Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 30 de marzo de 2003
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Mundo
BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Choque de nacionalismos en Irak (no de civilizaciones): emergencia del chiísmo

Una guerra llena de insania mental

El "choque y pavor" lo sufre el ejército invasor

ENTRE LOS ESCOMBROS de la guerra en Irak yace metafóricamente el cadáver de Samuel Huntington y su manual tóxico El choque de las civilizaciones (cuyo subtítulo es aún más sugerente: La reconfiguración del nuevo orden mundial; una obsesión del nepotismo dinástico de la familia Bush). En forma asombrosa se está escenificando más bien un "choque de los nacionalismos" con la notable emergencia del chiísmo iraquí en el sur del país, que se constituyó en un factor preponderante para obstaculizar el despliegue del ejército invasor angloestadunidense que libra su guerra preventiva terrorista. Mata de risa que los nada asépticos medios anglosajones, los peores desinformadores del planeta, cataloguen como "terrorista" a la población autóctona que defiende su hábitat básico.

LOS CADAVERES DE los estrategas conceptuales anglosajones están a la medida de los cadáveres en el campo de batalla. En medio de las "complicaciones" del ejército de EU en el sur chíita, uno de los arquitectos de la preventiva guerra terrorista fue obligado a renunciar como presidente del organismo consultivo del Pentágono: Richard Perle, apodado el Príncipe de las tinieblas por su infinita perfidia. Valiéndose de su influyente puesto, el israelí-estadunidense, quien, además director del The Jerusalem Post (otra fuente desinformativa), fue atrapado in fraganti en sus transacciones mercantiles inmundas con presuntos "enemigos" de EU (en el papel, por lo menos): el grupo saudita de Osama Bin Laden y los chinos (en fechas recientes; no antes del 11 de septiembre) ¿No es acaso Richard Perle el mejor aliado de todo el grupo mafioso del Irán-contras que regresó al poder en la Casa Blanca hoy ennegrecida?

RICHARD PERLE Y el también israelí-estadunidense Paul Wolfowitz, el poderoso subsecretario de Defensa, persuadieron al fácilmente sugestionable Baby Bush, de que al simple asomo del ejército angloestadunidense la población chíita del sur iraquí (60 por ciento de los 27 millones de la población total) lo recibiría como "liberador". Sucedió todo lo contrario, y eso que el ejército invasor todavía no ingresa al sector sunita árabe en el centro de Irak (20 por ciento de la población), donde provocará mayor hostilidad.

NO HACE MUCHO, Wolfowitz (otro candidato al Museo de las Momias) había asegurado en The Philadelfia Enquirer que el operativo bélico del ejército de EU en Irak se asemejaba al desembarco en Normandía, cuando fue efectivamente recibido como "liberador" y provocó el derrumbe del gobierno títere de Vichy. Se nota que las creencias teológicas de Wolfowitz han contaminado su desempeño, que ha desacoplado la teoría alucinatoria con la práctica real.

UNO DE LOS principios básicos de la salud mental radica en el de la realidad y, como decían los geniales dramaturgos griegos (cuyos sucesores contemporáneos se han pronunciado gallardamente contra la invasión angloestadunidense), "cuando los dioses desean acabar trágicamente con alguien lo hacen perder primero el juicio". El mismo presidente número 43 -lo expresamos con responsabilidad y serenidad jurídico-siquiátrica-, podría ser objeto de una destitución por insanidad que contempla la enmienda 25 -no faltarán voces en el Congreso o en los medios para empezar a promoverla.

OTRA INSANIDAD (esta preventiva guerra terrorista está repleta de insanidad mental) es el pretendido triunfo sico-bélico (mejor dicho sicodélico) del modelo del "Choque y pavor" de Harlan Ullman -quien funge ahora como alto asociado del Centro Internacional de Estudios Estratégicos, que desea "privatizar" el petróleo de México con el ITAM, los juniors del PRI, los cordobistas-zedillistas central-banquistas, los sharonistas locales y los polkos panistas. El sharonista Ullman es otro cadáver en potencia, y quienes le han infligido el "choque y pavor" al ejército invasor anglosajón han sido justamente los chiítas del sur y los sunitas del centro de Irak. Hasta ahora se están enterando en Washington y en Londres de la valentía legendaria del notable pueblo iraquí en su conjunto, que desde que nace vive la transfiguración de las hazañas míticas de Gilgamesh, la grandeza de Hammurabi, la gloria de Nabucodonosor, la bravura de Saladino y la sapiencia de Harún El-Rachid: forjados por el soplo de la arcilla divina en la "tierra de los dos ríos" que significa Mesopotamia, y donde se ha empantanado el ejército invasor que pretendía concluir la guerra con su Nintendo bélico en un santiamén del milenarismo apocalíptico bushiano.

LOS ESTRATEGAS "de papel" del gobierno de Bush se basaron en el levantamiento de los chiítas contra Saddam expulsado de Kuwait. Como de costumbre, de acuerdo con las cotizaciones de la geopolítica en Washington, los chiítas fueron abandonados por el presidente número 41. De allí que pocos de los chiítas iraquíes se traguen el cuento de la "liberación" 12 años después de su abandono por el padre del actual presidente.

LA RESISTENCIA DE los chiítas del sur contra todas las falsas expectativas que creyeron quienes desconocen la profundidad sicológica de sus moradores, epitomiza un despertar nacionalista que supera el simplismo de "lucha religiosa" del choque de civilizaciones del tóxico Huntington, contaminado por el israelí-británico-estadunidense Bernard Lewis y su "guerra perpetua" entre chiítas y sunitas en Irak.

