Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 31 de marzo de 2003
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Espectáculos

Darketos, rastas, punks, tecnos, skatos, travestis y grunges conviven por más de 12 horas

Reunió el Tecnogeist a más de 70 mil en el Monumento a la Revolución

La banda capitalina se unió en un baile en el que George W. Bush fue el único destinatario de la rechifla Doce detenidos, 98 personas con lesiones leves o congestión alcohólica, saldo de la fiesta

MIRNA SERVIN VEGA

Un concierto sin guitarras, baterías ni músicos ejecutantes. Una onda masiva de beats y mezclas electrónicas de la que nadie pudo salir inmune. Esta vez el instrumento de la era que conglomeró a más de 70 mil personas, fue la tecnología.

Sin distinción, miles de jóvenes de todo tipo de corrientes de expresión -darketos, rastas, punks, tecnos, skatos, travestis, grunges- acudieron al Monumento a la Revolución a presenciar el Tecnogeist, a escuchar a interesantes diyéis en un concierto en vivo, sin el costo del boleto de otro tipo de actos musicales a los cuales, la mayoría, no siempre puede acceder.

La banda capitalina -conformada por jóvenes de secundaria hasta universitarios, principalmente- unió su baile contra la guerra; portaban máscaras antigases como atuendo y pancartas "en busca del mayor terrorista de la Tierra": George W. Bush, quien fue el único destinatario de las rechiflas y mentadas de madre de la jornada que duró más de 12 horas.

Alrededor de las 19 horas, el Loveparade México o desfile de carros con música electrónica que pasaron por Paseo de la Reforma tras haber arrancado en la glorieta de Chilpancingo, arribó a los alrededores del Monumento a la Revolución, que poco a poco quedó saturado antes de las 10 de la noche, aun cuando el viento y el frío se habían instalado en la ciudad.

Al concierto de música electrónica masivo o rave, entraron todos los que quisieron. Ni las caras tatuadas, los cascos de metal, las alas de ángel, los cabellos teñidos de colores o la ausencia de playeras fueron un impedimento para el acceso.

El único requisito era pasar la valla de contención custodiada por el cuerpo femenil de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), que trataba de impedir el acceso con envases o cualquier otro objeto que pudiera ser utilizado como arma o proyectil. A cambio, personal de organización del evento, repartió bolsas de plástico para vaciar el contenido de las bebidas y algunos alimentos.

Sumergidos en el ritmo de las mezclas

Los conglomerados que llegaban al lugar se apostaban ante un templete vacío de solistas o anfitriones. Nadie iba a ver a un solo protagonista. Cada uno se sumergía sólo en el ritmo de las mezclas, con los ojos cerrados. Tampoco importaba el lugar, no había mejortecnogeist_dj_li10 o peor vista del escenario, sólo la cercanía con las mezclas producidas por las cajas de ritmos, sintetizadores y equipos de cómputo y multimedia.

Tras saltar algunas casas de campaña instaladas para sortear la noche, empezaba la fiesta.

-ƑVienes sola? Porque quiero bailar con alguien, pero no hay pex šeh! Si no quieres, pues no.

Más allá, un grupo de adolescentes que llevaba por distintivo una bandera estadunidense comenzó a bailar sobre ella: "šPísala! šAnda!", invitaban a los más cercanos. "šUn saludo a Bush!", requerían y de inmediato una rechifla masiva.

También apareció la espontánea que al golpe de las mezclas, contorneaba su cadera asentada sobre los hombros de su compañero. Y así, con naturalidad, subió la blusa al ombligo con el ritmo de los gritos. Más gritos y más piel. Sin más, sin inhibición, levantó el sostén y se acarició con la misma fugacidad con que regresó al nivel de los otros: al piso que retumbaba en ese momento con el drum and bass.

La multitud era una, un solo ritmo de corazón que se aceleraba con la música. Cientos de cadencias que se aplastaban entre sí. Ni un solo espacio para algún asistente en silla de ruedas o con otro tipo de necesidad especial. Sin embargo, alguno que otro con muleta, se tuvo que conformar con rondar la periferia del jardín o las calles que rodeaban el monumento.

Sube la intensidad del amor

Con el transcurso de las horas, bajó el golpeteo y subió la intensidad del amor. Ya en la madrugada, las parejas se exploraban con desenfado en la humedad del pasto.

Humos de todos, bebidas sin restricción. "Es difícil controlar el acceso de más de 50 mil jóvenes", advertía el subsecretario de Seguridad Pública, Raymundo Collins, quien llegó a supervisar el festival, pasada la media noche.

La delegación Cuauhtémoc reportó que en los filtros instalados en los accesos de la Plaza de la República aproximadamente a uno de cada cuatro hombres que ingresaron a la zona se le despojó de bebidas alcohólicas.

Durante el concierto, se informó, hubo 12 detenidos, uno de los cuales era menor de edad y portaba una pistola calibre indeterminado: el joven fue trasladado a la Agencia Especializada para menores infractores.

Entre los otros aprehendidos, habían dos que cometieron robos en las inmediaciones del monumento a la Revolución; tres que participaron en una riña y seis a los que les fueron econtrados carrujos de mariguana.

Las autoridades delegacionales, remitieron a cuatro carritos ambulantes que expendían refrescos con alcohol en jarritos de barro y se decomisaron algunos yoyos de fuego.

En el lugar fueron atendidas 98 personas lesionadas, ninguna de gravedad, de las cuales a 18 hubo que suturarlas; 16 por intoxicación etílica, tres por fracturas en extremidades superiores y otras tres por quemaduras de primer grado.

Al final de la jornada, Servicios Urbanos de la demarcación recolectó 11 toneladas de basura, que se generaron durante el desfile y el concierto.

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