Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 9 de marzo de 2003
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Capital

Angeles González Gamio

El Palacio Postal

El servicio de correos fue de los primeros que comenzaron a funcionar en la Nueva España, ocupando varios locales a lo largo de los siglos; de hecho, la calle llamada hasta la fecha Correo Mayor debe su nombre a que por mucho años estuvieron ahí las oficinas de esta dependencia fundamental para la vida de un país.

Consciente de ello, el gobierno de Porfirio Díaz mandó construir un soberbio palacio que lo albergara, logrando simultáneamente una mejoría en el servicio y mostrando al mundo la prosperidad de México. El sitio seleccionado fue el que había ocupado el Hospital de Terceros, perteneciente a la orden de San Francisco.

El diseño se le encargó al arquitecto italiano Adamo Boari, autor también del Palacio de Bellas Artes. La construcción la realizó el excelente ingeniero mexicano Gonzalo Garita.

La Dirección de Correos formuló el proyecto con todas sus necesidades, lo que llevó a Boari a diseñar un edificio de cuatro pisos, en cuya fachada expresó extravagante creatividad, ya que le imprimió formas moriscas, como las que podemos ver en los arcos polilobulados y en los alfices (las repisas de las ventanas), formas góticas en las cresterías (son los adornos calados hasta arriba de la fachada) y renacentistas, en los arcos de medio punto, loggias y diversos adornos. Hay quienes lo comparan con un palacio veneciano.

La puerta principal, en chaflán, tiene vista a dos calles y resalta por la presencia de una marquesina de hierro sostenida por cadenas. A eje con la puerta se sobreponen grandes ventanas ricamente adornadas por pomas isabelinas, elementos vegetales, roleos y cartelas. En el último piso se instaló un reloj, sobre el que remata la crestería que corre a lo largo de todo el edificio

Es interesante notar que las fachadas son distintas entre sí; las unifican los elementos decorativos dispuestos alrededor de puertas y ventanas. Destaca el último piso con su loggia o galería abierta por arcos de medio punto, cuyas columnas y arquivueltas están adornadas con pomas, culminando con la magnifíca crestería.

Hay que destacar que para que un edificio de tan enorme peso no se hundiera en el suelo fangoso de la ciudad de México, que como sabemos era un lago, se diseñó una estructura con base en columnas y viguetas de acero que distribuyen el peso del edificio, le dan estabilidad y resistencia al fuego, un sistema de gran avanzada para la época y que ha probado ser muy efectivo.

Desde sus inicios el edificio contó con las instalaciones más modernas en lo que se refiere a teléfonos, alumbrado eléctrico y elevadores, cuestión notable, ya que estamos hablando de los primeros años del siglo XX.

En el interior tiene un amplio vestíbulo, de donde parte la majestuosa escalera que divide las áreas de oficinas de las de servicio al público. Deslumbra el lujo y la belleza de formas y materiales: mármoles, escayolas, granitos y una impresionante herrería, que realizó la fondería de Pignone en la ciudad italiana de Florencia.

Este magno recinto invita a gozarlo, ya que además de que puede venir a mandar aquí su correspondencia, también puede visitar un lindo museo de sitio y utilizar el Centro Nacional de México, que ofrece gratuitamente a todo público el uso de las tecnologías más avanzadas para promover las comunicaciones; además, continuamente hay exposiciones y actividades culturales.

Tiene la ventaja adicional de encontrarse a la vuelta del restaurante L'Heritage, ubicado en la avenida 5 de Mayo 10, que ya se está convirtiendo en los de tradición de la zona al cumplir un cuarto de siglo de vida, sobrellevando las crisis y vicisitudes del Centro Histórico, que incluyen los arreglos de las calles, que dejan a los negocios prácticamente inaccesibles por un tiempo. Pero todo lo bueno tiene su premio; ahora, con pavimento y banquetas nuevas, es fácil y agradable acceder para degustar sus platillos de la cocina mexicana y uno que otro francés. ƑQué le parece botanear con unas sesadillas y una cerveza bien fría que mitigue la sed? Para iniciar la comida, cae muy bien una crema de aguacate fría, que puede ser seguida por unas albóndigas al chipotle y concluir con unas rebanadas de mango como postre, o si se quiere sentir muy galo, unas cerezas jubilee.

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