Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 9 de marzo de 2003
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Capital

CON VISTA AL ZOCALO

José Agustín Ortiz Pinchetti

La capital, bajo calumnia

ES CIERTO: LA ciudad de México entró en decadencia hacia 1980. Bajas tasas de crecimiento, problemas muy graves de desempleo, grandes inversiones inmobiliarias que se marcharon. Años antes, el traslado de la Universidad Nacional al Pedregal había disparado un proceso desarticulador en el Centro Histórico. Después, los terremotos de 1985 marcaron un doloroso parteaguas. La corrupción, fraudes y magnicidios, dañaron el ánimo de los capitalinos. La rampante inseguridad desatada en los años 90 emponzoñó la atmósfera. Abatidos, sucumbimos a la mala fama y casi pedimos disculpas por vivir o por haber nacido aquí. Nuestra orgullosa capital se volvió vulnerable, y con ella sus habitantes.

CON UN ANIMO depresivo, se desató un proceso de fuerte autodenigración y todos nos ensañamos con la capital. Ciertos comunicadores de televisión y radio han tenido un comportamiento alarmista e irresponsable. En la mente de muchos, naufragamos en tráfico y contaminación. El núcleo de la mala fama radica en la inseguridad y en la percepción que de ella se tiene. Ha sido la principal preocupación de los ciudadanos de la capital y también de sus autoridades. Hay institutos y frecuentes encuestas que la miden. Hay consultores internacionales. Hoy la tendencia delictiva está a la baja y lentamente mejora la percepción de la gente sobre nuestras condiciones de seguridad. Pero no se ha reconocido la gallardía y la "buena onda" de los capitalinos frente a los malos tiempos.

EL DESPRESTIGIO ALIMENTADO por los otros y por nosotros, sale muy caro. La ocupación hotelera, que alcanza su punto más alto hacia la mitad de la semana: 73 por ciento, baja a menos de 50 por ciento durante el fin de semana; los sábados y domingos nuestros hoteles están con la mitad de sus cuartos vacíos. Los del Centro Histórico son los más deshabitados. Contamos con 653 establecimientos de hospedaje y 2 mil 600 restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Los visitantes no llegan, y sin embargo la ciudad es en este momento un paraíso fiscal que atrae a 70 por ciento de la inversión extranjera que viene a México.

AQUI TENEMOS ALREDEDOR de 600 salas cinematográficas que exhiben más de 30 mil películas al año. Hay más de mil bibliotecas, contamos con más de 100 museos, algunos de ellos, como el de Antropología, el Franz Mayer o el Museo del Templo Mayor, únicos en el mundo. La actividad teatral ocupa alrededor de 80 foros. El Auditorio Nacional recibió hace poco una distinción: el premio Pollstar 2002 al mejor recinto internacional de espectáculos; la Nezahualcóyotl es la mejor sala de conciertos de América Latina; el Palacio de Bellas Artes sostiene una gama de presentaciones sin competencia en el contexto de nuestros países. Estamos muy cerca de ser la capital cultural del hemisferio. Ha llegado el momento de darle a la ciudad una nueva oportunidad. Y de darnos permiso para estar orgullosos de ella, sin alardes ni fanfarronería.

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