del ocurrido en enero pasado. Pocos fenómenos como la demanda de gas natural en Estados Unidos tienen estacionalidad tan marcada.

A pesar de todo, no se pronostican precios bajos para este año, entre otras cosas, por la fortaleza de la parte de la demanda de gas natural que se vincula con el nuevo periodo de almacenamiento. Entre abril y octubre tendremos un periodo muy importante de compra de gas natural (cerca de 2.6 millones de millones de pies cúbicos) para recuperar los pobres inventarios de este año. Si en noviembre no se encuentran a niveles adecuados (poco más de 3 millones de millones) la presión sobre el precio para el próximo invierno de nuevo será muy violenta.

En términos de precios internos, las estimaciones señalan niveles de entre 2 mil y 2 mil 500 pesos por mil metros cúbicos para 2003. Esto resulta de cotizaciones externas estimadas entre 5.50 y 6.50 dólares por mmbtu como promedio en 2003. Y un tipo de cambio, también promedio, de 11 pesos por dólar.

Este alto precio del gas natural es un duro golpe para la reactivación económica no sólo de Estados Unidos, sino de México. Sin contar el consumo propio de Pemex, en estos momentos el consumo interno es cercano a 2 mil 600 millones de pies cúbicos.

Con las estimaciones de precios antes señaladas, en 2003 los sectores industrial, eléctrico y residencial tendrán una factura por consumo de gas natural cercana a 6 mil millones de dólares. El año pasado esta misma factura fue de poco más de 3 mil millones de dólares. En los años 2001 y 2002 de poco menos de 3 mil millones. En cambio, en 1998 y 1999 sólo se pagaron cerca de mil 500 millones de dólares en ambos casos. Resalta drásticamente un pago en 2003 de casi cuatro veces a lo de esos dos años.

Claro que no todo este dinero que se paga por el gas natural se queda en México. La reciente retracción de la producción y el importante incremento en el consumo han obligado a importaciones crecientes. En el año 2001 compramos en el exterior cerca de 300 millones de pies cúbicos al día, equivalentes a 15 por ciento de las ventas internas. El año pasado, esas compras externas ya representaron la cuarta parte del consumo de los sectores residencial, industrial y eléctrico, es decir, 593 millones de pies cúbicos al día de un total de 2 mil 425 millones de pies cúbicos diarios. Es muy probable que este año compremos cerca de 700 millones de pies cúbicos diarios de un consumo total muy próximo ya a 3 mil millones de pies cúbicos diarios.

Todos estos números para decir dos cosas básicas: 1) cada día estamos más estrechamente vinculados con el mercado estadunidense de gas natural (precio e importaciones); 2) también cada día que pasa consumimos más gas natural y destinamos más volumen de recursos a su pago. Estos dos simples hechos debieran ser suficientes para impulsar el estudio, el análisis y la investigación en este campo tan delicado para México. Asimismo, debiera obligarnos a analizar con mucho mayor cuidado nuestra política de mediano y largo plazos en materia de gas natural, una política que, por cierto, debiera trascender las simplificaciones y los pragmatismos a los que se ha llegado, como en el asunto de los regresivos contratos de servicios múltiples.

Atrás de esa falta de política de largo aliento y de gran visión -no hay que dejar de señalarlo- está la incapacidad que hemos mostrado para diseñar y establecer una política fiscal también de largo aliento y gran visión, que permita romper el círculo vicioso de la dependencia petrolera de los ingresos fiscales, por una parte. Y por otra, trascender la incapacidad para proporcionar a Pemex la solvencia financiera que le permita convertirse en la gran empresa autónoma de Estado que México necesita. De veras.

 

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