Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 23 de marzo de 2003
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Economía

Empeoró la distribución de la riqueza, señalan en la reunión de Milán

La globalización ha sido un fracaso, plantean investigadores ante el BID

El modelo impulsado por los organismos internacionales incrementó el comercio, pero desde su establecimiento hace dos décadas ningún país de Latinoamérica ha podido reducir la pobreza

ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO

Milan, 22 de marzo. Puesto a revisión en el marco de la 44 asamblea anual de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el proceso de globalización económica impuesto por los gobiernos latinoamericanos en las pasadas dos décadas resulta un fracaso en términos de beneficios sociales para la población, de acuerdo con lo expresado hoy por participantes en la reunión anual del organismo.

La globalización económica, una idea promovida desde los organismos financieros internacionales, según la cual los países deben estar abiertos a los flujos de comercio e inversión y de que los gobiernos renuncien al papel de reguladores de la economía, ha hecho crecer el producto interno bruto (PIB) de las economías, pero al mismo tiempo ha "venido acompañado de un estancamiento o empeoramiento en la distribución de la renta en la mayoría de los países de América Latina", señalaron Ann Markusen, investigadora del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad de Minnesota, y Cleio Campolina, de la Universidad de Minas Gerais (Brasil), al participar en un seminario organizado por el BID.

Así lo plantearon: la mayor participación de los países latinoamericanos en la globalización promovida por los organismos financieros internacionales "ha venido acompañada de acusados reveses en las estrategias de desarrollo nacional de muchos países de la región y ha provocado que los gobiernos reduzcan la inversión pública, abandonen cualquier política industrial y regional y renuncien a la responsabilidad de proveer servicios públicos".

Efectivamente, comentaron las especialistas, el comercio ha aumentado, pero también la transferencia de riqueza de las economías latinoamericanas a los países desarrollados. Entre 1980 y 2000, las exportaciones de la región crecieron de 92 mil millones a 406 mil millones de dólares, mientras las importaciones subieron de 93 mil millones a 418 mil millones de dólares. El mayor aumento tuvo lugar en México, donde las exportaciones pasaron de 16 mil millones a 180 mil millones de dólares en esas dos décadas.

Las expertas explicaron que en su conjunto, el aumento en el comercio resultó en un pequeño incremento en el déficit en la balanza comercial. También se ha asociado, dijeron, a un aumento mucho mayor en la cuenta de capital -renglón en el que se contabilizan los ingresos de recursos externos, tanto por inversión como por deuda. Así, la deuda de América Latina aumentó de 205 mil millones de dólares a 740 mil millones de dólares entre 1980 y 2000.

"Estas deudas han intensificado las presiones sobre la balanza de pagos de cada país y han situado a la mayoría de los gobiernos latinoamericanos bajo el escrutinio del Fondo Monetario Internacional, limitando su política interna. También han dificultado que los países sigan políticas que ayuden a detener la migración rural hacia las urbes y que se estimulen las atrasadas economías regionales", apuntaron.

En el mismo seminario, Francisco Xavier Albistur, senador por Guipúzcoa, en el País Vasco, citó cifras de organismos internacionales para afirmar que después de dos décadas de "ensayos para el desarrollo", de años de crecimiento y estancamiento económicos, "todos ellos espectaculares para las estadísticas", uno de cada dos ciudadanos latinoamericanos considera que la generación de sus padres tuvo mejores condiciones de vida y se muestra pesimista sobre la posibilidad de que sus hijos superen las condiciones actuales.

Dijo que "se puede concluir que desde el inicio de las reformas económicas emprendidas a partir de los años 80, ningún país latinoamericano ha podido reducir de manera durable los niveles de pobreza o mejorar la calidad y nivel de vida de su población"

En un sentido inverso, Enrique Iglesias, presidente del BID, insistió en que existen beneficios de la integración económica para los países de América Latina y el Caribe, y afirmó que "se debe hacer más por distribuir estos beneficios más equitativamente entre las regiones dentro de esas naciones y entre las personas".

Giovanni Bressi, especialista de la Universidad de Turín, sostuvo que a 20 años de iniciados los procesos de integración económica en Latinoamérica, los países de la región enfrentan aún muchos obstáculos para su desarrollo: desequilibrio económico, insuficiente internacionalización de su economía y la falta de infraestructuras. La pobreza, dijo, sigue siendo un lastre, tanto más porque las "vastas dimensiones de este fenómeno han permanecido virtualmente intactas en los pasados 15 años".

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