NI DUDA CABE que los chiítas del sur han sufrido agravios y vejaciones por parte del gobierno central sunita, abultados por los medios desinformativos de Washington y Londres. Pero resulta y resalta que los chiítas iraquíes prefieren el gobierno de Saddam a uno de Bush (como la mayoría del género humano), lo cual es más que sensato. Seguramente los líderes del chiísmo iraquí leyeron el proyecto de "privatización" (una genuina expropiación) de su petróleo en la riquísima región de Basora, avalado por el Pentágono, y que, después de la propuesta al respecto de Ariel Cohen, del Heritage Foundation, ha sido retomada en forma más cínica por Amity Schlaes (Financial Times 25.03.03) que alienta la sepultura del petroestado iraquí, que seguramente será extensivo, en caso de tener éxito (en la región chiíta y kurda) no solamente a todas las petromonarquías de la región, sino también al petróleo "estatizado" de México y Venezuela.

ANTES DE LA invasión angloestadunidense, la región chiíta de Basora producía 1.7 millones de barriles diarios (MBD) de los 2.4 MBD del total. Según Pétrostratégies que dirige el armenio Pierre Terzian, en el sur chiíta se localizan los dos superlativos yacimientos de los pletóricos 13 del país: Rumaila-sur, con una producción de 700 mil barriles al día, y Rumaila-norte, con 300 mil. Más importante que el puerto mercantil de Um Qasr es la península de Fao, poblada por chiítas y principal centro de almacenamiento de crudo hacia los puertos de Mina Al-Bakr y Al-Anaya. Naturalmente que los chiítas iraquíes no desconocen la superestratégica relevancia petrolera de su región y no les ha de haber gustado la idea de que un gobernador militar, el general Tommy Franks (amigo de escuela en Midland, Texas, de Laura, la esposa de Baby Bush), si es que no lo renuncian antes por inepto. Tampoco ignoran los chiítas iraquíes que el títere seleccionado por Washington como interlocutor principal es el frívolo (literalmente) Ahmed Chalabi: paradigma de la corrupción medio oriental.

EL CHIISMO IRAQUI no solamente defiende su riqueza petrolera, sino también protege su riqueza espiritual en dos principales centros sagrados de Najaf y Kerbalá, que han sido desacralizadas por los bombardeos y la presencia del ejército invasor angloestadunidense.

LA "SORPRESA" PROVINO de la prestigiada escuela teológica de la ciudad sagrada de Najaf, desde donde sus principales ayatolas y mulás acordaron emitir una fatwa (orden clerical) con el propósito de repeler al invasor angloestadunidense. Y aquí se metió en serios problemas todo el operativo de "liberación", porque con o sin Saddam en el poder, se augura una guerra de guerrillas intensa y prolongada que pone en riesgo todo el proceso de "privatización" del petróleo en la región de Basora, cuyos yacimientos han sido capturados por el ejército invasor.

NO SE DEBE soslayar que los chiítas de Irak (17 millones) pertenecen a la etnia semítica árabe, mientras los chiítas de Irán (alrededor de 65 millones) son de origen ariopersa, quienes bajo el agua se han colocado en una "neutralidad preactiva": se pronuncian contra la guerra que no impiden, pero favorecen el "derrocamiento de Saddam" (Hoomán Peimani; Asia Times 23.03.03). Queda claro que para los chiítas iraquíes el factor nacionalista se ha sobrepuesto e impuesto al factor religioso, lo cual desecha toda la basura del choque de las civilizaciones promovido por los círculos de la globalización financiera que abominan al "Estado-nación" al que han contribuido en socavar, pero que a la primera oportunidad resucita de entre los "muertos" decretados por la desinformación de los multimedia anglosajones.

SI EL SUR chiíta de Irak es de por sí muy complejo, la política geoestratégica de la teocracia de los ayatolas de Irán es sumamente comlpeja y sutil, por lo que habría que ser muy cuidadosos con los "juegos de tres bandas" que suele practicar Teherán, donde fue inventado el ajedrez. Una cosa es lo que se dice y otra la que se hace bajo el agua. Existe un adagio sobre el comportamiento de los chiítas, a quienes se les señala de "cambiar mil veces de postura con tal de no perder" (Alf Albe Ua La Galbe). El impulso nacionalista de los chiítas iraquíes árabes ha sido de tal magnitud que hasta el ayatola Muhamed Baqr-al Hakim, de la etnia árabe de los chiítas iraquíes, que jefatura el grupo SCIRI (por sus siglas en inglés de Supremo Consejo de la Revolución en Irak) y su brazo armado la Brigada Badr de 20 mil milicianos que operan con el apoyo de la teocracia de los atayolas chiítas de Irán (no olvidar su origen étnico ariopersa), ha tenido que rectificar su postura de coqueteo con el gobierno Bush: ahora pide la salida de las tropas anglosajonas del sur de Irak (que nunca había osado pedir) después del derrocamiento de Saddam. Lo mismo había sucedido con el Hezbollah chiíta libanés que había exigido el derrocamiento del sunita Saddam. Cuestión de matices matriciales: la feroz resistencia de los chiítas árabes (pertenencia étnica primordial) de Irak cambió las coordenadas del juego geopolítico: los chiítas ariopersas de Irán y el Hezbollah libanés habían apostado sus cartas al choque de las civilizaciones de guerras religiosas entre chiítas y sunitas (que el gobierno de Bush transmutó en un vulgar cheque de civilizaciones), pero en el terreno militar los chiítas árabes de Irak se han aferrado al choque de los nacionalismos: sunitas y chiítas iraquíes contra el invasor angloestadunidense. El mismo choque de nacionalismos se aplica en la región kurda de Irak, donde tres nacionalismos, todos sunitas, luchan entre sí: el turco-mongol, el kurdo-ario y el árabe semita.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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